Mal sue?o para los tramposos
En los casos de Lydia Valent¨ªn y Ruth Beitia no s¨®lo no existen esas sombras, sino que bastante castigo han sufrido ya al perderse los podios ol¨ªmpicos.

Las dos noticias se encadenaron en una semana informativamente trepidante. El mi¨¦rcoles, Lydia Valent¨ªn comunic¨® en las redes sociales que el 28 de febrero recibir¨¢ el oro de Londres 2012, tras la descalificaci¨®n del podio completo. El jueves, el COE ratific¨® el anuncio. Y el viernes, una resoluci¨®n del TAS suspendi¨® a Svetlana Shkolina, cuyo bronce ol¨ªmpico heredar¨¢ Ruth Beitia, siempre que el COI decida la reasignaci¨®n. Y seguramente lo har¨¢. En otras ocasiones, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico ha dejado la plaza vacante para no premiar a otros deportistas sospechosos. No concedi¨® el oro de los 100 metros de Marion Jones de S¨ªdney 2000 para que no recayera en Ekaterini Thanou, ni tampoco el bronce de Lance Armstrong de esos mismos Juegos, que se hubiera llevado Abraham Olano. Eran tiempos confusos.
Pero en los casos de Lydia y Ruth no s¨®lo no existen esas sombras alargadas, sino que bastante castigo han sufrido ya al perderse la vivencia y la foto en los podios ol¨ªmpicos. Como principio, las medallas y las victorias deber¨ªan ser siempre reasignadas, porque se ofrece un doble mensaje. El primero, para el tramposo, que no podr¨¢ dormir tranquilo durante los diez a?os de prescripci¨®n de su falta. Y el segundo, para el deportista limpio, a quien se le aplica justicia. ¡°He hecho un Lydia Valent¨ªn¡±, brome¨® Beitia al conocer la noticia. Tambi¨¦n podr¨ªa haber dicho ¡°un Manolo Mart¨ªnez¡±, que recibi¨® el bronce de Atenas 2004. Hay que intensificar los rean¨¢lisis y las investigaciones con car¨¢cter retroactivo, para que el defraudador no se sienta impune. La AMA acaba de acceder al laboratorio de Mosc¨². La historia contin¨²a.