Tercer tiempo
Viva la radio
Rafael Alberti naci¨® con aquel cine mudo; perm¨ªtanme refrasearlo: yo nac¨ª con la radio. Muchas generaciones nos hicimos del f¨²tbol gracias a la emisora local, a las emisoras grandes que llegaban con dificultades a los barrios de los pueblos. Mi pueblo es el Puerto de la Cruz, Tenerife, y mi barrio es La Asomada, en La Vera. Mi calle se llamaba la Calle Nueva. El f¨²tbol explot¨® antes de leer.
Pasi¨®n por el f¨²tbol
Por eso soy del f¨²tbol y de la radio. A veces oigo burlas del f¨²tbol; pas¨® en el franquismo y pasa ahora. Siempre pasa, como si el f¨²tbol fuera un deporte en desuso. Hay que ir a las ma?anas del f¨²tbol de los ni?os y hay que ver la emoci¨®n que esta asociaci¨®n de personas despierta en las multitudes. ?Fanatismo? Pasi¨®n, ganas de ver c¨®mo combinan los muchachos. ?El f¨²tbol de los grandes? Respeto para esa belleza.
Hijo de Carrusel
Nac¨ª, pues, con la radio, con Carrusel Deportivo, y con los minutos deportivos de un locutor isle?o muy famoso entonces, Avelino Montesinos. Se le ocurri¨®, en la retransmisi¨®n de un partido del Tenerife, arremeter contra el ¨¢rbitro, que era gallego como el dictador. ¡°?Gallego ten¨ªa que ser!¡± Me parece que fue a la c¨¢rcel. En Carrusel hablaba Iturralde el otro d¨ªa de leyendas arbitrales de la ¨¦poca. Aporto esa.
De Marco a Garrido
Entonces Vicente Marco y Juan de Toro eran Dani Garrido y Ponsetti. Otros tiempos. La sombra de este pa¨ªs era alargada y el f¨²tbol no permit¨ªa (en la radio) ni delirios ni bromas. Pero ellos se las arreglaron para hacer de sus voces compa?eros inseparables de la soledad de los domingos pueblerinos. La gratitud que tengo por aquellos dos sigue ahora, con estos. La radio es para mi la vida, y Carrusel sigue siendo mi compa?¨ªa.
Los ¨²ltimos 180¡¯
Ahora, en estas dos jornadas, es el reto mayor de Carrusel. Las componendas empresariales en torno a LaLiga han hecho que ¨¦sta se desparrame. Y los que escuchamos el f¨²tbol (y lo vemos escuchando) tenemos nuestro festival de radio y f¨²tbol. El infarto empez¨® anoche. Nunca he visto un Carrusel en el estudio. Me voy a pedir entradas para la ¨²ltima jornada. O¨ªr f¨²tbol me hizo m¨¢s feliz desde ni?o.
Viva, pues, el f¨²tbol
Me preguntan por qu¨¦ soy del Bar?a. Pues porque en mi barrio se escuchaba la radio desde Barcelona. Kubala, Ramallets. El Bar?a entr¨® por ah¨ª. Me entristece que pierda, me exalta que gane. La que me ha ca¨ªdo por decir en AS ¡°que gane el Madrid en Cardiff¡±. Hay mucho fanatismo y la grada est¨¢ insoportable. Dec¨ªa Faulkner: ¡°La victoria es una ilusi¨®n de fil¨®sofos e imb¨¦ciles¡±. Viva el f¨²tbol. Y la radio. Yo nac¨ª con la radio. Viva Carrusel.
Vidas paralelas
El Carrusel de anoche fue un recital de lo que es radio aplicada a la democracia de LaLiga. Casi todos a la vez, como antiguamente. Volvimos, por otra parte, a un cl¨¢sico del campeonato: que se enfrenten a cara de perro el Bar?a y el Madrid, aunque con equipos distintos: la UD Las Palmas y el Sevilla. No hay manera de resolver la trama, hasta que se produzca el ¨²ltimo suspiro. No es bueno para el juego, pero s¨ª para el suspense.
Una pel¨ªcula
Que all¨¢ arriba en la tabla los resultados hayan sido sim¨¦tricos (4-1, 1-4), que adem¨¢s el juego haya sido igualmente dubitativo, que la grada se impacientara en Madrid y que los azulgrana nos tuvieran en vilo en Gran Canaria, ofrece todo el aire de un deja vu que se resolver¨¢ en la pr¨®xima escena de esta pel¨ªcula que se llama Vidas paralelas. Tristeza en la tabla: el Sporting siempre debe estar en Primera. Aunque baje.