Atl¨¦tico-Bar?a y River-Boca. ?Qu¨¦ ver?
La mala suerte ha querido que hoy nos coincidan en d¨ªa y hora dos partidos que no queremos perdernos.? En Madrid, el Atl¨¦tico-Bar?a, en el flamante Wanda Metropolitano, con mucho que decir en el campeonato nacional m¨¢s fuerte del mundo. En Buenos Aires, la vuelta de la final de la Copa Libertadores, ahora River-Boca, con un 2-2 en la ida, lo que lo deja todo abierto. El deslumbrante f¨²tbol de la Europa rica, un tanto sofisticado, recept¨¢culo de los mejores jugadores de cualquier parte, a un lado; al otro, el sabor a?ejo del f¨²tbol porte?o, de la rivalidad entre barrios y entre vecinos, un duelo con m¨¢s de un siglo de leyenda.
Bueno el del Metropolitano, desde luego. Y con su deje argentino, porque argentinos son los mascarones de proa de las naves enfrentadas, Simeone y Messi. Y tienen su cuita. De Simeone se escap¨® una grabaci¨®n durante el Mundial en la que pon¨ªa un poco en solfa el papel de Messi con Argentina, hasta le desmerec¨ªa frente a Cristiano. Luego lo quiso arreglar, pero no era f¨¢cil. Ahora se ven en un partido que espero bravo, entre ese Bar?a que ha perdido la seguridad en su juego pero del que con Messi se puede esperar cualquier cosa, y un Atleti que recupera efectivos y que vive en el continuo debate entre esperar o atreverse a dominar los partidos.
Un partido de lo m¨¢s apetecible, s¨ª, pero ?c¨®mo perder de vista el del Monumental? El 2-2, sin valor de los goles fuera, lo define como una final pura, con el t¨ªtulo continental para el ganador, lo que dar¨¢ licencia para zaherir al vecino hasta que haya oportunidad de revancha, que a saber si la habr¨¢ alg¨²n d¨ªa. La ida, en La Bombonera, nos ofreci¨® una bella imagen de los dos equipos, engrandeci¨® la imagen del f¨²tbol argentino y de la Copa Libertadores ante todo el mundo. Un f¨²tbol con much¨ªsimo menos dinero (lo que cobra Messi supera el presupuesto de cualquiera de ellos) pero con un fondo de verdad antigua que le da un sabor especial.