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El d¨ªa que Stephen King dio la cara por los videojuegos y justific¨® la violencia en ellos
El escritor nunca ha sido muy fan del medio, pero ha salido m¨¢s de una vez en su defensa ante los pol¨ªticos norteamericanos.
Corr¨ªa el a?o 2008 y el estado de Massachusetts se planteaba aprobar la ley HB 1423. Una disposici¨®n que propon¨ªa prohibir a los menores de 18 a?os comprar videojuegos que contuvieran cualquier dosis de violencia. O dicho de otro modo, se valoraba una ley que permit¨ªa a los menores seguir yendo al cine a ver ¡®Hostel¡¯, pero que al mismo tiempo les imped¨ªa adquirir juegos como GTA San Andreas.
La ley HB 1432 hablaba de los videojuegos como algo ¡°violento¡± y ¡°pornogr¨¢fico¡±. Aseguraba que no ten¨ªan m¨¦rito alguno y que solo exist¨ªan para que los ni?os pudieran experimentar ¡°emoci¨®n por matar¡±. Sus partidarios defend¨ªan que ayudar¨ªa a dejar de normalizar la violencia y aseguraban que eliminar¨ªa las tendencias agresivas de los m¨¢s j¨®venes. Vertieron una pol¨¦mica retah¨ªla de acusaciones que levantaron una gran polvareda por aquel entonces. Tanto fue as¨ª que hasta Stephen King arremeti¨® contra sus partidarios en una hist¨®rica y dur¨ªsima carta.
En su misiva, King defend¨ªa que ¡°si los videojuegos reflejan violencia es porque ¨¦sta ya forma parte de nuestra sociedad¡°. El escritor explicaba su relaci¨®n con el medio y aseguraba que ¡°si hay violencia, los ni?os la van a encontrar. Es como la persecuci¨®n a los c¨®mics que hubo en los a?os 60¡å. Una carta que nunca est¨¢ de m¨¢s recordar y que ten¨¦is a continuaci¨®n:
¡°No soy un un gran fan de los videojuegos. Tir¨¦ la toalla con ellos a finales de los 70 o principios de los 80, cuando mis hijos se acostumbraron a ganarme en Pitfall! (demonios, me ganaban hasta al Pong cuando no ten¨ªan edad ni para jugar al Tee-ball). Claro que de vez en cuando he metido alguna moneda de 25 centavos en las recreativas de mi cine favorito y he disparado a algunos t¨ªos malos, pero siempre fallo en los jefes y nunca me acuerdo de c¨®mo se recargaba. De conseguir suficientes puntos para tener tiempo extra mejor me olvido. Ahora si llego pronto al cine prefiero gastar mi pasta en esas m¨¢quinas ¡°no violentas¡± llenas de peluches. Seguro que sab¨¦is de cu¨¢les hablo. Las que te dan 30 segundos para maniobrar con una garra antes de que caiga. Una vez gan¨¦ un perro de peluche y en otra ocasi¨®n una rana de goma. La ranita emit¨ªa un ruido cuando la apretabas que me gustaba mucho (¡°ribbit-ribbit¡±) y sacaba la lengua. Si, me divierto f¨¢cilmente¡±.
¡°El caso es que no, los videojuegos no son lo m¨ªo. Y tampoco soy un gran fan de la pol¨ªtica. Pero cuando me enter¨¦ de que Massachusetts pretende sacar adelante el proyecto de ley HB 1423, me puse furioso. La ley prohibir¨ªa comprar juegos violentos a cualquier menos de 18 a?os, lo que significa que los j¨®venes podr¨ªan ir al cine a ver ¡®Hostel 2¡ä y sin embargo no podr¨ªan comprar GTA: San Andreas, tambi¨¦n violento, pero mucho menos gr¨¢fico¡±.
¡°De acuerdo a la ley, los videojuegos son violentos y pornogr¨¢ficos y no tienen ning¨²n m¨¦rito social. Clama que existen ¨²nica y exclusivamente por una raz¨®n: experimentar indirectamente la emoci¨®n de matar. Si tienen una funci¨®n social o no es una pregunta muy interesante que podr¨ªamos debatir durante horas, pero lo que me vuelve loco es que los pol¨ªticos quieran hacer de padres. Los resultados de eso suelen ser desastrosos y antidemocr¨¢ticos¡±.
¡°Una de los patrocinadores de la ley, Christine E. Canavan, dec¨ªa que no quiere que ese constante aluvi¨®n de violencia caiga sobre las mentes de los m¨¢s j¨®venes. Es un buen punto... excepto por el hecho de que los videojuegos s¨®lo reflejan una violencia que ya existe en la sociedad¡±.
¡°No voy a discutir el valor art¨ªstico de God of War o del juego de 50 Cent, donde la violencia de bandas es parte de la experiencia (y donde puedes gastar el dinero que vas ganando en v¨ªdeos y m¨²sica de Fiddy, lo que mola mucho). Pero s¨ª que quiero recordar que los videojuegos, como las pel¨ªculas, tienen un sistema de clasificaci¨®n por edades que deber¨ªa permitir a cualquier decir ¡°?ste no es para ti, hermanito¡±.
¡°Lo que me vuelve realmente loco son las ansias de los pol¨ªticos para utilizar la cultura pop como chivo expiatorio. Es f¨¢cil para ellos, incluso divertido, y les permite ignorar el resto de elefantes en la habitaci¨®n, problemas que no quieren atender¡±.
¡°Si hay volencia, los ni?os la van a encontrar. Encontrar¨¢n la manera de jugar al shooter que quieran igual que encuentran la manera de bajarse pel¨ªculas como ¡®Girls Gone Wild¡¯. ?Pueden los padres impedir algo as¨ª? Pueden, pero la mayor¨ªa no lo hacen. La barrera m¨¢s eficaz contra lo que se llamaba ¡°la seducci¨®n de los inocentes¡± (cuando este tema se centraba en los c¨®mics violentos en los a?os 60) siguen siendo los padres que se preocupan no s¨®lo por lo que sus hijos leen y juegan, sino tambi¨¦n por lo que hacen y con qui¨¦nes salen. Pueden prohibir lo que consideren... pero luego deben explicar por qu¨¦ est¨¢ prohibido y entender que la vida de sus hijos va mucho m¨¢s all¨¢ de la cultura pop y de qu¨¦ juego alquilan¡±.
¡°Este tipo de ley es inconstitucional en varios estados. ?No pueden los legisladores de Massachusetts encontrar mejores formas de cuidar a los ni?os? Porque creo que hay mucha m¨¢s violencia en Estados Unidos que en Resident Evil 4¡å.
¡°Los pol¨ªticos est¨¢n ansiosos por utilizar la cultura pop (no s¨®lo los videojuegos, sino tambi¨¦n la televisi¨®n, las pel¨ªculas e incluso ¡®Harry Potter¡¯) como chivo expiatorio. As¨ª evitan temas sobre los que tipos como Fiddy o Snoop han estado rapeando durante a?os. Evitan tratar el amor casi patol¨®gico de Estados Unidos por las armas. Es demasiado f¨¢cil para los cr¨ªticos decir que el asesino de Virginia Tech era un fan¨¢tico de Counter-Strike. S¨®lo desear¨ªa que tambi¨¦n estuvieran tan ansiosos por se?alar que este loco no tuvo problemas para obtener una pistola semiautom¨¢tica de 9 mm. La utiliz¨® en un alboroto que result¨® en el asesinato de 32 personas. Si se hubiera quedado con nada m¨¢s que una pistola de pl¨¢stico o un videojuego, ni siquiera habr¨ªa podido suicidarse¡±.
La ley HB 1423 terminar¨ªa por no salir adelante y King sumar¨ªa otro m¨¢s a la mochila de motivos por los que siempre estaremos agradecidos al maestro del terror.