El error y la rectificaci車n. Miguel ?ngel L車pez, m谷dico del Real Madrid, hizo lo que lleva haciendo los 迆ltimos a?os. Se equivoc車 de manera flagrante en hablar de "ratas" y ya lleva su escarnio en su tuitera rectificaci車n. No parece un lenguaje propio de un m谷dico, pero sin 芍nimo de justificar pero s赤 de comprender, se entiende que las arengas en cualquier vestuario son siempre desproporcionadas y, demasiadas veces, con palabras irreproducibles. El error del m谷dico es equiparable al del canal televisivo del Real Madrid, por lanzar esas im芍genes. El que dio al play en realizaci車n no midi車 las consecuencias y, aunque duela, al rectificado de su m谷dico le falt車 la oficialidad del club. El Madrid es corresponsable de su difusi車n y, por lo tanto, tambi谷n deber赤a serlo de la rectificaci車n. Ya se sabe que lo bueno tiene muchos padrinos y en los errores tampoco se trata de dejar solo al galeno, que ya lleva "su verg邦enza" como 谷l mismo escribi車.
La futbolizaci車n del baloncesto. Desde la final de la pasada Copa del Rey, el tufillo a trincheras que emana del Cl芍sico se traslad車 al baloncesto. La llegada de Mirotic, una especie de Figo a la inversa, ha reabierto una rivalidad que empieza a tomar tintes insanos, en lugar de disfrutar de los dos gigantes del baloncesto europeo, que son banderas de la ACB. El pr車ximo Cl芍sico del 29 de diciembre, en el Palau Blaugrana, va a tener un morbo parecido al que se jugar芍 once d赤as antes en el Camp Nou. Conviene que el ya candente ambiente social no se traslade a los dos recintos deportivos. Disfrutamos de su alt赤simo nivel, de la alegr赤a de disfrutar en nuestro basket de dos equipazos, de la competencia bien entendida. Hace tres d谷cadas disfrut芍bamos con los duelos que tan bien encarnaban Fernando Mart赤n y Audie Norris, y ahora el basket espa?ol tiene la oportunidad de dar un gran salto de la mano del equipazo de 谷poca de Pablo Laso y de la espectacular plantilla de este Barcelona.
La lecci車n de Llull. Durante el Mundial, en una gran entrevista en 'El Pa赤s', Sergio Llull manifestaba su respeto profesional por Heurtel. "Seremos rivales durante 40 minutos y despu谷s seguimos siendo personas. Hay que dejar de lado los forofismos. Se puede jugar a muerte y luego ser amigos y compa?eros". Ojal芍 dentro de 30 a?os recordemos esta rivalidad sin tener que ponernos colorados por episodios lamentables en lo verbal y en lo f赤sico. El baloncesto siempre se distingui車 por ser diferente y tornar en t車xica esa rivalidad ser赤a un retroceso imperdonable.