Halloween, Iribar y Antognoni
Regreso a casa cuando declina el ¨²ltimo d¨ªa de octubre y se abre paso la fiesta de Halloween. Ni?os y no tan ni?os vestidos de oscuro, muchos con churretes sanguinolentos u ojos aparentemente vaciados. Un festival mortuorio que m¨¢s que en Estados Unidos, de donde nos llega, me hace pensar en M¨¦xico, donde hoy es fiesta mayor, abrazo a los que se fueron, cuya comida favorita se pone en la mesa en una cena que honra su recuerdo. Aqu¨ª les evocamos llevando flores a su tumba o con peque?os ritos familiares. Nunca me he sentido tan feliz como poniendo a mi hija los calcetines como a m¨ª me los pon¨ªa mi madre.
Este d¨ªa en el que se abrazan la vida y la muerte me hace recordar a dos grandes futbolistas que en su plenitud tuvieron un pie en el M¨¢s All¨¢. El primero fue Iribar, que contrajo unas fiebres tifoideas que tuvieron en vilo a toda Espa?a y sobre todo a Bilbao. Mientras la fiebre le com¨ªa, los sacerdotes bilba¨ªnos y sus feligreses ped¨ªan por ¨¦l los domingos y se hicieron novenas. No hace mucho me cont¨®: ¡°Un d¨ªa me vi a m¨ª mismo como desde el techo, rodeado de mi familia. En eso, sent¨ª un descenso brusco sobre mi cuerpo y me despert¨¦. Se me fue la fiebre y el d¨ªa siguiente estaba bien.¡± ?D¨®nde viaj¨®? No lo sabe pero volvi¨®. Y sigui¨® jugando.
Y voy con Antognoni, estrella de la Fiorentina. Apodado ¡®Il Bello¡¯, fue un ¡®diez¡¯ puro cuando eso defin¨ªa una funci¨®n selecta: Su¨¢rez, Rivera, Vel¨¢zquez... Italia se hab¨ªa clasificado para el Mundial de Espa?a pero ¨¦l sufr¨ªa cr¨ªticas de prensa de Tur¨ªn, Mil¨¢n y Roma, lo que le presion¨®. En un partido contra el Genoa, ganando la Fiorentina 2-1, fue de modo temerario por un bal¨®n dividido con el meta rival, Martina. Se llev¨® un rodillazo terrible en la cabeza. Estuvo cl¨ªnicamente muerto un minuto, en el que ¡°vi luces¡±, dir¨ªa luego. Se recuper¨®. Jug¨® y gan¨® el Mundial. Iribar y Antognoni tienen algo que contar en esta fecha antes luctuosa, hoy festiva.