Peru Zaballa, el 'Bielsa' espa?ol

El raro gesto de Bielsa, devolviendo un gol al Aston Villa, evoca una historia de hace 50 a?os, cuando Pedro Zaballa, en un gesto ins¨®lito, renunci¨® a un gol en el Bernab¨¦u al ver el da?o que ten¨ªan Junquera y Esp¨ªldora.

Aquello le vali¨® el premio Fair Play de la UNESCO, que recogi¨® en Par¨ªs, y dio nombre al que luego cre¨® la Federaci¨®n Espa?ola en el mismo sentido. ?l, por desgracia, ya no est¨¢ entre nosotros. Pero s¨ª su recuerdo.

C¨¢ntabro, natural de Castro Urdiales, Peru fue subiendo escalones hasta el Racing, donde alcanz¨® nombrad¨ªa. En 1961 fich¨® por el Bar?a, como uno de los pilares en el proceso de renovaci¨®n del gran equipo de Helenio Herrera, envejecido. Digamos que fue de una quinta en la que podemos incluir a Sadurn¨ª, Eladio, Pereda, Fust¨¦, Rif¨¦ y Zald¨²a, entre otros. Jug¨® en la Selecci¨®n dos veces, una en la B y otra en la A, muy connotada, pues fue una victoria sobre Irlanda en Dubl¨ªn por 0-2, de la Eurocopa'64, los dos goles suyos. Se le apod¨® el zorro de Dubl¨ªn. Fue convocado varias veces m¨¢s, pero Amancio y Ufarte a un lado y Gento y Lapetra al otro, le cerraban el paso. ?l fue un extremo veloz, de disparo seco y duro.

Despu¨¦s de seis temporadas, con 29 a?os, pas¨® al Sabadell. En el Bar?a dejaba 209 partidos y 56 goles, y se llevaba una Copa y una Copa de Ferias. El Sabadell estaba entonces en Primera y era un equipo popular y prestigioso, con su llamativa camiseta arlequinada.

Iba por la tercera temporada all¨ª cuando el 2 de noviembre de 1969 su equipo visit¨® el Bernab¨¦u. Eran tiempos del Madrid ye-y¨¦. El Sabadell plante¨® un partido de t¨² a t¨², con defensa segura atr¨¢s, mucha presi¨®n en la media y salidas r¨¢pidas. En el '56, todav¨ªa con el 0-0, hay una falta cerca del ¨¢rea del Madrid. Se coloca la pertinente barrera, Zaballa va al bal¨®n y en vez de disparar lo pica sobre la berrera, en jugada de pizarra, hacia Palau. Esp¨ªldora lo advierte y va tras ¨¦l, al tiempo que sale de la porter¨ªa Junquera. Junquera era un gigant¨®n sin miedo a nada, cuya carrera se vio disminuida por las lesiones que le produjo ser tan temerario. Hay un choque tremendo entre los tres, el bal¨®n queda suelto y le llega al propio Zaballa con la porter¨ªa vac¨ªa ante ¨¦l y los ca¨ªdos fuera de su l¨ªnea de tiro. Era gol o gol. Pero prefiri¨® echarlo fuera, por la banda.

Palau result¨® ileso, pero Esp¨ªldora y Junquera salieron en camilla. Junquera me cont¨® no hace mucho, en su peque?o bar de La Felguera, que no recuerda nada desde su salida de puerta hasta que despert¨® en el vestuario. Tuvo que ser operado del p¨®mulo. Mientras los lesionados eran retirados y se preparaban Betancort y Zunzunegui para salir, el Bernab¨¦u, en pie, dirigi¨® un aplauso de cinco minutos a Zaballa, en uno de los ratos m¨¢s emotivos que me ha permitido vivir el f¨²tbol. Luego, cada vez que tocaba el bal¨®n, se elevaba una ovaci¨®n tremenda.

Se hubiera tardado lo mismo en atender a los lesionados si Zaballa hubiera sacado el bal¨®n del campo entre los postes y el larguero, anotando gol, pero no le pareci¨® decente. Luego dir¨ªa: "Esto es f¨²tbol, no una guerra".

El Madrid acab¨® ganando 1-0, gol de Pirri en el '89. Aquel no-gol de Zaballa pudo costarle caro al Sabadell, que hizo una floja segunda vuelta. Bajaban tres. El Sabadell acab¨® tercero por la cola, empatado con el Depor, al que mejor¨® en el goal average. Por los pelos no fue decisivo aquel no-gol del Bernab¨¦u.

Era un tipo modesto. Cuando fue a Par¨ªs a recoger el premio Fair Play de la UNESCO se le vio inc¨®modo, escuchando discursos en su honor.

Termin¨® su carrera en el Oviedo. Se qued¨® all¨ª, con la concesi¨®n de Prenatal para Asturias. Muri¨® joven, a los 59 a?os. Sus restos reposan en Castro Urdiales. Su hijo Peru me comentaba ayer la sencillez con que se refer¨ªa siempre a aquello: "Dec¨ªa que le sali¨® as¨ª, sin pensar. Era reacio a cualquier tipo de halago".

A la muerte de Zaballa, y por sugerencia de su ¨²ltimo equipo, el Oviedo, la Federaci¨®n instituy¨® el premio Juego Limpio, con su nombre.

A Peru le toc¨® venir a Madrid en 2014, cuando Villar hizo un homenaje a los campeones de la Eurocopa '64. Aqu¨ª conoci¨® a los viejos camaradas de su padre, que estuvieron cari?os¨ªsimos con ¨¦l. Est¨¢ orgulloso de su nombre y apellido, los mismos que los del protagonista de nuestra historia, pero le duele una cosa: la poca repercusi¨®n y visibilidad que tiene el trofeo al Juego Limpio Pedro Zaballa.

Habr¨¢ que remediarlo entre todos.