Plants vs Zombies: Battle for Neighborville, an¨¢lisis

Electronic Arts en 2019 ha dado lo bueno y lo no tan bueno de sus estudios internos. Es m¨¢s que sobrado el caso tras Anthem, en el que las Fiestas de las Calaveras, su nuevo evento tem¨¢tico, ya se encuentra disponible hasta el t¨¦rmino de Halloween. Por otro lado, Apex Legends, dinamit¨® todos los registros al consagrarse como uno de los battle royale de referencia en la actualidad. La misma Respawn se encuentra a menos de un mes de la llegada de su ¨²ltimo trabajo, Star Wars Jedi: Fallen Order. Sin olvidarnos de los momentazos que nos brinda a?o tras a?o FIFA. Lo mejor est¨¢ por venir.

Hoy nos enfrentamos a un shooter que se estrenaba casi al unisono de Xbox One Y PlayStation 4. Bajo el subt¨ªtulo Garden Warfare, Plants vs Zombies saltaba a un g¨¦nero que, a priori, no parec¨ªa casar todo lo que deber¨ªa. La escasez de t¨ªtulos en la primera hornada hizo que muchos se sentaran frente al televisor, lo que nos brind¨® una forma diferente de entender una franquicia sin igual.

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Battle for Neighborville sorprend¨ªa por basarse en el concepto de acceso anticipado. Su lanzamiento el pasado 4 de septiembre ofrec¨ªa la posibilidad de disfrutar poco a poco del contenido ¨ªntegro, esperado seis semanas despu¨¦s. El germen que lo hac¨ªa ¨²nico sigue presente, aunque hay ciertos matices que requieren especial trato en las actualizaciones futuras, especialmente en cuanto a equilibrio se refiere. Ya en las primeras impresiones ve¨ªamos que no terminaba de encajar.

Jard¨ªn de andar por casa

Plants vs Zombies: Battle for Neighborville es todo lo que los seguidores de este combate imperecedero esperaban. Para quienes no est¨¦n familiarizados con la saga, hablamos de una trilog¨ªa en la que destaca la grand¨ªsima oferta que ofrece a todos los tipos de jugadores. Hace poco habl¨¢bamos de Gears 5 como uno de esos juegos que hacen las veces de paquete total: tenemos el modo campa?a, el competitivo, la horda y escape; cuatro vertientes para que todos los grupos puedan disfrutar del juego.

Esa siempre ha sido una m¨¢xima dentro de Popcap, lo cual es de agradecer, incluso impulsando el apoyo del juego local, el de toda la vida. Ese es el triunfo de una marca capaz de ser resolutiva en cualquier estilo de juego que se precie. Por ello, en esta ocasi¨®n se ha querido enfatizar en la partida corta, el encender la consola y conectar r¨¢pidamente con la acci¨®n, a trav¨¦s de la inclusi¨®n de tres zonas de libre albedr¨ªo.

En estas regiones podemos encontrar multitud de actividades con las que seguir el progreso de los personajes, ya sea en solitario o con la compa?¨ªa de amigos en cooperativo. Esta suerte de modo campa?a nos permitir¨¢ completar misiones que repercutir¨¢n en el dinero que podremos utilizar en cualquiera de los dos puntos de encuentro de Neighborville, seg¨²n la facci¨®n.

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No esper¨¦is un dise?o elaborado en exceso; la mayor¨ªa de misiones nos llevar¨¢n de la mano por recados que carecen de inter¨¦s. De hecho, es f¨¢cil que se haga bola, por lo que es mejor variar de vez en cuando con el escenario de enfrentamiento, la verdadera salsa de esta batalla. El cat¨¢logo se compone de seis modos de juego diferentes, sin olvidarnos del modo horda, una de las puntas del tridente en el huerto.

Nuevos rostros, viejos conocidos

A los rostros de siempre se le suman tres nuevos aliados por bando. Dentro de las plantas destaca la inclusi¨®n de Oak & Acorn, una bellota cuya transformaci¨®n le permite convertirse en un tronco capaz de aguantar en primera l¨ªnea m¨¢s tiempo que el resto de sus compa?eros. Y es que se ha querido imponer desde el principio un sistema basado en el rasgo de las clases. Porque el lanzaguisantes, como es normal, es un personaje puramente ofensivo, mientras que la mandarina proporciona el apoyo necesario en plena teamfight. Ahora todo estar¨¢ mucho mejor delimitado.

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Siempre se ha tenido la sensaci¨®n de que los muertos vivientes han estado por encima en poder¨ªo. Lo vimos especialmente en la segunda entrega, con la introducci¨®n del p¨²gil. No parece que haya ido a menos en la secuela, sobre todo al haberse envuelto otro de los personajes defensivos, Space Cadet. El peque?o diablillo que pilota la nave es capaz de eludir con facilidad los impactos rivales mediante el uso de sus escudos. Es todo un dolor cuando nos encontramos m¨¢s de un par en la misma partida, especialmente cuando se trata de defender objetivos.

Ese es el principal problema que encontramos en esta entrega: el desequilibrio. Cuando jug¨¢bamos al original, nos atrapaba la sensaci¨®n de que nuestra habilidad era el ¨²nico valor que imperaba dentro del terreno de juego, incluso en modos como Turf War, donde los objetivos van expandiendo el mapa conforme los complet¨¢bamos. Aqu¨ª nos encontramos, para empezar, la elecci¨®n de varias habilidades pasivas de cuyo n¨²mero adquirible var¨ªa dependiendo de su poder.

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Hasta ah¨ª todo puede ser m¨¢s o menos normal. El problema radica en que cada diez niveles de personaje podemos aumentar la fuerza de ataque y defensa de un personaje mediante el uso de las monedas de oro, una divisa lograda simplemente por jugar. Este sistema hace que se recompense al jugador que m¨¢s horas dedica al juego en aspectos que impactan de lleno en la jugabilidad. Que si personajes ¨¦lite, que si cinco estrellas sobre cinco¡­ tenemos la sensaci¨®n de que no hay cohesi¨®n entre los jugadores veteranos y n¨®veles. Algo falla.

Sin embargo, eso no quita el hecho de que sea un shooter agradable de jugar. Si bien ya entra directamente por los ojos gracias al uso de Frostbite (luce a las mil maravillas en Xbox One X, la versi¨®n que hemos analizado), a los mandos ofrece una baraja entre la imaginaci¨®n de las plantas y zombis de siempre junto a la acci¨®n directa a la que alud¨ªamos al principio del texto. S¨ª, hay cosas que matizar durante el soporte que la compa?¨ªa dar¨¢ en las semanas pr¨®ximas, pero a Plants vs Zombies: Battle for Neighborville no se le puede achacar las oportunidades que da a ljugador para saltar de una vertiente a otra.