El fuera de juego y el pelo de una gamba
Estos d赤as he recordado un debatillo que tuvimos hace alg迆n tiempo Del Bosque, Butrague?o y yo a cuenta de la entonces pr車xima implantaci車n del VAR. Era en la sobremesa de una de las reuniones del Jurado del Princesa de Asturias. Del Bosque y yo 谷ramos reticentes. Butrague?o argument車 que no hab赤a derecho a que hubiera jugadas que todo el mundo ve con claridad desde su casa por la televisi車n, en cualquier lugar del mundo, y que el 迆nico que no contara con esa posibilidad fuera el 芍rbitro, al que se le somet赤a a un riesgo injusto y excesivo. Por eso hac赤a falta el VAR, concluy車. Su argumento me pareci車 muy consistente.
As赤 naci車 el VAR, para los grandes errores que todos vemos. La primera intenci車n era entrar en jugadas obvias, de esas que se discuten por a?os: el gol de Hurst, el penalti de Guruceta, la mano de Henry, "M赤nima intervenci車n con m芍ximo provecho". Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Inevitablemente, se ha ido cayendo en el detalle, hasta el punto de que esta semana hemos visto intervenciones de fuera de juego en las que la diferencia no va m芍s all芍 del pelo de una gamba. Hablo del primer gol del Brujas y el primero del Madrid el martes, o del que marc車 el Valencia en San Mam谷s. Todos resueltos por mil赤metros.
En cualquiera de los casos nadie se hubiera escandalizado de la decisi車n del 芍rbitro. Veo un exceso recurrir al VAR en estas ocasiones, en las que las rayas, adem芍s, convencen a medias. Ya se vio que la que col車 Mediapro porque no le llegaba la de la sala VOR (y me huelo mucho que para subrayar el fallo de la sala, en el contexto del pique que se traen) era distinta de la oficial. En cada segundo caben 24 'frames' o im芍genes de televisi車n. Precisar exactamente el veinticuatroavo de segundo en el que el bal車n se despega del lanzador y casarlo con la relaci車n defensor-atacante (movi谷ndose con frecuencia en direcciones contrarias) me parece imposible.