El Landismo despierta
El ciclismo est¨¢ acu?ando entre sus aficionados y en las redes sociales el t¨¦rmino Landismo, que agrupa la fe de los seguidores incondicionales de Mikel Landa, una especie de Curro Romero del pelot¨®n, que alterna exhibiciones y petardazos. Lejanamente nos recuerda al inolvidable Chava Jim¨¦nez. El Landismo hab¨ªa puesto toda su confianza en este Giro de Italia, pero, como le suele ocurrir al vasco, basta con tener el foco proyectado hacia su persona, para no responder a las expectativas creadas. Landa perdi¨® m¨¢s tiempo del esperado en la contrarreloj inaugural, tambi¨¦n en la crono del pasado domingo. Por medio se cay¨® un par de veces, la primera de ellas despedido por Simon Yates, con quien protagoniz¨® una pol¨¦mica en caliente, con disculpas posteriores ya m¨¢s fr¨ªo en el hotel.
Landa hab¨ªa cubierto el primer tercio del Giro a 4:52 minutos de Primoz Roglic, el l¨ªder virtual aunque no vista la maglia rosa. Y as¨ª lleg¨® al primer puerto serio, el Montoso, que se coronaba a 32 kil¨®metros de Pinerolo, con resonancias hist¨®ricas por la memoria de Fausto Coppi, ¡®un uomo ¨¨ solo al comando¡¯. Landa lanz¨® su primer ataque de esta edici¨®n en esas rampas, junto a Superman L¨®pez, que tambi¨¦n ha empezado peor de lo previsto y tambi¨¦n tiene mucho trecho que recortar. Hay piernas. Y hay Giro. La recolecta final fue pobre, 28 segundos, pero la ilusi¨®n generada fue rebosante. Lo importante es que el alav¨¦s resucit¨® a sus fieles, esperanz¨® al ciclismo espa?ol, igual que L¨®pez al colombiano. La remontada ha arrancado en las carreteras de Coppi. Creer en eso es el Landismo.