Sergio Ramos, un cabreo justificado y una respuesta de ciencia ficci¨®n
Los gritos del silencio. El capit¨¢n del Real Madrid se cans¨® de susurros, de los que cuestionan su talante, su compromiso e incluso, en el tramo final de temporada, su profesionalidad. Algunos murmullos, demasiado cercanos al presidente, han acabado con su paciencia. La relaci¨®n con Florentino est¨¢ en uno de sus momentos bajos, pero siempre ha vivido en una monta?a rusa. Nada nuevo bajo el sol. Este ¨²ltimo enfado puede tener su justificaci¨®n. Tan acostumbrado a partirse la cara por el Madrid, le duele como pocas cosas el fuego amigo. A Sergio, incluso con sus errores groseros como el documental de Amazon Prime el d¨ªa del Ajax en su palco, hay que quererlo.
30 millones por temporada. Puede que algunos de los que rodean al presidente no le ayuden, pero de Ramos se puede decir lo mismo. Uno se puede creer que un club chino le haya ofrecido 30 millones por temporada, porque Sergio es un central vigente y en plenitud, con una trascendencia enorme. Sin embargo, pensar que el Real Madrid le va a dejar marchar gratis por los servicios prestados es un brindis al sol o una insolencia. La temporada del Madrid, por mucho que el Bar?a se haya ca¨ªdo al final, es un horror. Las renovaciones ya pactadas de Nacho, Kroos o Modric se contemplan con estupefacci¨®n, pero si Ramos quiere una subida de sueldo como sus compa?eros debe elegir un camino menos doloso. Una forma de ganarse innecesariamente la desafecci¨®n del aficionado.
Una petici¨®n dif¨ªcil de asimilar. Hay que negarse a pensar que Ramos haya decidido no competir al primer nivel por dinero, que sea capaz de renunciar al f¨²tbol de ¨¦lite, a los r¨¦cords con el Madrid, a la pr¨®xima Eurocopa con la Selecci¨®n por el exotismo de una liga que pagar¨ªa mucho, pero por la que renunciar¨ªa a ser uno de los tres mejores del mundo en su puesto.
Las cartas sobre la mesa. Florentino P¨¦rez ya se encarg¨® en Onda Cero de significar que el camero es el jugador mejor pagado de la plantilla blanca y que es vital en la pr¨®xima hoja de ruta del club. Los centrales que hay en el mercado son muy caros y peores que Sergio. No se va a ir. El jugador ha aireado su malestar. Lo irrisorio del asunto es que, despu¨¦s del ruido, estas cuitas suelen acabar con una subida de sueldo pactada y sin estridencias.