Sevilla, Blanco... Memoria del f¨²tbol
Se suele decir que el f¨²tbol no tiene memoria, y no es verdad. La frase salta de cuando en cuando en torno a un jugador que est¨¢ en sus acaballas. Entonces lo pasa mal. Nota que estorba al entrenador, a la afici¨®n, a la prensa, incluso a la plantilla, que desea el aporte de sangre joven. Pero eso es transitorio. Luego viene una verdad duradera: el planeta f¨²tbol (cojo prestado el sintagma taurino de D¨ªaz-Ca?abate) agradecer¨¢ siempre a sus h¨¦roes tantos buenos ratos. Se nota en la calle, lo sienten los antiguos ¨ªdolos. Pero nadie se esmera en hac¨¦rselo notar como el Sevilla. Ayer fue el turno de Pablo Blanco, und¨¦cimo ¡®Dorsal de Leyenda¡¯ del club. Un acto precioso.
Pablo Blanco ha cumplido 50 a?os en el Sevilla. Lleg¨® de juvenil, hizo la mili, jug¨® 415 partidos en el club, luego se qued¨® en la cantera. Jugador de casta y coraje, como recetaba el anterior himno, que nunca se rindi¨®, como receta el actual, representa una forma de estar en el f¨²tbol. Estuvo a las duras y a las maduras, aprendi¨® de los mayores (Eloy), ense?¨® a los j¨®venes (Montero), acogi¨® a los forasteros (Scotta o Bertoni), hizo lo suyo mejor que bien. Generalmente, lo m¨¢s ingrato: frenar a Cruyff, a Kempes, a Carde?osa, a Leivinha... Luego cuid¨® la cantera, para la que entresac¨® de la provincia a tres campeones del mundo: Ramos, Marchena y Navas.
Ayer le entreg¨® el Sevilla el ¡®Dorsal Leyenda¡¯, en un acto que me pareci¨® una sobria exaltacion de lo mejor que tiene el f¨²tbol. Acudieron autoridades, jugadores sevillistas de varias generaciones y b¨¦ticos (qu¨¦ bonito ver a estos) de la suya. Amigos leales al cabo del tiempo. Estuvo Urrutia, a¨²n cabeza visible del Athletic, enriqueciendo con su presencia el valor simb¨®lico de un acto sencillo y limpio, ideal. Me fui pensando lo bien que hace el Sevilla estas cosas (adem¨¢s de otras) y lo poco que les costar¨ªa a otros clubes imitarle. El f¨²tbol es comercio, y est¨¢ bien que lo sea, pero tambi¨¦n es un dep¨®sito de memoria colectiva al que es grato honorar, como hace el Sevilla.