Brujer¨ªa para ganar
No hay mejor lugar para empezar el a?o que Uganda. Tampoco hay otra manera mejor de iniciarlo que jugando a 'Soka'?(f¨²tbol) con tus amigos y amigas. Hay rinconcitos en este mundo donde se juega con pasi¨®n y por placer. Un f¨²tbol que se pr¨¢ctica en campos de tierra rojiza con grandes desniveles, a 40¡ã de temperatura, descalzos y con una pelota hecha de fibra de banana.
Mis compis de equipo pertenecen a diferentes tribus ugandesas: Lugbara, Toro, Bakiga y una de las m¨¢s tradicionales la tribu Karamojong. Los Toro, est¨¢n enemistados con los Karamojong (una de las tribus m¨¢s temidas) pero jugando a f¨²tbol comparten equipo y luchan en la misma direcci¨®n. Cada tribu tiene sus tradiciones y sus supersticiones. Los Karamojon atan fibra de banana a una de sus piernas para golpear mejor la pelota. Los Bakiga colocan dos piedras, en el poste izquierdo de su porter¨ªa, para impedir que la pelota entre en los tres palos. Vincent, defensa central, me cuenta que en su tribu, los Lugbara, te arrancan el incisivo frontal para mediante cortes en la frente representar s¨ªmbolos de fuerza. En Uganda, algunos tatuajes o escarificaciones, muestran la fortaleza interior para poder competir. Por su parte, los chamanes de las tribus apoyan a los futbolistas con amuletos y conjuros para ganar o no lesionarse. Los aficionados tambi¨¦n ponen de su parte y pagan a un brujo para que acuda al campo y ech¨¦ una maldici¨®n a los rivales. Mi amigo Tadeo, extremo izquierdo, recuerda que una vez antes de empezar un partido, vio como un brujo esparc¨ªa hierbas sobre una de las ¨¢reas. La gente comenz¨® a protestar y la polic¨ªa lo arrest¨®.
Hace unos d¨ªas, tuve la oportunidad de asistir a un partido de f¨²tbol de la primera divisi¨®n ugandesa. No es como en Espa?a. Jugaron en el mismo campo de tierra lleno de hoyos que yo pachangueo con mis amigos pero lo acicalaron con demarcaciones hechas de carb¨®n. Habr¨ªa unos 300 espectadores rodeando el campo y sin ninguna valla que los separara de las l¨ªneas que delimitan el terreno. Muy pocos para ser primera pero, eso s¨ª, nos ganan en ritmo y en ganas de pas¨¢rselo bien.
Algunos de estos jugadores son profesionales, pueden llegar a cobrar unos 450.000 Chelines Ugandeses al mes (110 Euros). A otros les dan una habitaci¨®n donde poder vivir. Hay algo en que si van m¨¢s adelantados que nosotros: llevan a?os apostando. Lo hacen tanto en partidos en vivo de la liga ugandesa, como en partidos de la Premier.
Al final no somos tan diferentes. Todos queremos ganar. Unos usan la brujer¨ªa y otros usamos el VAR.