Una designaci¨®n disparatada
La elecci¨®n del ¨¢rbitro entre el Espanyol y el Granada del 73 acaba en esc¨¢ndalo y en recusaci¨®n de los dos equipos.
Era el 1 de marzo de 1973. Est¨¢bamos en la jornada 24, a diez del final, y el Espanyol ven¨ªa de ganar en el Camp Nou y era l¨ªder. Recib¨ªa al Granada de Aguirre Su¨¢rez y Fern¨¢ndez. Pero la noticia fue la designaci¨®n de Orellana, que solo dos semanas antes, en partido televisado, la hab¨ªa liado en Sarri¨¢ al pitar un penalti que no fue a favor del visitante, el Athletic. El partido acab¨® 0-1 y el Espanyol anunci¨® que recusar¨ªa a este colegiado para la siguiente temporada. Los clubes pod¨ªan recusar a ¨¢rbitros que entendieran que les perjudicaban, pero solo al final de una campa?a.
Inexplicablemente, el Comit¨¦ le design¨® para el Espanyol-Granada. Pasieguito, entrenador visitante, declar¨®: ¡°Espero que no aproveche para reconciliarse con el Espanyol¡±. El hincha perico ve¨ªa en su presencia la mano negra de los grandes, Bar?a, Atl¨¦tico y Madrid. Si el Granada, con su fama feroz, ya era en s¨ª un factor de prevenci¨®n, lo de Orellana encendi¨® los ¨¢nimos. Sarri¨¢ era una caldera cuando Orantes hizo el saque de honor.
El Espanyol aprieta y al poco rato salta la chispa por una entrada de Aguirre Su¨¢rez sobre Amiano, reclamada como penalti. Poco m¨¢s tarde, Aguirre Su¨¢rez se marcha, con un tir¨®n, y le sustituye Pla. Podr¨ªa ser un factor de irritaci¨®n menos, pero sigue la fobia contra Orellana. Al descanso se llega con 0-0 y hay impaciencia en los comentarios, junto a cr¨ªticas a Santamar¨ªa por repetir el equipo del Camp Nou. All¨ª Romero sali¨® de interior para entorpecer el juego rival. Pero en casa, ante el Granada, hab¨ªa unanimidad: ah¨ª deber¨ªa estar Solsona.
Empieza la segunda parte y pronto el Simult¨¢neo Dardo anuncia gol de penalti del Bar?a en San Mam¨¦s. Santamar¨ªa reacciona sacando por fin a Solsona por Romero, en medio de un gran aplauso. Pero en el 67, en una de las raras salidas del Granada, Chirri suelta un tirazo desde fuera del ¨¢rea que se cuela por la escuadra de Borja. Es el 0-1.
Se redoblan los ataques a un Granada cerrad¨ªsimo y los gritos a Orellana, al que se le reclaman penaltis y expulsiones a cada momento. ?ito para lo f¨¢cil, lo dif¨ªcil y lo imposible. A siete minutos del final la cosa sigue 0-1, lo mismo que en San Mam¨¦s. El liderato se esfuma. En eso, falta contra el ¨¢rea del Granada, una de tantas. La lanza Jos¨¦ Mar¨ªa, templando el bal¨®n al ¨¢rea mientras la defensa del Granada ¡°hace la persiana¡±, se adelanta en bloque. El bal¨®n le cae a Amiano, que est¨¢ muy adelantado, igual que De Felipe, Roberto Mart¨ªnez y otros varios. Remata mientras los granadinos, diez metros m¨¢s atr¨¢s, levantan la mano pidiendo fuera de juego.
Pero a Orellana lo que le faltaba era anular ese gol. Lo concede y le rodean como una turba los jugadores del Granada, y con ellos, los del Espanyol. Aquello dura y dura, mientras Orellana exhibe la tarjeta blanca (aqu¨ª empez¨® siendo blanca en vez de amarilla) contra tirios y troyanos. El p¨²blico, que teme que est¨¦ anulando el gol, siembra el campo de almohadillas. En eso, Jos¨¦ Mar¨ªa aparece con la boca partida, sangrando. Orellana consulta a un linier, que le dice que ha sido ?ito. En efecto, ha sido ¨¦l. Luego explicar¨¢ que pensaba que Jos¨¦ Mar¨ªa iba a agredirle y se defendi¨®.
?ito es expulsado y el gol, concedido. El incidente ha durado m¨¢s de cinco minutos. El p¨²blico se calma. Entra el meta Navarro (fue su debut, luego har¨ªa carrera en el Burgos y el Atl¨¦tico), por Due?as. Ya solo se juega en el ¨¢rea del Granada, que pide la hora. Orellana ha descontado el tiempo de la bronca y ya en el 95 Solsona caza el 2-1. Sarri¨¢ es un clamor. El Espanyol sigue l¨ªder.
El club barcelon¨¦s emitir¨¢ el martes un parte de seis jugadores lesionados. El Granada regres¨® enojad¨ªsimo, con sensaci¨®n de humillaci¨®n. El diario granadino Patria, inspirado por las palabras de Pasieguito, titul¨®: ¡°Lo temido: Orellana se reconcili¨® con el Espa?ol¡±. Candi, presidente granadino, viaj¨® a Madrid a protestar en la Federaci¨®n. A ?ito le cayeron cuatro partidos; aquel quedar¨ªa como su ¨²ltimo encuentro en el Granada en el que hizo una gran carrera. Al Espanyol se le torcieron pronto los resultados y acab¨® tercero, tras el Atl¨¦tico y el Bar?a. Y Orellana fue recusado para la temporada siguiente por el Espanyol y por el Granada.