En Anfield, s¨®lo quiero caminar

Eh, chavales, si nos ponemos dos a cero, vamos a tenerla nosotros. Que vengan a por ella en el medio. Sobre todo, no perderla. Entonces, cuando nos dejen ese hueco, un bal¨®n largo a su espalda y est¨¢n listos de papeles". Esa es una forma de entender los partidos cuando est¨¢s en ventaja; otra es rezagarte y, cerca de tu ¨¢rea, robar para salir da?ando al rival desguarnecido. Si se hacen bien, las dos son buenas; soy partidario de la primera desde que se la viera dibujar al Aleti de Marcel Domingo, el equipo que mejor ha jugado al f¨²tbol en Espa?a en los ¨²ltimos cuarenta a?os, dreams y quintas incluidos. Luego est¨¢ la nuestra, que no es ni una ni otra y que si te hace un gol el enemigo equivale a vivir hasta los tres pitidos en un temblor.

Para qu¨¦ les voy a contar que como perdamos la bola contra el Liverpool nos van a sacar del campo a pelotazos. A estos se?ores de rojo hay que tratarles con much¨ªsimo respeto y a¨²n m¨¢s atrevimiento, esconderles esa cosa redonda todo el rato y con mayor aplicaci¨®n cuando el partido vaya llegando al final. As¨ª ganan los partidos muchas veces, en la agon¨ªa del descuento, marcando cuando todo el campo entona la canci¨®n de despedida, que tambi¨¦n lo es de entrada y les sirve de consigna: "Nunca caminar¨¢s solo". Para responderles, le robo el t¨ªtulo a la hermosa pel¨ªcula de Tano D¨ªaz Yanes, al que no le va a importar que para eso es atl¨¦tico confeso y militante. Sabemos caminar solos: lo que importa es caminar.