Entre las leyendas de la F¨®rmula 1 moderna, en color, que nunca han pilotado para Ferrari se destacan Lewis Hamilton y Ayrton Senna. El brit¨¢nico a¨²n tiene tiempo, aunque parezca improbable, y el brasile?o tuvo posibilidades. Montezemolo reconoc¨ªa recientemente un encuentro en ?mola 1994, d¨ªas antes del fatal accidente del que hoy se cumplen 26 a?os, pero mucho tiempo antes el propio Ayrton hab¨ªa flirteado con Enzo en Maranello. "Fui a matar las ganas de pilotar en Fiorano un Testarossa", confesar¨ªa despu¨¦s, aunque utiliz¨® la visita, en 1987, para mosquear a la vez a Honda, Lotus y McLaren: "Fue cortes¨ªa, pero ellos no lo saben".

"En la F1 basta con ir a comer con alguien de otro equipo o patrocinador para despertar rumores. Aquella visita aceler¨® muchas cosas". Lo revela el libro '25 historias desconocidas de Senna¡¯, publicado en 2019 (Motorpress) por el periodista espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Rubio y su colega brasile?o Lemyr Martins, dos cercanos al s¨¦quito del mito de Sao Paulo. Y aunque la tensi¨®n entre piloto y ¡®Scuderia¡¯ nunca llegar¨ªa a resolverse, estuvo presente durante toda su carrera. Sin ir m¨¢s lejos, instantes antes de su ¨²ltima victoria en la F¨®rmula 1, su team manager le recordaba con un marcador, ¡®103-103¡¯, que ten¨ªa la oportunidad de desequilibrar a favor la cuenta de triunfos entre McLaren y Ferrari.

Fue en Australia 1993, en Adelaida, el 7 de noviembre, y lo recuerda el mexicano Jo Ram¨ªez: "Tal vez la carrera m¨¢s emotiva de mi vida. Ayrton marc¨® la pole, que era la primera con un motor Ford desde hac¨ªa m¨¢s de 10 a?os. Alain Prost (en Williams-Renault) se retiraba de la competici¨®n, era la ¨²ltima carrera de Senna con McLaren. Estaba inm¨®vil en el monoplaza". Senna sali¨® desde la pole y lider¨® casi toda la prueba, apenas cedi¨® la cabeza cinco vueltas entre paradas en boxes y dobl¨® a todos los que no acabaron en el podio (completado por Prost y Damon Hill), entre ellos los Ferrari de Alesi y Berger.

"Ayrton gan¨® la carrera, se abraz¨® con Prost en el podio y McLaren fue el equipo con m¨¢s victorias en los grandes premios. Esa noche Tina Turner daba un concierto en Adelaida y tom¨® a Ayrton del brazo subi¨¦ndolo al escenario y cantando 'Simply the Best¡¯. El p¨²blico enloqueci¨® con aplausos. Si alguna vez en la historia se ha cantado una canci¨®n en el momento justo, fue ese d¨ªa", reflexiona Ram¨ªrez. Senna fue despu¨¦s a Williams porque quer¨ªa ganar con el coche de su gran rival franc¨¦s e igualar sus cuatro t¨ªtulos.

Aquella ser¨ªa su 41? y ¨²ltima victoria en la F¨®rmula 1. Sum¨® tambi¨¦n 65 poles, 80 podios y 19 vueltas r¨¢pidas en 161 grandes premios repartidos entre Toleman, Lotus, McLaren y la firma de Grove. La estad¨ªstica quiso que su ¨²ltimo triunfo, meses antes del fat¨ªdico GP de San Marino de 1994, sirviese para desbancar a Ferrari como equipo m¨¢s laureado (algo que se corregir¨ªa a?os m¨¢s tarde, durante la era Schumacher). La leyenda de Senna nunca se encontr¨® con la del cavallino rampante, aunque ahora se sabe que estuvieron cerca de cruzarse en m¨¢s de una ocasi¨®n.

1 de mayo. Desde hace 26 a?os, este d¨ªa no es una fecha cualquiera para los aficionados y pilotos del Mundial de F¨®rmula 1, a pesar de que, por ejemplo, muchas de las actuales grandes figuras de la parrilla del 'Gran Circo', como Carlos Sainz, Lando Norris, Max Verstappen o Charles Leclerc, a¨²n ni hab¨ªan nacido.

Esta data, en el circuito de Imola, tuvo lugar el Gran Premio de San Marino 1994, la aciaga prueba donde Ayrton Senna perdi¨® la vida tras perder el control de su Williams FW16 en su s¨¦ptimo paso por la curva de Tamburello, un virulento impacto a m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora que hizo que la barra de la suspensi¨®n del monoplaza le atravesase la visera de su ilustre casco amarillo, provoc¨¢ndole una lesi¨®n cerebral mortal.

"Le sacamos del habit¨¢culo, le quitamos el casco y le hicimos una traqueotomia. Por sus respuestas neurol¨®gicas, vi que era una lesi¨®n cerebral mortal. Entonces, suspir¨®. Y su cuerpo se relaj¨®. Ese fue el momento, y no soy religioso, en que pens¨¦ que su esp¨ªritu hab¨ªa salido de su cuerpo. Tuvo mala suerte. No ten¨ªa ni un hueso roto, ni un morat¨®n. Si la barra de suspensi¨®n le hubiera golpeado 15 cent¨ªmetros arriba o abajo, hubiera vuelto andando al paddock", recuerda Sid Watkins, el m¨¦dico que atendi¨® al tricampe¨®n sobre el asfalto del trazado italiano, en el documental 'Senna'.

Watkins, el m¨¦dico de los pilotos, asegura que aquella carrera Senna estaba m¨¢s tenso de lo normal, como si sintiese que cada acontecimiento que sucedi¨® aquel fin de semana al sureste de Bolonia (accidentes de Rubens Barrichello y Roland Ratzenberger durante los entrenamientos libres) fuese una premonici¨®n de lo que le suceder¨ªa el domingo. "?Por qu¨¦ no nos retiramos y nos vamos a pescar?", le coment¨¦ tras observar su inmensa tristeza por la muerte de Ratzenberger durante la sesi¨®n de clasificaci¨®n. "No puedo retirarme", me respondi¨® antes de refugiarse en su motorhome.

"Dios te dona el mayor de los presentes, que es el propio Dios". Este fue el pasaje de la biblia que Ayrton ley¨® la ma?ana del 1 de mayo antes de subirse, por tercera y ¨²ltima vez, al coche fabricado en el ¨¢rea de Tophill. "No quer¨ªa correr", rememora Reginaldo Leme, un periodista brasile?o encargado de cubrir el campeonato. Sin embargo, algo le empuj¨® a su destino. "S¨®lo ten¨ªamos salud y un poco de alegr¨ªa. Ahora la alegr¨ªa se fue", declar¨®, entre l¨¢grimas, uno de los miles de aficionados que se acercaron a despedir al tricampe¨®n el d¨ªa de su entierro en Brasil.

Hay momentos que marcan una vida. Momentos en los cuales nada volver¨¢ a ser igual. Como si el tiempo se dividise en dos partes. Hoy, m¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s, se puede seguir diciendo que no existe mejor frase para resumir la tragedia que cada 1 de mayo sigue maldiciendo todo el Mundial de F¨®rmula 1.