Dejemos la euforia a¨²n a un lado
No nos dejemos llevar por la euforia. Vaya repaso se llevaron los holandeses. Seamos prudentes que esto no ha hecho m¨¢s que comenzar. Que me digan qui¨¦n puede ofrecer tanta inventiva en ataque como la que coloca sobre el campo el Aleti. Tranquilidad, la Champions es, pr¨¢cticamente, una competici¨®n desconocida para nuestros colores. El Kun, ese Romario con m¨¢s metros de recorrido, pide como Isinbayeba que entremos directamente en la segunda fase porque estas alturas son poca cosa para tal barbaridad de talento. Cada partido son noventa minutos y hay que jugar contra todos dos veces, hasta el ¨²ltimo instante no se debe cantar victoria. El v¨ªdeo del Philips Stadium circula por Europa y a Felipao Scolari se le pone el bigote mirando a Caxias cada vez que ve a la m¨¢quina rojiblanca abalanzarse sobre el arco adversario; Mourinho manda mensajitos cari?osos a los portugueses del Calder¨®n para que recuerden que sigue siendo amigo; Ben¨ªtez propone la santa alianza en esta primera tanda y los dem¨¢s los dem¨¢s bastante tienen con lo que tienen. No hay peor enemigo que el exceso de confianza. Desde Leo Franco hasta Banega que fue el ¨²ltimo cambio, jug¨® la escuadra colchonera con esa superioridad campeona de la que gozan las formaciones elegidas, esas que solo pierden cuando se equivocan pero que son imbatibles si est¨¢n a lo que est¨¢n.
A¨²n no hemos ganado nada como para levantar la voz. La catarata de ¨¢nimo que promete desbordar Neptuno tras una docena de a?os secos no es ficticia, mojar¨¢ al pueblo o no, pero miente quien niegue que esta plantilla provoca ya las mejores sensaciones de las sentidas en todo este tiempo de escasez. Tampoco los holandeses eran tanto. El PSV s¨®lo hab¨ªa perdido en Eindhoven con un equipo espa?ol, el Barsa, y adem¨¢s somos deudores de una buena noche que nos dio hace a?os el equipo de la Philips como recordaba Picu con tino; no tiene el Bolton un futbolista como Afellay y al cabo nos afeit no, la diferencia est¨¢ tambi¨¦n por detr¨¢s, no s¨®lo en la mejora vertiginosa, y emocionante, del Kun y su buena compa?¨ªa de ataque, no: el equipo ha crecido y de ¨¦l depende colocarse a la gigante altura que al club le corresponde y que es esa que permite mirar a los ojos de los m¨¢s grandes sin bajar la vista nunca. Como toda la vida. Y machete, guada?a y cabrite?a manchega de trece muelles para todas las cursivas.