Los calambres: una se?al de que algo est¨¢s haciendo mal
La deshidrataci¨®n, una mala alimentaci¨®n, la carga excesiva o la falta de descanso antes de entrenar son las principales causas de su aparici¨®n.
En primer lugar, me gustar¨ªa dar la bienvenida a este rinc¨®n a todos los aficionados a la bicicleta. Desde hoy, hablaremos sobre ese ciclismo m¨¢s cercano y humano. El que practican millones de personas cada semana. El objetivo de este espacio es ayudar a que el entrenamiento se haga de forma que no afecte a nuestra salud y dar pistas para que vayamos conociendo mejor nuestro propio cuerpo. Tambi¨¦n hablar sobre cicloturismo, marchas, vestimenta y un largo etc¨¦tera de asuntos que pod¨¦is incluso proponer vosotros.
Y hoy, para empezar, me gustar¨ªa hablaros de la hidrataci¨®n y los calambres. Hidratarse no es otra cosa que beber agua para mantener el nivel de l¨ªquido necesario para que nuestro cuerpo siga funcionando. No os he descubierto el fuego con esto, es cierto, pero el caso es que en general asociamos la hidrataci¨®n a beber agua, beber agua al calor y el calor al verano. Deducci¨®n: Cuando salimos en bici en verano hay que beber mucho porque si no, nos deshidratamos. Y as¨ª es.
Pero, ?en invierno, qu¨¦? Hace fr¨ªo, vamos abrigados y en ocasiones con ropa t¨¦rmica, echamos s¨®lo un bid¨®n en la bici y vuelve medio lleno. ¡°Es invierno, con uno me vale¡±. Incluso hay quien lo ve una oportunidad para llevar menos peso en la bici. Como no hace calor, la sensaci¨®n de sed es m¨¢s leve y nos vamos olvidando de beber¡ y despu¨¦s pasa lo que pasa. Este que os escribe ha visto a gente sufrir calambres en los meses de enero y febrero, y eso es sin¨®nimo de que algo est¨¢ fallando clamorosamente.
C¨²mulo de fallos
Los calambres vienen por muchos factores, pero sin duda la deshidrataci¨®n es el abono perfecto para que nuestras piernas los sufran. Si a eso le sumamos que la noche anterior hayamos dormido regular y en el entrenamiento nos 'colamos' un poco con el ritmo, estamos comprando todas las papeletas para que nos toquen. Como pod¨¦is leer, no depende de un solo factor. Pero si vamos a entrenar, un trago de agua cada 15 minutos desde antes del desayuno nos ayudar¨¢ a reducir considerablemente el riesgo de calambres.
Por supuesto, si desde el principio del d¨ªa nos estamos hidratando bien, en el entrenamiento no har¨¢ falta volverse locos bebiendo. Bastar¨¢ con seguir esa cadencia de un trago cada 15 minutos. Pero que quede claro que meterse un litro de agua seguido despu¨¦s de ¨Co pero a¨²n, durante- un entrenamiento en el que no has bebido lo suficiente no sirve para nada, porque las c¨¦lulas tienen capacidad de absorci¨®n limitada y parte de ese agua ser¨¢ eliminada. Aunque s¨ª te quita la terrible sensaci¨®n de sed que, por otra parte, nunca deber¨ªas haber llegado a experimentar y menos en los meses fr¨ªos. La reposici¨®n de l¨ªquidos tras el entrenamiento debe ser tambi¨¦n gradual: la hidrataci¨®n se realiza antes, durante y despu¨¦s de la sesi¨®n.
Si encima de que bebemos poco, somos unos fans de los geles de cafe¨ªna, tambi¨¦n estamos fomentando que aparezca el calambre. La cafe¨ªna es un estimulante y favorece la expulsi¨®n de l¨ªquido del cuerpo, por lo que la p¨¦rdida de minerales se acent¨²a. As¨ª que si hacemos entrenamientos largos deber¨ªamos combinar el agua con alguna bebida isot¨®nica. Como pod¨¦is ver, no hay s¨®lo una causa, sino que muchas veces somos nosotros mismos los que preparamos el c¨®ctel.
Mejor prevenir
Conocer nuestro cuerpo es vital. Las recomendaciones generales que llevamos oyendo toda la vida hablan de beber unos dos litros de agua al d¨ªa. Esto realmente est¨¢ en cuesti¨®n desde hace tiempo, porque no es lo mismo alguien que realiza esfuerzo f¨ªsico en su trabajo diario que otro que hace una labor sedentaria. Pero hay que partir de la base de que, entrenando, sufrir calambres es un error del deportista. En competici¨®n tambi¨¦n, pero ah¨ª el problema suele ser b¨¢sicamente querer ir m¨¢s r¨¢pido de lo que se puede. Y en deporte los milagros no existen. Distinto es un ciclista profesional, cuyo cuerpo est¨¢ infinitamente m¨¢s preparado que el de cualquier persona normal.
Bien por mala hidrataci¨®n, bien fallos en la alimentaci¨®n, por meter una intensidad superior a la que se deber¨ªa o por falta de descanso. En este ¨²ltimo caso, el error es mantener un entrenamiento que tendr¨ªa que haberse cambiado por otro m¨¢s liviano. El entrenamiento es adaptaci¨®n del cuerpo a las cargas y los calambres son se?ales muy evidentes de que las cosas no van bien. Llegados a ese fat¨ªdico punto, lo mejor es parar. Pero, como siempre, m¨¢s vale prevenir.