¡°Un incre¨ªble insulto al Islam¡±: el juego de Xbox que fue censurado y oblig¨® a Microsoft a pedir perd¨®n a Arabia Saud¨ª

A lo largo de la historia de la industria de los videojuegos, han existido numerosos casos de censura que var¨ªa en funci¨®n de lo problem¨¢tico de su contenido. Esto puede ir desde modificaciones puntuales en un juego para adaptarlo a diferentes mercados ¡ªcomo el caso del Registeel con el ¡°saludo nazi¡± en Pok¨¦mon Perla y Diamante¡ª hasta la retirada directa del producto de las estanter¨ªas. En el caso de Kakuto Chojin: Back Alley Brutal (2002), de la primera Xbox, se dio una combinaci¨®n de ambas. Este t¨ªtulo inclu¨ªa versos del Cor¨¢n como parte de la canci¨®n de uno de sus luchadores, de origen ¨¢rabe, lo que fue considerado una gran ofensa por la comunidad isl¨¢mica. Como resultado, Microsoft se vio obligada a disculparse ante el gobierno de Arabia Saud¨ª, ya que se lleg¨® a comercializar el t¨ªtulo en dicho territorio.

La grave pol¨¦mica de Kakuto Chojin, que hizo que Microsoft temiese ser v¨ªctima de un atentado

Durante finales del pasado siglo, Microsoft llevaba un tiempo queriendo dar el salto al mercado de las consolas de sobremesa, algo que se materializ¨® con la primera Xbox en 2001. Para poder competir contra marcas y compa?¨ªas ya establecidas como Sony y Nintendo, desde Microsoft eran conscientes de que necesitaban contar con el apoyo de desarrolladores para tener videojuegos exclusivos de calidad que pudieran robarles cuota de mercado. Uno de los g¨¦neros m¨¢s populares entonces era el de lucha gracias al auge de los gr¨¢ficos 3D durante la generaci¨®n de PlayStation, Sega Saturn y Nintendo 64, donde destacaron t¨ªtulos y franquicias como Tekken, Dead or Alive o Virtua Fighter.

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Esto llev¨® a Microsoft a sopesar seriamente que necesitaban tener juegos exclusivos de este g¨¦nero para su nueva consola, lo que se materializ¨® en t¨ªtulos como Dead or Alive 3 (2001), que acompa?¨® a Xbox durante su lanzamiento. Al margen de esta colaboraci¨®n con Tecmo, Microsoft tambi¨¦n lleg¨® a un acuerdo con Dream Publishing, los creadores de Ehrgeiz: God Bless The Ring (1998) y The Bouncer (2000). La culminaci¨®n de este acuerdo fue Kakuto Chojin: Back Alley Brutal, un t¨ªtulo de lucha 3D lanzado en 2002 que no lleg¨® a salir en Europa y que pas¨® sin pena ni gloria por las consolas Xbox norteamericanas y japonesas, tal y como su 46/100 en Metacritic atestigua. Sus aspectos m¨¢s criticados fueron su jugabilidad simple, una historia pobre y sus pocos alicientes para la rejugabilidad. A grandes rasgos, se le consideraba un ¡°clon de Tekken¡±, una descripci¨®n ir¨®nicamente correcta dado que varios de sus desarrolladores eran ex-trabajadores de Namco, incluyendo a Seiichi Ishii, el creador de la saga Tekken.

Aunque a priori simplemente estar¨ªamos hablando de un videojuego olvidable y mediocre como tantos otros, poco tiempo tras su lanzamiento fue objeto de gran controversia. En Meristation informamos en su momento de que presentaba ¡°diversas referencias religiosas que podr¨ªan ser consideradas ofensivas para algunos ciudadanos¡±, pero la realidad era m¨¢s compleja. A grandes rasgos, y como revela un reportaje reciente de Polygon, se introdujeron por error versos del Cor¨¢n como parte del tema de Asad, el luchador musulm¨¢n, y que era el personaje central de la car¨¢tula del juego.

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¡°En Arabia Saud¨ª ¡ªdonde el juego lleg¨® a ser comercializado¡ª el Islam juega un papel fundamental en la vida diaria, y el Cor¨¢n es reverenciado como la palabra de Dios¡±, relata Mohammed Kateeb, quien fue el director de operaciones de Microsoft en Oriente Medio en la ¨¦poca. ¡°Hay gu¨ªas muy estrictas sobre c¨®mo deben tratarse los versos del Cor¨¢n ¡ªdeben recitarse con gran reverencia¡ª, y o¨ªrlos en contextos inapropiados como mezclados con m¨²sica o en productos de entretenimiento, se considera muy irrespetuoso. Adem¨¢s, que se asociaran versos del Cor¨¢n con contenido violento en videojuegos se consideraba ofensivo, dado que el Cor¨¢n se considera una gu¨ªa para la conducta espiritual y ¨¦tica, no algo que deba ser trivializado en contextos de entretenimiento o de la violencia¡±, continuaba.

Durante el proceso de creaci¨®n de la banda sonora del juego, los desarrolladores japoneses simplemente utilizaron lo que para ellos eran simples c¨¢nticos ¨¢rabes sin traducirlos ni entender su contexto. No obstante, la revisi¨®n de contenidos por parte de Microsoft Game Studios, la distribuidora, fue demasiado tard¨ªa, lo que provoc¨® muchos problemas. Kate Edwards, la directora de estrategia geopol¨ªtica de Microsoft durante toda esta debacle, fue quien descubri¨® el asunto. Edwards mostr¨® la pista de audio concreta, marcada como ¡°potencialmente problem¨¢tica¡± a Ahmad Mustafa, un ling¨¹ista ¨¢rabe que tambi¨¦n trabajaba en Microsoft, y ¨¦ste se llev¨® las manos a la cabeza. Mustafa identific¨® en los c¨¢nticos fragmentos del Cor¨¢n, concretamente l¨ªneas espec¨ªficas del Surat al-Ikhlas, donde se habla de las virtudes de Dios. Para ¨¦l, esto representaba ¡°un incre¨ªble insulto al Islam¡±.

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En este momento preciso, tanto Edwards como Mustafa sintieron necesario detener a toda costa el lanzamiento del juego dados los numerosos problemas de imagen que podr¨ªa ocasionar a la compa?¨ªa entre la comunidad isl¨¢mica. Ambos informaron a sus superiores y tambi¨¦n expresaron su preocupaci¨®n a la rama de Microsoft en Oriente Medio, pero la ¡°soluci¨®n¡± a la que se lleg¨®, dado que ya hab¨ªa sido impresa una primera tirada del juego, fue dejar que esta remesa llegase a las tiendas pese a incluir el contenido sensible con la esperanza de que nadie se diese cuenta, y que las siguientes copias del juego estuviesen editadas elimin¨¢ndolo. Aunque Edwards se neg¨® tajantemente e incluso lleg¨® a sugerir la destrucci¨®n total de esta primera ¡°remesa mala¡±, esta fue la estrategia de Microsoft Game Studios, ¡ªla rama de la empresa dedicada al desarrollo y publicaci¨®n de videojuegos¡ª algo que a posteriori le costar¨ªa muchos dolores de cabeza a Microsoft.

Pocos meses tras su lanzamiento, el juego ocup¨® las cabeceras de los telediarios y portadas de peri¨®dicos en Arabia Saud¨ª, uno de los pa¨ªses donde se comercializ¨®. Esto provoc¨® que Edwards tuviese que personarse en Arabia Saud¨ª en representaci¨®n de Microsoft para pedir disculpas ante altos cargos del gobierno. La compa?¨ªa tambi¨¦n cancel¨® el lanzamiento del t¨ªtulo en Europa, adem¨¢s de retirar todas las copias que ten¨ªan la pista de audio problem¨¢tica de las tiendas y lanzar una nueva remesa con el problema corregido.

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Aunque pudiese parecer un incidente menor concerniente ¡°solo a un videojuego¡±, fue uno de los problemas m¨¢s graves a los que se ha enfrentado Microsoft en toda su historia. Hay que ponerse en contexto; el 11 de septiembre de 2001 se produjo el atentado de las Torres Gemelas de Nueva York, lo que provoc¨® un clima de miedo e incertidumbre y una ola de islamofobia en occidente, la declaraci¨®n de guerra contra el terrorismo por parte de Estados Unidos y el inicio de la guerra de Afganist¨¢n, y una respuesta opuesta y radical en grupos terroristas fundamentalistas como Al Qaeda.

En este clima de crispaci¨®n, en Microsoft lleg¨® a haber un miedo real, y fundado, a que se produjese un atentado en cualquiera de sus oficinas, motivo por el cual el asunto se trat¨® con la m¨¢xima seriedad una vez que se hizo p¨²blico. En ¨²ltima instancia, este caso marc¨® un punto de inflexi¨®n en la forma en la que compa?¨ªas de videojuegos revisaban el contenido de los mismos previamente a su publicaci¨®n y llegada a las tiendas. Microsoft aprendi¨® de sus errores e implement¨® un control m¨¢s riguroso en los videojuegos que distribuye para evitar incidentes similares en el futuro.