Primero el juego y despu¨¦s el gol: Pogba, Eriksen, Hazard...
Acabar con el casting. Zidane debe parar la sangr¨ªa. El primer e incluso el ¨²nico criterio para jugar en este tormentoso final de temporada tiene que ser el deseo de competir. Lo que ten¨ªa que comprobar en entrenamientos y partidos, ya lo ha podido ver hasta la fecha en las semanas que lleva desde su regreso, bals¨¢mico para Florentino, pero peligroso para su credibilidad. El Real Madrid no puede dar ni un solo partido m¨¢s esa imagen de equipo que se ha dejado ir y al que le da igual ocho que ochenta. Esa insoportable dejadez es impropia de su historia.
Los que odian perder. El t¨¦cnico alem¨¢n del PSG, Thomas Tuchel, afirm¨® que su equipo necesita m¨¢s jugadores "que odien perder". Imposible no pensar en Cristiano Ronaldo al leer esa frase. Lo curioso es que esta m¨¢xima ya la aplicaba Santiago Bernab¨¦u en el Real Madrid hace varias d¨¦cadas. Los malos perdedores, siempre mal vistos, son extremadamente competitivos y contagian su inconformismo al grupo. M¨¢s all¨¢ de nombres que ilusionen en el mercado, el Madrid necesita recuperar el hambre y su voracidad ganadora. Lo pidi¨® Lopetegui a principios de temporada y, a d¨ªa de hoy, a 18 puntos del Barcelona, el diagn¨®stico ya es un clamor.
La sala de m¨¢quinas. Cuando todas las tornas parec¨ªan girar en la ausencia de gol en el club blanco y c¨®mo suplirla, la realidad del mercado madridista apunta a la fisonom¨ªa de su futuro centro del campo. No s¨®lo falta gol y hambre, sino, sobre todo, juego. A falta de conocer el dibujo que emplee Zidane, los nombres de Pogba, Eriksen y Hazard toman cada vez m¨¢s cuerpo. Y si la operaci¨®n salida generase lo suficiente, so?ar¨ªa con tener a Kant¨¦, lo m¨¢s parecido al Makelele con el que ¨¦l jug¨®. Partidos infames como el de Vallecas no hacen sino ahondar en la sensaci¨®n de que Kroos e incluso Modric han llegado a un grado de desconexi¨®n impensable.
La guinda al pastel. La apuesta estrat¨¦gica marcada desde el club es la de Vinicius Jr. El jugador, ya imagen de la canarinha en la presentaci¨®n de su nueva camiseta, aspira a mantener el estatus de megaestrella el pr¨®ximo ejercicio, aunque habr¨¢ que ver c¨®mo respira Zidane al respecto. Ya saben la l¨ªnea tan delgada que hay entre los plenos poderes y no mandar ni en su casa. Lo que est¨¢ hablado es que la ¨²nica locura, en t¨¦rminos econ¨®micos, se har¨ªa por Kylian Mbapp¨¦. Aunque muy dif¨ªcil, en la zona noble del Bernab¨¦u no descartan que se crucen los astros y pueda existir una puerta entreabierta a su anhelada incorporaci¨®n.