La Regla 18 es el sentido com¨²n
¡°Mon Code est perdu¡±. ¡°Mi C¨®digo est¨¢ perdido¡±, exclam¨® Napole¨®n cuando sobre su dise?o de nuevas normas b¨¢sicas para el derecho penal cay¨® una lluvia de comentarios y adendas, que al tratar de afinarlo y reinterpretarlo amenazaban con desvirtuarlo. No fue para tanto, y hoy se considera aquel c¨®digo base de la estructura del derecho penal con que nos movemos. Pero lo saco a relucir porque temo que, donde est¨¦, Stanley Rous, el hombre que limpi¨®, fij¨® y dio esplendor a la normativa del f¨²tbol, que sintetiz¨® perfectamente en XVII Reglas, comprobar¨¢ c¨®mo ahora las manosean y vuelven confusas bur¨®cratas de nuevo cu?o.
Viene esto a cuento por la fugaz ¡®ley del tal¨®n¡¯, hallazgo patrio que ha durado pocas jornadas. Velasco Carballo empata as¨ª a D¨ªaz Vega, que se sac¨® de la manga una extravagante licencia a los delanteros que en los golpes francos se colocaran m¨¢s all¨¢ de la barrera. Rectific¨® en pocas semanas. Andar con descubrimientos para mejorar el f¨²tbol cuando ya tiene un siglo y medio requiere la audacia del ignorante. Y no han sido s¨®lo las paridas de aqu¨ª. Hasta la IB ha parido inventos como lo de sacar para atr¨¢s, no dejar un rival en la barrera y cosas as¨ª. De alguna (la expulsi¨®n de los porteros) se desdijo en poco tiempo.
Las XVII Reglas de Stanley Rous se basan en unos pocos principios sencillos, casi una ley natural, y alcanzaron esa forma despu¨¦s de 60 a?os de f¨²tbol. No fueron la ocurrencia de una ma?ana. Tiempo atr¨¢s se dec¨ªa que hab¨ªa una ¡®Regla 18¡¯, el sentido com¨²n. Correspond¨ªa al ¨¢rbitro aplicarlo y a los jugadores y al p¨²blico admitirlo. Ahora se tiende a sustituir esa ¡®Regla 18¡¯ por una mara?a de precisiones, que si mano arriba o abajo, que si hasta que no toque el bal¨®n no hay fuera de juego... Hoy todo es mejor en el f¨²tbol que antes, salvo ese deterioro irrespetuoso que se hace de unas viejas y sabias reglas.