Balan Wonderworld, an¨¢lisis. Un plataformas a la vieja usanza (en todos los sentidos)

El 23 de julio de 2020 Square Enix anunci¨® la vuelta al ruedo de Yuji Naka y Naoto Oshima, los padres del erizo azul m¨¢s famoso del mundo entero; Sonic. Junto al anuncio, un tr¨¢iler que nos dejaba ver en apenas dos minutos c¨®mo ser¨ªa el nuevo producto datado para primavera de 2021.

?Vuelven los creadores de Sonic!, ?es tan NiGHTS que me encanta! o ?tiene muy buena pinta! eran comentarios recurrentes en foros de discusi¨®n, Twitter o similares. El juego hab¨ªa nacido con ¨¦xito; por lo que mostraron y por quienes firmaban la obra. Su turno lleg¨® y ya est¨¢ disponible en las estanter¨ªas de comercios especializados as¨ª que, ?habr¨¢ cumplido las expectativas?

Sanando el coraz¨®n

Leo y Emma son los protagonistas de Balan Wonderworld, el t¨ªtulo que hoy nos ata?e. Ambos, con una vida un tanto cruel, son llamados a vivir una aventura por Balan, la ciudad de un m¨¢gico ser de mismo nombre. La premisa es clara; necesitan sanar sus corazones para volver a ser felices en su vida diaria, y Balan quiere ayudar a que lo consigan.

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Da igual que juguemos con uno u otro, pues salvo la cinem¨¢tica inicial y alguna que otra a lo largo del juego, todo lo dem¨¢s es exactamente lo mismo. Ni uno destaca sobre el otro ni visitan diferentes zonas.

Una de las cosas que m¨¢s llama la atenci¨®n pasada la introducci¨®n del juego es esa bofetada que nos llevamos al ver que hemos retrocedido en el tiempo jugablemente hablando. No hay tutoriales, no hay explicaciones, tampoco se nos comenta demasiado d¨®nde estamos o qu¨¦ debemos de hacer. Podr¨ªa ser un punto positivo como lo es en Breath of the Wild, por poner un ejemplo r¨¢pido, pero aqu¨ª se vuelve algo ca¨®tico. Empiezas el videojuego muy perdido. Hablamos, c¨®mo no, de un videojuego de plataformas y ¡ªpoca¡ª acci¨®n en tres dimensiones.

Aparecemos en una especie de sala donde solo se ve la entrada a un mundo, y poco m¨¢s. Ese primer mundo, est¨¢ dividido en tres zonas compuestas por dos fases de plataformeo y un jefe de fin de mundo ¡ªmuy de la ¨¦poca todo¡ª. As¨ª de estructurados seguir¨¢n siendo los restantes, los cuales iremos desbloqueando seg¨²n el n¨²mero de figuras de Balan que vayamos recogiendo.

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Sobre el papel, y pasado el primer pero, parece una propuesta interesante. Algo similar a Chameleon Kid, Dynamite Headdy u otros t¨ªtulos que utilizan disfraces o poderes para superar pantallas. Adem¨¢s las fases tienen un buen dise?o, con plataformas muy bien medidas y escondrijos para aburrir al jugador. Como decimos, una pinta estupenda, sobre todo porque parece que intentan que volvamos a tiempos donde el g¨¦nero de los plataformas triunfaba en consolas. Sin embargo la cosa se desmorona a poco que rasquemos la superficie.

Demasiados puntos negativos

En el primer mundo ya vemos cosas que chirr¨ªan, como un cambio en el dise?o art¨ªstico y paleta de colores poco atractivas. De los cuidados dise?os de los personajes, de Balan o del enemigo principal, pasamos a un escenario similar a la Granja de Zenon, con su granjero protagonista incluido. Quienes tengan ni?os peque?os sabr¨¢n de qu¨¦ hablamos. Adem¨¢s, la paleta de colores se vuelve absurdamente artificial, algo que termina de rematar la cantidad de dientes de sierra y la horrenda calidad de las texturas. Todo esto, en PlayStation 4, consola de la que hemos recibido c¨®digo.

Pasado este punto, vemos que el plataformeo, salvo alguna excepci¨®n, es bastante sencillito. Los enemigos son residuales y puedes pasar incluso de ellos ya que no aportan nada. Y el jefe de final de fase tiene una mec¨¢nica tan absurda que no solo ese, si no los restantes, puedes derrotarlos sin tan siquiera saber c¨®mo lo has hecho (nos ha pasado).

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Por otra parte tenemos los disfraces, los cuales hay demasiados que no tienen un uso diferencial, si no que est¨¢n ah¨ª para darle variedad al t¨ªtulo u obtener objetos menores. Te permiten saltar m¨¢s alto, volar durante un tiempo, sortear obst¨¢culos, alcanzar objetos, pelear mejor contra enemigos o abrir la puerta a minijuegos de f¨²tbol o b¨¦isbol entre otros. El problema es, que la mayor¨ªa son olvidables por no tener utilidad y que necesitas coleccionarlos repetidamente ¡ª"farmearlos"¡ª para avanzar en el juego. Es decir, aunque consigas un nuevo traje, ¨¦ste no se guarda en nuestro armario, si no que se guardan aquellos que has logrado mantener ¡ªun m¨¢ximo de tres¡ª al finalizar la fase. Si has logrado dos unidades de uno, tendr¨¢s dos hasta consigas m¨¢s o se resten al recibir el golpe de un enemigo.

De nuevo, sobre el papel, no parece una mala idea. El problema est¨¢ cuando necesitas un traje en concreto y no te quedan existencias del mismo. En ese momento toca averiguar cu¨¢l necesitamos, d¨®nde est¨¢ y completar la fase donde se ubica de principio a fin para, despu¨¦s, volver a completar aquella donde lo necesit¨¢bamos. Y con la cantidad de ubicaciones escondidas que hay en Balan Wonderworld se convierte en un desprop¨®sito bastante pesado y aburrido.

Hay tambi¨¦n una suerte de cristales que recolectar que se utilizan para alimentar a los Tim, unas peque?as criaturas peludas de aspecto similar a los Chaos de Sonic Adventure. Lo malo es que hasta bien avanzado el juego no tienes ni idea de qu¨¦ son esos bichos, ni para qu¨¦ sirven los cristales, ni qu¨¦ es lo que aparece en mitad de la sala de inicio ¡ªuna torre que desbloquea nuevos desaf¨ªos¡ª . Incluso si no est¨¢s atento al poco texto, ni c¨®mo acceder a nuevos mundos en dicha sala.

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Falta much¨ªsima informaci¨®n para el jugador, e importante, y no nos queda claro si en realidad es un videojuego orientado a los m¨¢s peque?os de la casa o a cualquier jugador que sepa hacer m¨¢s all¨¢ de divisiones de dos cifras, tanto por la falta de explicaciones como por la mec¨¢nica de juego.

Entre medias de todo eso est¨¢n los minijuegos, que se desbloquean obteniendo el traje en cuesti¨®n y que parecen metidos con calzador en mitad de la nada, como muchas otras cosas que aparecen en el videojuego. Existe otro tipo de minijuego en el que manejamos a Balan, de tipo QTE ¡ªpulsar botones en el orden correcto¡ª , y m¨¢s triste que un plato de arroz blanco. Casi siempre es la misma secuencia y cuando cambia, lo hace a duras penas. Hay uno por fase y, como decimos, aburren demasiado pronto.

?Y os hemos dicho que el videojuego solo hace uso de un bot¨®n? As¨ª es, en lo nuevo de Yuji Naka y Naoto Oshima solo necesitamos un solo bot¨®n, incluso en los men¨²s de juego ¡ªno podemos usar el c¨ªrculo para volver atr¨¢s, por ejemplo¡ª . Con cualquier bot¨®n principal podemos usar la habilidad del disfraz, ya sea saltar, estirar el cuerpo o atacar. Tambi¨¦n se usa el L1 y R1 para cambiar el disfraz, pero porque no queda otra. Una mec¨¢nica de juego diferente pero de obligada imposici¨®n por la selecci¨®n de disfraces.

Balan Company, ?expertos o novatos?

Balan Wonderworld es, a nuestro parecer, el resultado de vomitar ideas sobre la mesa y a?adirlas sin orden ni concierto. Sin nadie que dirija la batuta y vea lo que est¨¢ mal. Quiz¨¢s por falta de tiempo, porque la idea inicial no se ha sabido plasmar o por qu¨¦ no, porque no acabamos de entenderlo, pero el producto final dista muy lejos de ser un videojuego a tener en cuenta. Hay demasiados peros que resaltar y una jugabilidad no solo arcaica ¡ªque puede estar bien¡ª, si no que adem¨¢s es aburrida y sin ning¨²n aliciente. Si sumamos la poca dificultad, la inutilidad de demasiados disfraces, los minijuegos metidos con calzador y una peligrosa ausencia de informaci¨®n para el jugador, el futuro del producto no es muy alentador.

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Y duele. Duele porque la propuesta tan retro que promet¨ªa y se deja ver en las primeras horas convenc¨ªa, pero es cuando avanzas un par de horas cuando empiezas a ver que el final de la aventura no pinta demasiado bien. Y si entramos en el apartado audiovisual, la cosa no mejora.

En PlayStation 4, al menos, el videojuego deja bastante que desear. Los dientes de sierra son propios de hace un par de generaciones de consolas y la calidad de las texturas es bastante mala. Tambi¨¦n existe clipping ¡ªen ocasiones bastante molesto¡ª , algo que a d¨ªa de hoy es bastante anecd¨®tico. O ca¨ªdas en la tasa de im¨¢genes con mundos que apenas muestran nada mientras que en otros mejor construidos funciona mucho m¨¢s estable. El dise?o de lo que se muestra en pantalla tiene demasiados altibajos como ya hemos comentado. Lo mismo te sorprenden con una escena de v¨ªdeo o unos protagonistas muy simp¨¢ticos que te muestran una escena de baile que no hay por donde cogerla o enemigos muy simples ¡ªo todo lo contrario en el caso de los jefes¡ª . Y por lo general, el juego en s¨ª, no tiene un p¨²blico objetivo; o infantil por sus dise?os y las plataformas, o adulto que debe devanarse los sesos para saber c¨®mo avanzar sin informaci¨®n.

La parte sonora es algo mejor pero no es el mejor trabajo de Ryo Yamazaki. En Balan Wonderworld deja sus particulares composiciones, siempre virando hacia las piezas mel¨®dicas y relajantes. Tiene muchos puntos en com¨²n con otros trabajos suyos, como Final Fantasy Crystal Chronicles o World of Final Fantasy, sobre todo con este ¨²ltimo. El resultado son temas muy mel¨®dicos pero que tampoco nos acordaremos de ellos con el tiempo. Cumplen el ¡ªbuen¡ª cometido y nada m¨¢s. El videojuego, por otra parte, est¨¢ localizado en perfecto castellano, no as¨ª las voces.