Wanda Metropolitano: f¨²tbol modo USA
El Wanda Metropolitano ha tra¨ªdo una novedad a nuestro f¨²tbol: la oferta de una jornada festiva completa, al estilo americano. Cualquiera que haya ido a un partido americano de lo que sea, se habr¨¢ sorprendido la primera vez ante la variedad de oferta antes y despu¨¦s, sobre todo antes, pero tambi¨¦n despu¨¦s. M¨²sica, aroma de hamburguesas y salchichas, mascotas, juegos. Una feria alrededor del campo o el pabell¨®n. Se puede ir ah¨ª a pasar el rato y luego marcharse a casa a ver el partido en la tele. O entrar a verlo. Pero el partido es s¨®lo parte de la experiencia, vivida por muchos en familia. Y hace a los p¨²blicos menos agresivos.
En su nuevo campo, el Atl¨¦tico ha hecho eso y me gusta. Aunque soy un genunino futbolero de la vieja Europa, criado en otras costumbres, me gusta. Aqu¨ª hemos ido al campo como a una experiencia entre m¨ªstica y guerrera, que dura justo lo que dura el partido. El modelo USA, y ahora del Atl¨¦tico, es otro. Que haya m¨¢s. M¨¢s horas, m¨¢s distracciones, m¨¢s convivencia. Que sea una fiesta, que no consista todo en que si gana tu equipo ha valido la pena y si pierde, no. Alg¨²n apunte de esto iba habiendo en algunos estadios europeos, pero lo del Wanda Metropolitano es m¨¢s. Y, vistos los resultados, el p¨²blico lo est¨¢ agradeciendo.
Ante el Bar?a la cosa empez¨® al mediod¨ªa, con dos ambientes, uno m¨¢s marchoso y rockero, el otro m¨¢s familiar. Y, s¨ª, hubo quien fue con la familia a vivir el ambiente, sin entrada, y regres¨® a casa a ver el partido. A la salida hubo una hora de concierto, que sirvi¨® para escalonar la salida. Obligado a hacer el estadio en un sitio aislado, el Atl¨¦tico ha hecho de la necesidad virtud. Buscando trasladar el ambiente de los proleg¨®menos a orillas del r¨ªo, ha importado completo el modelo americano, con los toques castizos (bocatas de calamares del Brillante, por ejemplo) oportunos. Tambi¨¦n en esto ese campo habla de nueva ¨¦poca.