Faltan tres semanas para hablar
Los jugadores no conocen la historia ni guardan memoria. Pero la cordura les asiste. En un clubsociedadan¨®nimadeportiva que ha dado en lograr, misterio enorme, que los que hablan tengan raz¨®n cuando se equivocan, no pod¨ªan ser una excepci¨®n los futbolistas. Esta vez, reitero, la verdad est¨¢ con ellos. No conocen la historia, digo, porque la exigencia de este equipo debiera darse por sobreentendida: estar arriba. No guardan memoria porque parece que han olvidado que ellos, no hace tanto, jugaban bien. Fue en Sevilla. Y les asiste la verdad porque en este momento hay que empujar el reproche hacia el s¨®tano y dejar que alumbre la esperanza europea. Aunque la mediocridad se haya impuesto tantas veces a la virtud esta temporada, lo mismito que los a?os de atr¨¢s, todo se regar¨ªa con vino dulce de clasificarse para la alta Europa.
El terrible e inmerecido pe?azo que soporta la leal afici¨®n desde hace tanto merece, sin embargo, que sean quienes mandan los primeros en criticarse cuando todo concluya y a¨²n con m¨¢s exigencia si termina bien. En ning¨²n caso encuentra motivo la complacencia. Para que acabe bien, os juro que no es un t¨®pico, debemos prestar otra vez nuestros pulmones a los fatigados cuerpos de los que se ponen la camiseta. Dos de los que han reclamado con buen tino la ayuda de todos y que se dejen los reproches para cuando esto acabe, Raul Garc¨ªa y Forl¨¢n, llegan al final de temporada con m¨¢s fuerza en la piel que en el m¨²sculo, tiesos de toda tiesez. Han jugado por encima de sus fuerzas, con Ag¨¹ero han sido los mejores, pero sobrepasaron su l¨ªmite: s¨®lo les empuja el alma. El Kun se salva, gran paradoja, porque el mes de castigo que se tir¨® entre UEFA y Liga le ha dejado un poso de energ¨ªa, a¨²n no est¨¢ seco. A ellos y a los dem¨¢s les hace falta el rugido del coraz¨®n rojiblanco tres semanas m¨¢s. Tres para volver.