El diagn車stico est芍 claro, pero ?la receta?
Ya en caliente, tanto Fernando Hierro como pesos pesados de la talla de Ramos, Iniesta e Isco lo ten赤an muy claro. Jugando as赤, lo normal es que no se llegue muy lejos. Es muy importante que el diagn車stico sea tan un芍nime para todo el mundo, profesionales, analistas y afici車n. Ahora bien, lo complicado es c車mo corregir lo negativo sin perder todo lo positivo que se ha demostrado, que es mucho y muy relevante.
Es el turno de Hierro, el primer entrenador a secas de la historia de la Selecci車n espa?ola, puesto que 谷l, todav赤a, no puede ser considerado seleccionador. El grupo de 23 lo eligi車 Lopetegui seg迆n sus gustos y planes. El papel de Hierro, por tanto, se parece m芍s al de un t谷cnico que llega a mitad de temporada a un club por la destituci車n de un colega. Pero en un entorno tan especial y 迆nico como es la fase final de un Mundial. Por la exigencia y por la poca experiencia previa en los banquillos y la mucha como futbolista de enorme peso hist車rico, es muy acertada la comparaci車n con la llegada de Zidane al Real Madrid en la 2015-16. Es un cargo tan singular que en ning迆n curso de entrenador pueden prepararte para 谷l. Hierro ha jugado cuatro Mundiales, con vivencias de todo tipo. Y vio desde dentro el triunfo de 2010. Se nota a la legua que el vestuario cree en 谷l. Nadie desde fuera estamos capacitados para ponernos en su lugar. Sabe que debe actuar y todos deseamos que acierte.
Lo m芍s preocupante es que los errores cometidos han sido individuales en su gran mayor赤a. No hay nada que produzca m芍s quebraderos de cabeza a un entrenador. Porque esos fallos aislados est芍n fuera del alcance de su trabajo previo, pero, encima, vienen a comprometer todo el trabajo posterior. Principalmente, es la confianza la que se ve tocada, y no hay una f車rmula m芍gica para que los jugadores se?alados y el grupo en general se repongan de un d赤a para otro como si tal cosa. Se requiere paciencia, tino en las decisiones que se tomen y, por supuesto, buena suerte.
Hay detalles que se deben pulir de inmediato. En este torneo, casi cada c車rner a favor est芍 acabando en una contra del rival. La presi車n tras perdida no es efectiva en varias fases del partido, seguramente por las propias condiciones de los jugadores de ataque sumadas a una p谷rdida de confianza de la defensa para avanzar metros y juntar l赤neas. En esto quiz芍 tenga algo que ver que toda la zaga note las dudas de De Gea ahora mismo. Todo ese conjunto de factores y alguno m芍s provoca que, demasiadas veces, en todos los partidos desde que se inici車 la concentraci車n, tambi谷n con Lopetegui, los rivales encuentran con facilidad el camino a nuestra porter赤a.
Yo no estoy de acuerdo con las cr赤ticas m芍s duras que he escuchado o le赤do. Espa?a no est芍 jugando mal. Es, en realidad, un problema diferente. Su juego est芍 descompensado. En ataque, hemos visto un despliegue de recursos por encima del de todas las selecciones del campeonato. Porque, adem芍s, se ha hecho en situaciones de extrema presi車n, con marcadores en contra y sobreponi谷ndose a momentos de gran incertidumbre. Esto ha permitido que, con seis goles a favor, los cinco en contra, demasiados, no hayan impedido que acab芍semos primeros de grupos. Es la descompensaci車n propia del ideario de Cruyff, lo de que no importa encajar los goles que sean mientras se marque uno m芍s que el rival. Queda muy bonita la frase en un im芍n para la nevera, pero lo cierto es que nunca pudimos comprobar c車mo habr赤a planteado el Cruyff entrenador un torneo corto y sin margen de error como este. En la final de la Copa de Europa que gan車, lo cierto es que se volvi車 menos rom芍ntico y sac車 una defensa de cuatro pr芍cticamente in谷dita, metiendo al central Nando en detrimento de los extremos Goikoetxea o Beguiristain, titulares habituales del Dream Team. Y en la otra final que jug車, el orden y poder赤o f赤sico del Mil芍n de Capello le humill車 4-0. La Espa?a de Del Bosque, aclamada por su juego ofensivo, fue una m芍quina defensiva perfecta donde, sin excepci車n, jugaban siempre juntos Busquets y Xabi Alonso. Para incomprensi車n de parte importante de la prensa y p迆blico, que lo ve赤a innecesario. Ante rivales inferiores sobre todo.
Ahora Busquets no ha contado con esa ayuda tan espec赤fica en el equilibrio, s車lo en parte los ratos que estuvo Koke. Hierro puede intervenir cambiando unas piezas por otras o modificando el esquema. Quiz芍 se pierda fluidez en ataque, pero se gane consistencia y confianza defensiva. Ese es un primer paso para ayudar a sus jugadores a aumentar la concentraci車n y evitar errores puntuales y groseros de graves consecuencias. La seguridad en defensa tambi谷n se contagia, como est芍 haciendo Isco en ataque, donde todos sus compa?eros saben que tienen que buscarle para que la jugada mejore. Puyol o Casillas eran ejemplares para contagiar confianza con actuaciones puntuales de gran acierto. Tambi谷n necesita el equipo sentir ese calor. Lo contrario a lo que transmite De Gea ahora. Corresponde a Hierro intentar que el excelente portero salga del bache o darle paso a Reina o Kepa. Yo ah赤 no me meto. No he jugado cuatro Mundiales ni s谷 lo que es ser central en una competici車n tan exigente y sentir que tu portero tiene dudas y miedos. Pero Hierro, s赤. As赤 que s車lo le deseo que, haga lo que haga con este y otros problemas, acierte de lleno.
Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este art赤culo con las pupilas.