C¨¢diz nos regala a Kiko y a Quir¨®s

Mientras nosotros empat¨¢bamos en M¨¢laga, nosotros gan¨¢bamos el Qatar Masters de golf: el gaditano ?lvaro Quir¨®s adelantaba a todos para colocarse entre los 30 mejores jugadores del planeta. Y lo que te rondar¨¦, Tiger. ?lvaro atendi¨® a la prensa tras el ¨²ltimo hoyo. No pod¨ªa ir m¨¢s elegante, con su sombrero blanco rodeado por una hermosa cinta roja, con su polo rojo, con sus pantalones pitillo blanco. Contest¨® a los periodistas: "Me vest¨ª de rojiblanco para honrar a mi Atl¨¦tico de Madrid". A MI Atl¨¦tico de Madrid, ol¨¦, ol¨¦ y ol¨¦.

Paquito Gonz¨¢lez no es nada partidario de las columnas que escribo desde el sentimiento atl¨¦tico, lo es de aquellas en las que caben an¨¢lisis, datos, razones. ?Qu¨¦ se le puede decir con Quir¨®s delante de rojo y blanco y el coraz¨®n bailando al son de su putter? S¨®lo una cosa con acento del sur: Paco, ashup¨¢. Quir¨®s nos alegra el alma, nos viste a todos con la misma camiseta camarada, nos trae de un golpe exacto el arte que su paisano Kiko nos regal¨®. Una tarde de derrota, en los primeros tiempos de Kiko en el Aleti, que fueron de a¨²pa hasta que lleg¨® el doblete, el nueve dio un taconazo al hueco que nadie vio. La jugada estaba llena de fantas¨ªa, era inmejorable para un talento semejante al suyo si lo hubiera encontrado unos metros por delante. Pero no estaba, ese talento no estaba. Lleg¨® un par de temporadas despu¨¦s cuando Penev y, luego, Vieri supieron aprovechar esos balones. Una parte del campo dio en silbar, un tipo que estaba cerca se levant¨® para aplaudir y yo con ¨¦l. Grit¨®: "?Gracias, Kiko, que pago para ver eso!". Si quer¨¦is dar con aquel seguidor mirad en cualquier disco de Gabinete Caligari, est¨¢ en la foto. Por ?lvaro Quir¨®s llego a C¨¢diz y por C¨¢diz a Kiko para decirle otra vez gracias, las gracias de coraz¨®n, inolvidables, que a pleno pulm¨®n le canta la grada del recuerdo. Y a ?lvaro Quir¨®s, el terror de Inglaterra porque es capaz de reconquistar Gibraltar desde La L¨ªnea a bolazo limpio, un abrazo rojiblanco como su polo, su sombrero, sus pantalones y el escudo de su alma.