Es tiempo de corzos
Estamos a punto de estrenar el mes corcero por excelencia y a los apasionados de la caza ¡°del duende¡±, los nervios nos afloran por cada uno de los poros de nuestra piel.
Estamos a punto de estrenar el mes corcero por excelencia y a los apasionados de la caza "del duende", los nervios nos afloran por cada uno de los poros de nuestra piel.
Pero no dejemos pasar por alto, que el tiempo afecta mucho a la hora de salir "tras los duendes".
La caza del corzo, sobre todo en los primeros compases de temporada, cuando la primavera muestra m¨²ltiples registros climatol¨®gicos, est¨¢ fuertemente condicionada por el tiempo, de ah¨ª que convenga tenerlo presente a la hora de planificar las salidas. Y como bien dice nuestro refranero "cuando en marzo mayea, en mayo..." pues eso.
Los resultados pueden variar de manera manifiesta de recechar o esperar bajo condiciones digamos ¨®ptimas, a hacerlo sometidos a una lluvia incesante, un calor extremo, una copiosa nevada o un intenso viento. Aun as¨ª, hay veces en las que no podemos alterar nuestros planes, pues s¨®lo nos es posible acudir a cazar unos d¨ªas concretos, y tenemos que superar, adem¨¢s de las dificultades que nos ponen los corzos, aqu¨¦llas provenientes de factores atmosf¨¦ricos adversos. En estos casos no viene mal que la suerte est¨¦ de nuestro lado.
Despu¨¦s de unos a?os cazando con fruici¨®n esta especie, despu¨¦s de unas pocas salidas corceras arruinadas por el mal tiempo, soy de la opini¨®n de que -si se puede- es preferible programar las cacer¨ªas teniendo en cuenta las condiciones climatol¨®gicas de los d¨ªas en cuesti¨®n, para lo cual contamos con pron¨®sticos meteorol¨®gicos cada vez m¨¢s acertados y detallados y con mayor antelaci¨®n.
Sin embargo, no siempre se puede obrar de esta manera, y a veces, aun pudiendo, no se quiere, pues las ganas de cazar pesan m¨¢s que cualquier otra cosa, lo que resulta muy evidente trat¨¢ndose de recechos y esperas al 'duende'.
Adem¨¢s, que el tiempo no sea todo lo bonancible que dese¨¢semos -e incluso si resulta francamente contrario a nuestros intereses cineg¨¦ticos- no significa que los corzos no se muevan y concedan algunas oportunidades para su abate.
Ser¨¢ m¨¢s complicado y tal vez los machos no se encuentren donde acostumbramos a verlos ni a las mismas horas, pero ah¨ª seguir¨¢n a pesar de las inclemencias, por lo que, encomend¨¢ndonos al tes¨®n personal, a encontrarnos en el lugar apropiado en el momento justo y un poco a la fortuna, podremos lograr nuestro objetivo.
?Qu¨¦ por qu¨¦ nos gusta tanto la caza del corzo? De por s¨ª es un animal m¨¢gico y de caza dif¨ªcil, pero no cambio por nada del mundo los primeros d¨ªas de esta estaci¨®n, donde la naturaleza se viste de gala, detr¨¢s de los corzos. En mi caso y de momento, con c¨¢mara en mano.
?Salud y buena caza!