Del campo a la mesa
Apunto de que la temporada de caza entre en su letargo, es hora de asegurarnos una carne de caza en perfecto estado para su consumo durante el a?o.
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Apunto de que la temporada de caza entre en su letargo para que la madre naturaleza haga las veces de sabia, y nos pinte los campos de colores primaverales, es hora de algo tan importante como asegurarnos una carne de caza en perfecto estado para su consumo durante el a?o.
La conservaci¨®n es primordial para que disfrutemos del sabor y las propiedades de la carne silvestre. La caza, termina en el plato.
Lo primero y fundamental es su preparaci¨®n en origen. Si se trata de carne de caza mayor, debemos desollar la pieza de una forma correcta, procurando que no queden pelos en nuestras piezas y retirando, en la medida de lo posible, la menor grasa de la pieza.
Si podemos, despiezarla en partes grandes para posteriormente hacerlo en trozos m¨¢s peque?os en casa, eso s¨ª, con un cuchillo distinto al de retirar la piel.
Respecto a las piezas de caza menor, a m¨ª me gusta a los conejos, limpiarles de v¨ªsceras, a la liebre, dejarla tal cual y, a las aves, dejarlas enteras, pero retirando parte de los intestinos.
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Para su transporte aconsej¨® unas neveras de poliuretano y, si ya es posible, con placas de fr¨ªo para su perfecto transporte.
Cuando lleguemos a casa, es importante congelar la carne a la mayor brevedad posible. La caza menor, directamente tal y como viene del monte, separadas de una en una y siempre con fecha para consumir antes las m¨¢s antiguas.
Respecto a la carne de caza mayor, empiezo primero con lo que voy a consumir en el acto, y despu¨¦s voy despiez¨¢ndolo cada parte seg¨²n el uso que le vaya a dar en los fogones: las piernas para rag¨², carne picada, filetes...
Los lomos para filetes, costillares para asar o guisar, y paletillas para guisos suaves.
Hay que ser pr¨¢cticos. Por ejemplo, la carne picada es lo que menos durabilidad tiene congelada, por ello, me gusta hacer alb¨®ndigas, fre¨ªrlas y, una vez cocinadas, las congelo por raciones, termin¨¢ndolas con su salsa cuando quiera com¨¦rselas (la receta la dejo para otra ocasi¨®n).
Al igual que con la carne de caza menor, es importante que vayamos marcando fechas para su consumo y, a tener en cuenta, cuanto m¨¢s peque?o hagamos el paquete, antes se congela y se descongela.
Ya solo queda prepararnos para seguir disfrutando el resto del a?o de nuestros lances de caza, cocinando su carne y, por supuesto, seguir compartiendo momentos con nuestros familiares y amigos.
?Salud y buena caza!