El banquillazo que merece Bale y el posible destierro de Isco a la grada
Se?as de identidad. El Madrid de Solari es el de Vinicius, Lucas, Reguil¨®n y el estrellato de Benzema. El equipo blanco se ha puesto en velocidad de crucero y hay que darle al t¨¦cnico el m¨¦rito que le corresponde por tomar decisiones dif¨ªciles y por cambiar una inercia. Pero ahora llega el momento de la verdad, el de mirar a los ojos al Bar?a, al Atl¨¦tico y a la Champions. No hay una sola encuesta en la que los aficionados no voten a Vinicius como titular por encima de Bale. Ahora que llegan los altos duelos habr¨¢ que ver si juegan los que m¨¢s rinden o si Solari se acaba 'rindiendo' con Bale y Marcelo.
La infelicidad de Isco. Si Solari no cree en ¨¦l porque no le gusta el profesional, la persona o el futbolista, esto ¨²ltimo denotar¨ªa mal gusto, el Madrid habr¨ªa perdido una buena ocasi¨®n de ceder al malague?o en el mercado invernal. Todos habr¨ªan salido ganando: el jugador que tendr¨ªa minutos, alegr¨ªa, adem¨¢s de seguir siendo pilar en la Selecci¨®n; el Madrid, que se hubiese ahorrado buena parte de la ficha y tendr¨ªa pista libre para el fichaje m¨¢s caro de esta ventana, Brahim D¨ªaz.
Los minutos de la basura. Por jerarqu¨ªa y por car¨¢cter, Isco lleva rematadamente mal la intrascendencia. La frontera para no entrar en la convocatoria podr¨ªa traspasarla esta misma semana. Es cierto que el malague?o se volvi¨® a equivocar en su gesto con Chendo, mal hecho y peor explicado, pero es triste que s¨®lo se le mida por sus despechos. Dos minutos antes, en otro gesto, pero t¨¦cnico, lanz¨® el bal¨®n medido a la carrera de Odriozola para el golazo de Mariano. Benzema e Isco son dos talentos descomunales. La confianza y la implicaci¨®n han convertido al franc¨¦s en el jugador del momento. La desconfianza y la desconexi¨®n han convertido a Isco en un alma en pena, con olor a quedarse fuera de la convocatoria.
Messi, lo que le d¨¦ la gana. Ser¨¢ el propio Leo el que decida si tiene que jugar este Cl¨¢sico copero por sus sensaciones, pero el momento invita a la prudencia. Hay partido de vuelta, el antecedente liguero sin el astro, con manita incluida, o la cercan¨ªa de la Champions parecen argumentos de peso para no arriesgar. Tambi¨¦n podr¨ªa jugar s¨®lo media hora, aprovechando el menor descanso madridista o en funci¨®n del resultado. Como en el campo, Messi har¨¢ lo que quiera.