Di St¨¦fano capitane¨® a la FIFA en Wembley en 1963
El madridista fue elegido por el m¨¢ximo organismo del f¨²tbol mundial como l¨ªder de su selecci¨®n en el partido que jugaron ante los ¡®pross¡¯ en el centenario del f¨²tbol
El verano de 1963 fue traum¨¢tico para Alfredo Di St¨¦fano. El 21 de agosto, mientras estaba concentrado con el Madrid para jugar la ¡®Peque?a Copa del Mundo¡¯, fue secuestrado en el hotel Potomac en Caracas, Venezuela, por el Frente de Liberaci¨®n Nacional. ¡°Pens¨¦ que me iban a liquidar¡±, lleg¨® a decir tiempo despu¨¦s. El secuestro tuvo una gran repercusi¨®n internacional y los guerrilleros lograron la publicidad que buscaban. A los tres d¨ªas fue liberado, pero el susto siempre lo llev¨® en el cuerpo.
Un par de meses despu¨¦s, el 23 de octubre de 1963, el f¨²tbol cumpl¨ªa su primer centenario. 100 a?os nada m¨¢s y nada menos desde las actas fundacionales del deporte rey en la Freemason¡¯s Tavern. As¨ª pues las cosas, la FIFA decide celebrarlo con un partido internacional amistoso entre Inglaterra, por ser la cuna del balompi¨¦ que conocemos, y una Selecci¨®n compuesta por jugadores del resto del mundo. El partido se juega en Wembley, con m¨¢s de 100.000 espectadores abarrotando las gradas del m¨ªtico estadio londinense. Se nombra capit¨¢n a Di St¨¦fano por sus grandes m¨¦ritos como futbolista. Rode¨¢ndolo un elenco de ilustr¨ªsimos futbolistas. ¡°Nuestra delantera en ese partido fue: Kopa, Law, Di St¨¦fano, Eusebio y Gento (casi nada al aparato¡). Es la segunda parte entr¨® Puskas por Law. El portero era Yashin (URSS), los defensas, Djalma Santos (Brasil) y Schnellinger (Alemania); en el centro jugaban los tres checos: Popluhar, Pluskal y Masopust. En la segunda parte entraron el portero yugoslavo Soskic, el defensa chileno Eizaguirre, el escoc¨¦s Baxter y el alem¨¢n Uwe Seeler. El entrenador era un chileno, Fernando Riera¡±, escribir¨ªa en sus memorias ¡®Gracias, vieja¡¯. Tres madridistas en el ataque y un ex, Kopa, que a¨²n segu¨ªa dando que hablar en el panorama futbol¨ªstico continental.
Por Inglaterra formaron: Banks; Armfield, Wilson; Milne, Norman, Moore; Paine, Greaves, R. Smith, Eastham y Bobby Charlton. Alf Ramsey buscaba mimbres con los que conformar un s¨®lido equipo que aspirase a ganar el Mundial de 1966 que se celebraba, precisamente, en Inglaterra. Y precisamente ganaron los pross 2-1, con goles de Paine y Greaves, y de Law para los resto del mundo. El resultado, a primera vista, fue exiguo para los intereses de unos y otros. Los locales se estrellaron en el poste y en una portentosa actuaci¨®n de Yashin en la primera parte. Los rivales se daban por satisfechos por no salir goleados y ser uno de los 16 elegidos para tal homenaje. Curiosamente, ese partido, que se jug¨® a las 13:45 de la tarde, fue una prueba de fuego para convertir el deporte, en este caso el f¨²tbol, en un espect¨¢culo de masas a nivel mundial.
Sin embargo, para Di St¨¦fano fue m¨¢s que eso. Fue una experiencia enriquecedora. ¡°Recuerdo que los ingleses desayunaban bacon con huevos y eso a m¨ª me parec¨ªa una barbaridad. Pero deb¨ªan de estar acostumbrados y seguro que les sentaba bien, porque no veas luego como corr¨ªan todos los escoceses, ingleses, irlandeses¡ Como com¨ªan pl¨¢tanos los alemanes, que los ve¨ªa comer unos desayunos con yogures y con toda clase de fiambres. Y nosotros, los espa?oles, siempre iban con el r¨¦gimen: sopa, pescado y carne, o sopa, carne y pescado. Tambi¨¦n pasta, aunque yo com¨ªa poco, un consom¨¦ y un poco de jam¨®n de York¡±, rememora en sus memorias. Tambi¨¦n hace hincapi¨¦ en Wembley: ¡°All¨ª ya hab¨ªa jugado (con la Selecci¨®n espa?ola el 26 de octubre de 1960 en un amistoso Inglaterra-Espa?a, que acab¨® 4-2 para los locales) , es un gran estadio, pero cansa mucho. El c¨¦sped es muy acolchado y se cansan los gemelos. A los 20 minutos ya empiezas a sentir que te pesan una barbaridad. Hay que estar acostumbrado a jugar en ese c¨¦sped. Las dimensiones tambi¨¦n eran muy grandes, sobre todo de ancho. Recuerdo que hab¨ªa un amigo m¨ªo que estaba en el estadio. ¡°?Alem¨¢n!¡±, me grit¨® cuando fui a buscar una pelota que sal¨ªa a banda. Era un argentino que se llamaba Pepe Pe?a. Desde entonces me dec¨ªa: ¡°?Alfredo, alem¨¢n!¡±. Pero tambi¨¦n hab¨ªa una parte oscura. ¡°Ese d¨ªa me hizo mucha ilusi¨®n ser el capit¨¢n. Por lo general nunca me gust¨® tener la capitan¨ªa. Primero, que si te amonestaban era doble amonestaci¨®n, as¨ª que era m¨¢s peligrosa. Y segundo, que yo, con la ropa negra no andaba bien, con los ¨¢rbitros siempre ten¨ªa dificultades¡±.
Pero Di St¨¦fano, Puskas y Gento no fueron los primeros FIFOS. Una d¨¦cada antes, en 1953, Joaqu¨ªn Navarro, lateral derecho madridista, fue convocado para un partido igual: Inglaterra-Resto del mundo para celebrar los 90 a?os de la Federaci¨®n inglesa. Con jugadores como Cajkowski, Kubala, Boniperti, Vukas, Hanappi, Zeman, Happel, Orcwirck, Zebec, Nordahl¡, disputaron un intens¨ªsimo choque que acab¨® 4-4. Esa llamada tuvo una gran repercusi¨®n en el f¨²tbol espa?ol, que ve¨ªa como uno de sus jugadores menos valorados s¨ª ten¨ªa repercusi¨®n internacional. A partir de entonces a Joaqu¨ªn Navarro se le denomin¨® FIFO, en homenaje a su participaci¨®n en dicho encuentro.