El pase de Bale redimi¨® a un mal Madrid

Sali¨® Bale y aport¨® la soluci¨®n. Perd¨ªa el Madrid 0-1 (gol de Luis Milla, hijo de aquel Luis Milla del Bar?a, el Madrid y el Valencia) y Cata remat¨® un bal¨®n al larguero. Escalofr¨ªo en el Bernab¨¦u. A la vuelta de esa jugada, Bale, que acababa de ingresar en el campo, meti¨® un pase cruzado de exterior, un lujo, a Borja Mayoral, que cabece¨® picado; el bal¨®n bot¨®, dio en el larguero, volvi¨® al suelo y se acab¨® metiendo en la caja. Del larguerazo que no entr¨® al larguerazo que s¨ª entr¨®. Ah¨ª se esfum¨® el ¡®fuenlabrazo¡¯, que por algunos minutos flot¨® por el Bernab¨¦u. Luego llegaron dos goles m¨¢s, otro de Borja Mayoral, Bale mediante, y el final de Portilla.

O sea, que el Madrid se lleva la eliminatoria, pero el orgullo queda para el Fuenlabrada. En casa perdi¨® 0-2, ambos de penalti, en el Bernab¨¦u empat¨®, lo que es una medalla y le consolida como equipo temible en las salidas. El Madrid sigue, s¨ª, pero acumula m¨¢s dudas sobre su segunda unidad, de cuyo c¨¦lebre ¨¦xito del curso pasado ya s¨®lo quedan cenizas. Se fueron los que se fueron, y ya se ha hablado bastante de ellos, no hay que insistir. Y los que quedan se van desencantando, o ni siquiera salen, por lesi¨®n, por tarjeta, por lo que sea. Lo que queda es un grupo desmedrado, nivel Segunda B, que empata con el Fuenlabrada.

Mereci¨®, y mucho, la pena ver el pase de Bale a Borja Mayoral en el primer gol. Son de alabar los dos tantos de este, para eso est¨¢ un ¡®nueve¡¯. Kovacic volvi¨®, recuper¨® las sensaciones del oficio. Keylor se comi¨® un gol, cosa que a todo buen portero aprovecha si lo sabe digerir. Ceballos corre el peligro de perderse en la niebla, como le est¨¢ pasando a Asensio. Varios muchachos sumaron para su carrera un partido en el Madrid, una medalla. Pero lo que vimos no fue un equipo, sino un agregado discontinuo de voluntades, tratando de sacar decorosamente adelante una noche resuelta de antemano por los dos penaltis de Fuenlabrada. Poca cosa.