Minuto de silencio por un atl¨¦tico
El domingo perdimos como es sabido. Fue raro el choque, sin ocasiones, ni la del gol, que en baloncesto hubiera sido falta en ataque y en f¨²tbol nada, ni un equipo mejor que otro, y sin que apetezca reflexionar sobre lo visto, soso, simpl¨®n, vulgar. Sabemos, algo consuela, que es mejor perder un partido que empatar dos. Lo malo es que llega un puerto fuera de categor¨ªa como los del Tour, que podr¨ªamos subir casi silbando si no fuera por las bajas y porque esas bajas adem¨¢s impiden descansos que algunos de nuestros muchachos necesitan, v¨¦ase el Kun, dos a?os sin m¨¢s pausa que la que le concede alguna lesi¨®n. Perdimos y eso no tiene remedio. S¨ª lo tiene algo que achaco a un despiste, sin m¨¢s. Ech¨¦ en falta el domingo un minuto de silencio. El de homenaje al ¨²ltimo ca¨ªdo por la vileza terrorista: Luis Conde de la Cruz.
El club suele ser bastante sensible a estos reconocimientos y lo acompa?a adem¨¢s de una m¨²sica hermosa, la de "La muerte no es final", que eleva el respeto hasta la emoci¨®n. El brigada Luis Conde ¨¦ramos todos nosotros, todos los espa?oles, y con eso bastar¨ªa, pero como explicaba su mujer, Lourdes Rodao, a¨²n hay una raz¨®n m¨¢s: "Nos lo han matado y se va a quedar sin ver a su Aleti, este a?o que por fin pita". El brigada Conde era colchonero a machamartillo. Los que creemos sabemos que una noche estar¨¢ en Neptuno con nosotros. Mientras, somos nosotros los que queremos estar con ¨¦l. En silencio. Un minuto. En nuestra casa.