Arrizabalaga y el l赤o con los porteros
La magn赤fica actuaci車n de Arrizabalaga, debutante en el Bernab谷u, ya tiene un cap赤tulo propio en la desconcertante narrativa del Real Madrid con los porteros. Tiene uno, Keylor Navas, que es muy bueno, pero que no genera el aprecio universal en el madridismo, o al menos en el club. Forma parte de la peculiar raza de porteros (Betancourt, Garc赤a Rem車n, Miguel ?ngel, Buyo y Casillas) que han dejado huella en el Madrid, guardametas r芍pidos y 芍giles, m芍s bien peque?os, bastante heterodoxos, casi todos de gran personalidad, habituados, en definitiva, a un tipo de trabajo que generalmente les exig赤a grandes paradas y pocas intervenciones. Keylor ha sido el titular durante los tres 迆ltimos a?os. Su rendimiento ha sido excelente, sobre todo en los momentos cruciales para el Madrid. Zidane le defiende con tenacidad. No suena falso. Es una defensa convencida, pero cada a?o el club le busca un sucesor. Esa contradicci車n entre lo que mantiene el entrenador y lo que pretenden los dirigentes (Florentino P谷rez, a la cabeza) es lo que define la relaci車n del Madrid con sus porteros. Nunca est芍 suficientemente contento con ellos.
Esta incomodidad no es nueva. Desde hace casi 50 a?os, el Real Madrid ha buscado alternativas opuestas a su modelo titular de portero. Han triunfado los 芍giles y peque?os, pero muchas veces se han promovido guardametas altos y grandes, m芍s homologables por tipolog赤a a los porteros italianos y alemanes. La saga comenz車 con Junquera a principios de los a?os 70 y sigui車 con Agust赤n, Bizarri, Dudek o Diego L車pez. Todos sobrepasaban el 1,90 y todos fraguaron una buena carrera, pero ninguno se acredit車 como un portero hist車rico del Real Madrid.
La contradicci車n alcanz車 l赤mites insospechados con Iker Casillas, el portero m芍s c谷lebre en la historia del Madrid. Fue figura desde su temprana aparici車n en el primer equipo. Jug車 m芍s partidos que nadie. Gan車 todo lo que se puede ganar en el f迆tbol. Pocos jugadores han sido m芍s aclamados que 谷l por la hinchada. Su imagen funcionaba entre la gente tan bien o mejor que cualquiera de los 赤dolos en las dos ediciones gal芍cticas del Real Madrid. Sin embargo, nunca le mereci車 demasiado cr谷dito a Florentino P谷rez. Sosten赤a que la fama de Casillas estaba bastante inflada y que el equipo requer赤a otro tipo de portero.
El inapreciable debate inicial se transform車 en una terrible pol谷mica, encabezada por Jos谷 Mourinho, que retir車 a Casillas de la titularidad y le manch車 la imagen con la ayuda de sus brigadistas medi芍ticos, pero no solucion車 el problema. Mourinho se tuvo que ir antes que el portero. De hecho, Mourinho comenz車 a hundirse cuando el conflicto se volvi車 tan sangrante que afect車 al rendimiento del equipo. Desde entonces, planea sobre el Madrid una especie de paradoja freudiana. No le gusta demasiado lo que tiene (Keylor), pero no se atreve a apostar por los que le gustan.
Los casos de Arrizabalaga y De Gea, los dos j車venes porteros de la Selecci車n espa?ola, explican la indecisa pol赤tica del Real Madrid con los guardametas. Los dos hab赤an llegado a un acuerdo con el club, pero terminaron firmando por el equipo en el que jugaban, Athletic y Manchester United. Se puede apelar a cualquier raz車n para justificar los virajes de 迆ltima hora, menos al tacto y la coherencia. Mientras tanto, se mantiene la presi車n sobre Keylor, que recibe un buen apoyo del entrenador y los aficionados, y aparecen nombres que representan a porteros en las ant赤podas del centroamericano, desde Courtois a Allison Becker pasando nuevamente por De Gea.
Por si las contradicciones o las dudas no fueran suficientes, el desempe?o de Arrizabalaga increment車 el debate. Hace cuatro meses, con el acuerdo t芍cito entre el Real Madrid y los representantes del jugador, Arrizabalaga (23 a?os) costaba 20 millones. Ahora sigue en el Athletic, con una cl芍usula de 80 millones, la cifra que aproximadamente tendr芍 que pagar el Real Madrid por Courtois, Allison o De Gea. La hinchada madridista sali車 del Bernab谷u pensando que all赤 hab赤a portero bueno y para rato, pero el tren Arrizabalaga ha pasado. Lo que no cesa es el barullo que define la pol赤tica del Real Madrid con respecto a los porteros.