25 a?os de Grim Fandango, la culminaci¨®n creativa de LucasArts

Es tan evidente para los que lo vivieron en persona como seguramente abstracto para los que se iniciaron despu¨¦s, desde que el g¨¦nero pas¨® a un segundo o incluso tercero plano hasta que la escena indie le concedi¨® otra oportunidad en tiempos recientes; pero hubo una ¨¦poca en la que las aventuras gr¨¢ficas dominaron el panorama de PC, ofreciendo algunas de las experiencias m¨¢s cuidadas y aclamadas. Entre finales de los ochenta y mediados de los noventa, cuando era m¨¢s f¨¢cil asociar las recreativas con juegos de acci¨®n y las consolas con el plataformeo de Mario y similares, los sucesores de las primitivas aventuras de texto involucraron a los usuarios de ordenadores en historias y mundos m¨¢s elaborados gracias a su naturaleza m¨¢s pausada, el creciente nivel de detalle y las tan precisas como intuitivas interfaces adecuadas al rat¨®n.

Antes del salto pleno a las tres dimensiones, estudios como Sierra y LucasArts hicieron un arte de esta forma de ocio. En sus primeros a?os conocido como Lucasfilm Games, el segundo fue fundado ¡ªc¨®mo no¡ª por George Lucas, que diversific¨® las cuantiosas ganancias de Star Wars no solo invirtiendo de vuelta en el cine y el desarrollo de efectos especiales para moldear el mundo de los blockbuster tal y como hoy lo conocemos, tambi¨¦n en una divisi¨®n de videojuegos. Naturalmente, licencias como la propia Star Wars o Indiana Jones dar¨ªan el salto entre medios gracias a sus esfuerzos; pero desde el principio LucasArts tuvo libertad creativa, y pronto fue tan o m¨¢s conocido por sagas in¨¦ditas como Maniac Mansion y The Secret of Monkey Island que por su trabajo en los nombres que Lucas hab¨ªa popularizado en la pantalla grande.

La edad de oro del g¨¦nero

Aunque deudor de sus antecesores, The Secret of Monkey Island marc¨® un nuevo est¨¢ndar por su calidad y humor, iniciando una era de esplendor en la que LucasArts ir¨ªa con facilidad pasmosa de cl¨¢sico en cl¨¢sico: no solo su secuela, LeChuck¡¯s Revenge, subi¨® el ya alto list¨®n; luego fue r¨¢pidamente seguido por Indiana Jones and the Fate of Atlantis, Day of the Tentacle y Sam & Max Hit the Road. Todos ellos estrenados entre 1991 y 1993, lapso donde el PC tambi¨¦n ofreci¨® otros hitos clave como Alone in the Dark (1992), juego de terror con personajes 3D sobre fondos dibujado a mano que reimagin¨® un concepto similar a Maniac Mansion en un formato m¨¢s activo, sin el componente de point and click; y, por supuesto, la dupla formada por Wolfenstein 3D y DOOM (1992 y 1993 respectivamente), donde Id Software plant¨® y ya empez¨® a cosechar los frutos de la inminente revoluci¨®n de los First Person Shooters.

En retrospectiva, el declive en inter¨¦s hacia el que se encaminaban las aventuras gr¨¢ficas puede parecer una obviedad, pero la perspectiva que da el tiempo no siempre se vislumbra durante el presente: en 1993, el juego que vendi¨® m¨¢s copias y aceler¨® el arraigo del CD-ROM no fue DOOM ni ning¨²n otro t¨ªtulo de acci¨®n en disquetes, sino Myst. Una aventura gr¨¢fica que aun¨® la primera persona con escenarios prerrenderizados en 3D para crear una experiencia inmersiva y contemplativa. Los jugadores se pod¨ªan perder dentro un mundo on¨ªrico, explorando, resolviendo puzles e intentando atar cabos para dar sentido a su cr¨ªptica historia. Era un polo opuesto al esp¨ªritu de LucasArts, denso en di¨¢logos y agudo en comedia; pero tambi¨¦n una nueva reivindicaci¨®n de la aventura gr¨¢fica como referencia art¨ªstica para el medio.

Dos a?os despu¨¦s de aquel juego, LucasArts tuvo uno de sus mayores ¨¦xitos comerciales: Full Throttle. Fue su primera aventura gr¨¢fica creada en exclusiva para CD, y tambi¨¦n la primera dirigida en solitario por Tim Schafer. Dise?ador y guionista esencial a la hora de dar forma al humor que caracterizara Monkey Island, Schafer hab¨ªa codirigido y supervisado la inclusi¨®n de doblaje en Day of Tentacle, decisi¨®n de ¨²ltima hora para aprovechar el CD que no hab¨ªa impedido un lanzamiento alternativo sin doblaje en disquete por ser el formato predominante. Pero con el juego en la calle y los discos evidenciando ser el futuro, Schafer se vio en posici¨®n de concebir un nuevo proyecto desde cero para sacarle m¨¢s partido. As¨ª que en 1993 sugiri¨® dos alternativas: un juego de motoristas y otro basado en el D¨ªa de Muertos mexicano.

En LucasArts se decantaron por la primera opci¨®n, dando origen al citado Full Throttle. El juego sigui¨® basado en el pixel art de sus antecesores, pero a?adi¨® v¨ªdeos pregrabados, un doblaje m¨¢s profesional y simplific¨® la interfaz para acercarse a usuarios nuevos, no solo los fans de las aventuras gr¨¢ficas. El plan surti¨® efecto, el juego vendi¨® m¨¢s de un mill¨®n de copias y, en 1995, Schafer se volvi¨® a ver liderando el siguiente gran proyecto. Ser¨ªa el ¨²ltimo de su trayectoria en LucasArts, aunque entonces no lo supiese. Ten¨ªa cr¨¦dito suficiente para elegir, pero tambi¨¦n ten¨ªa responsabilidad para sacudir las cosas: incluso en un mundo pre-Quake y pre-Resident Evil, era evidente que los gr¨¢ficos tridimensionales eran el siguiente paso, se dibujasen en tiempo real o a trav¨¦s fondos prerrenderizados. As¨ª que regres¨® a la idea descartada del D¨ªa de Muertos y empez¨® a gestar la obra m¨¢s ambiciosa del estudio.

A caballo entre dos eras

Saltando un poco hacia adelante, Grim Fandango acabar¨ªa siendo un juego rentable para LucasArts, pero no de forma tan inmediata o contundente como Full Throttle. Los noventa fueron un periodo de cambios r¨¢pidos y profundos, as¨ª que llegada la recta final de 1998, cuando se estren¨® despu¨¦s de un peque?o retraso, el panorama del juego en PC hab¨ªa dado lugar a un nuevo reinado compartido principalmente por g¨¦neros como los First Person Shooters (Quake, Unreal, Half-Life), la estrategia (Age of Empires, Command & Conquer, StarCraft) y el rol (Diablo, Fallout, Baldur¡¯s Gate). En aquel entonces, dar luz verde a algo como Grim Fandango, con sus mismos recursos y un desarrollo tan largo, habr¨ªa sido poco menos que imposible. Y de hecho lo fue, puesto que la estrategia de LucasArts cambi¨® casi de inmediato: con el cambio del mileno, se convirti¨® en una compa?¨ªa virtualmente diferente.

Pero nada de eso impidi¨® que Grim Fandango sirviese para cerrar la edad dorada del g¨¦nero con una propuesta tan a la vanguardia audiovisual y creativa que, 25 a?os despu¨¦s, se puede seguir contando entre los grandes exponentes tanto de las aventuras gr¨¢ficas como de la narrativa y la escenograf¨ªa en videojuegos de una forma m¨¢s general. Fue un c¨®ctel que aun¨® lo mejor del talento de LucasArts ¡ªy sus colaboradores¡ª en t¨¦rminos de guion, interpretaci¨®n, direcci¨®n art¨ªstica, animaci¨®n y banda sonora, cuajando una obra maestra a la que solo el planteamiento obtuso de algunos puzles puede dejar en evidencia. Vestigios de una ¨¦poca con otra filosof¨ªa que encajan con menos naturalidad en la actual, pero dif¨ªcilmente le privan de esa cualidad atemporal que Schafer y su equipo de Double Fine ¡ªfundado tras abandonar LucasArts¡ª lograron resaltar de nuevo al revivirlo en su remasterizaci¨®n.

Crear modelados con mayor nivel de detalle, iluminarlos de forma m¨¢s realista y regrabar la m¨²sica para aumentar su calidad fueron decisiones destinadas a rejuvenecer una versi¨®n que, curiosamente, tambi¨¦n a?adi¨® los controles point and click negados al lanzamiento de 1998. Porque a¨²n no impresionado con lo que se pod¨ªa lograr dibujando gr¨¢ficos tridimensionales en tiempo real, Schafer decidi¨® seguir la estela de juegos como Alone in the Dark a la hora de adoptar no solo el uso de escenarios prerrenderizados, tambi¨¦n los ¡°controles tanque¡± donde pulsar hacia adelante no significaba moverse hacia delante en relaci¨®n a la perspectiva de c¨¢mara, cambiante cada vez que se abandonaba un plano para entrar al siguiente; sino moverse hacia hacia delante a la relaci¨®n a la que mirase el personaje, aunque fuese hacia abajo o alg¨²n lateral seg¨²n la perspectiva mostrada en la pantalla.

Aunque a diferencia de los Resident Evil introdujo alternativa para elegir movimiento en relaci¨®n a la c¨¢mara, revisado y mejorado para integrarse como la opci¨®n por defecto en el remaster, ambas requer¨ªan pr¨¢ctica y no siempre ten¨ªan la precisi¨®n id¨®nea, creando un tipo de frustraci¨®n no presente en la sencillez de las aventuras point and click. Se trat¨® de un mal mayor o menor seg¨²n a qui¨¦n se preguntase ¡ªel juego fue un hit cr¨ªtico, el 94 de Metacritic da fe de ello¡ª, pero se acomodaba a un nuevo tipo de dise?o m¨¢s inmersivo y sin interfaz: los objetos se eleg¨ªan desde un inventario integrado a modo de zoom en la chaqueta del protagonista, y su cabeza se program¨® con independencia del cuerpo para que mirase autom¨¢ticamente hacia elementos interactivos y asistiese al jugador incluso sin cursor.

Rumbo al Noveno Infierno

Sin embargo, lo que hizo de Grim Fandango una obra ¨²nica dentro y fuera de sus cong¨¦neres era pr¨¢cticamente todo lo ajeno a los controles. Fue el mundo en s¨ª, el entorno que se exploraba al usarlos, y los personajes que se conoc¨ªan al recorrerlo, lo que elev¨® el juego al olimpo de las aventuras. El concepto de partida era tan at¨ªpico que llev¨® a imaginar situaci¨®n tras situaci¨®n no solo a Schafer, tambi¨¦n a los otros miembros del equipo: fascinado ante la idea de un m¨¢s all¨¢ donde los muertos no solo deb¨ªan viajar hacia su lugar de reposo eterno a trav¨¦s de otro reino, tambi¨¦n exist¨ªa un componente criminal de ultratumba que llevaba a los vivos a enterrar sus difuntos con dos sacos de oro porque se asum¨ªa que uno ser¨ªa robado, el director decidi¨® mezclar ese aspecto del folclore mexicano con el cine negro para contar una historia de escala ¨¦pica, est¨¦tica muy estilizada y una puesta en escena dram¨¢tica.

Porque el camino desde el Octavo hacia el Noveno Infierno, ese ansiado lugar de reposo definitivo, pod¨ªa recorrerse en cuesti¨®n de minutos o a?os. Ah¨ª es donde entraba precisamente Manny Calavera, protagonista y empleado de una agencia de viajes de la Tierra de los Muertos donde se asesoraba a los reci¨¦n fallecidos para emprender dicho viaje en las mejores condiciones posibles en funci¨®n del dinero tra¨ªdo o la bondad demostrada durante la vida. En el mejor de los casos, un tren les llevar¨ªa de inmediato a su destino; en el peor, deber¨ªan recorrer a pie una traves¨ªa larga y peligrosa por ciudades, bosques y hasta un profundo oc¨¦ano. Muchos se perder¨ªan o se resignar¨ªan a ¡°vivir¡± en ese mundo de transici¨®n, buscando o creando nuevas oportunidades de trabajo y recreaci¨®n para sacarle el mayor partido posible.

El jugador ser¨ªa testigo de todo ello, lo bueno y lo malo, las posibilidades y la corrupci¨®n, al recorrer ese mismo camino junto a Manny y su nuevo mejor amigo, el esp¨ªritu elemental ¡ªy piloto vocacional¡ª Glottis: tras descubrir que la agencia negaba sus justas condiciones a los fallecidos para apropiarse de los valiosos tickets de viaje directo al Noveno Infierno, Manny se un¨ªa a la organizaci¨®n rebelde que investigaba el caso y part¨ªa en busca de una de sus clientes injustamente rechazadas, la caritativa Mercedes Colomar. Era una aventura dividida en cuatro actos, representativos de los cuatro a?os que llevaba cruzar el octavo inframundo, y ¨²tiles para explorar diferentes localizaciones y arcos argumentales mientras tanto Manny como el jugador profundizaban en la cultura de ese mundo y tiraban de los hilos de la conspiraci¨®n.

De agente de viajes a due?o de un casino, de due?o de un casino a capit¨¢n de un barco, y de capit¨¢n de un barco de vuelta a miembro de la resistencia en un breve regreso a la ciudad del inicio, Manny adaptaba su rol a cada contexto para concentrar de forma veros¨ªmil el paso del tiempo e introducir nuevas e interesantes din¨¢micas con la mir¨ªada de personajes con los que se cruzaba. Y, tambi¨¦n, para dar cabida a un rango de influencias mucho mayor, capaz de combinar elementos como el folclore mexicano, la arquitectura art dec¨®, la m¨²sica mariachi y el jazz, o caracterizaciones que no estar¨ªan fuera de lugar ni en melodramas de los a?os cuarenta como Casablanca ni en pel¨ªculas de espionaje varias d¨¦cadas posteriores. Las inspiraciones tend¨ªan a ser tan inusitadas y diferentes entre s¨ª que el resultado era ¡ªy todav¨ªa es a d¨ªa de hoy¡ª extremadamente original a pesar de esos evidentes pr¨¦stamos.

El jazz de los muertos

Aunque todos los actos ten¨ªan momentos para el recuerdo, el segundo a?o en concreto, el ambientado en la ciudad de Ruvacaba, concentraba lo mejor de Grim Fandango, LucasArts y las aventuras gr¨¢ficas como g¨¦nero. Era un microcosmos que capturaba la depravaci¨®n y el absurdo de la existencia humana sin perder nunca el sentido del humor o el atractivo de sus personajes. Alianzas traicioneras, polic¨ªas corruptos, tri¨¢ngulos amorosos, obreros explotados, adicciones al alcohol y las apuestas, incluso alg¨²n asesinato. Manny no solo no se manten¨ªa ajeno, se deb¨ªa involucrar y manipular a otros para alcanzar sus propios objetivos, fuese seduciendo a una guarda de seguridad para conseguir un detector de metales, fuese chantajeando a un abogado para conseguir sus servicios o fuese intoxicando a un marinero para ocupar su lugar en el barco que zarpar¨ªa hacia el tercer a?o de la aventura.

La compleja interrelaci¨®n de los personajes y la flexibilidad del guion permit¨ªan entender, encarar y completar muchos de esos objetivos en diferente orden, otorg¨¢ndole una cualidad m¨¢s org¨¢nica que a otras secciones m¨¢s lineales de este y otros juegos del estudio. La clave de su ¨¦xito no eran los puzles, si bien los hab¨ªa y a veces se las tra¨ªan; era, de nuevo, el contexto construido alrededor de ellos. La forma de anclarlos en un mundo denso y vibrante, fascinante para habitar y descifrar incluso cuando la progresi¨®n se demoraba m¨¢s de lo necesario. Aunque una ¡°segunda muerte¡± exist¨ªa para los ya muertos ¡ªsi eran disparados con dardos que convert¨ªan sus huesos en abono para flores¡ª, no hab¨ªa un peligro real para el jugador, que pod¨ªa emplear horas investigando, experimentando y descubriendo nuevas interacciones sin que el juego lo abocase a reinicios forzados como algunas aventuras del pasado.

Schafer quiz¨¢ despleg¨® su mejor nivel como director y escritor, pero lo mismo se aplic¨® a los encargados de dotar a los entornos de gran riqueza visual o al compositor Peter McConnell, responsable de una de las mejores bandas sonoras del medio. Su m¨²sica fue uno de los ingredientes esenciales para crear el pegamento que lo un¨ªa todo, desde el misterio noir hasta la viveza mariachi, pasando por los necesarios toques de romanticismo cuando Manny y Merche pod¨ªan encontrarse y desarrollar m¨¢s que una simple relaci¨®n de colaboraci¨®n. Incluso el doblaje espa?ol fue at¨ªpicamente excelente para est¨¢ndares de la ¨¦poca. Tanto, que todav¨ªa mantiene el tipo 25 a?os despu¨¦s a pesar de tener que alternar con frecuencia entre diferentes registros y acentos. Antes incluso de la llegada del primer Metal Gear Solid, ya nos adelant¨® c¨®mo podr¨ªa ser un futuro que rara vez fue capaz de replicar esa misma calidad.

Alcanzar la entrada al Noveno Infierno despu¨¦s de todos sus encuentros y despedidas era un momento de inevitable introspecci¨®n. De mirar hacia atr¨¢s para reflexionar no solo sobre lo que hab¨ªa dado de s¨ª el recorrido de cuatro a?os a trav¨¦s del inframundo, tambi¨¦n sobre el camino de LucasArts como estudio. Paso a paso, juego a juego, hasta llegar ah¨ª. Grim Fandango pudo ser, en cierto modo, la parca que vino a recoger el g¨¦nero para llevarlo al m¨¢s all¨¢; pero no lo hizo para condenarlo a una eternidad de nada, sino para revelar una nueva cara al otro lado. Para fascinar con su suntuosa visi¨®n e impedir que cayese en el olvido aunque la industria se moviese en otra direcci¨®n. El D¨ªa de Muertos se basa en la idea de que los difuntos no desaparecen realmente mientras haya vivos que se acuerden de ellos. Y en ese sentido, es dif¨ªcil imaginar mejor exponente para representar su tradici¨®n que Grim Fandango.