Blasphemous The Stir of Dawn: el impulso definitivo para un Metroidvania ya imprescindible
Blasphemous se trasforma, DLC mediante, en el juego que no logr¨® ser de salida
Cuando sali¨® a la venta Blasphemous, lo hizo con el suficiente hype detr¨¢s como para generar unas expectativas quiz¨¢ exageradas. Para rematar la jugada, la procesi¨®n de almas en pena sal¨ªa a una Semana Santa muy peculiar: la de los metroidvania posteriores a Hollow Knight, ahora que ya podemos hablar del juego de Team Cherry como un nuevo hito para el g¨¦nero. Apoyado en un aspecto art¨ªstico que se erig¨ªa en el verdadero punto de partida, Blasphemous exhib¨ªa condiciones como para apuntar a lo m¨¢s alto. De hecho, cumpl¨ªa lo que promet¨ªa en unos cuantos frentes, con much¨ªsimo punch en lo visual, un carisma fuera de toda duda y un dise?o muy atractivo de casi todas sus zonas. Lo menos bueno era que se ol¨ªa a la legua -y as¨ª lo dijimos entonces en estas mismas p¨¢ginas- que era un proyecto salido al mercado con cierta precipitaci¨®n. Un juego que necesitaba m¨¢s tiempo en el horno para convertirse en lo que realmente ten¨ªa que ser, si tenemos en cuenta las buenas sensaciones que dejaba, estando -como estaba- sin terminar. The Stir of Dawn, El DLC que ahora nos devuelve a la tierra de Cvstodia, no es una expansi¨®n de la campa?a para mantener el inter¨¦s y seducir a los nuevos jugadores: se trata m¨¢s bien de la confirmaci¨®n de un proceso de recepci¨®n de feedback por parte del estudio, que ha tomado la forma de un contenido descargable pero en realidad es otra cosa: un relanzamiento en el que, por fin, todo tiene m¨¢s sentido.
Los pecados del videojuego independiente
Lo que ha ocurrido con Blasphemous no es, ni mucho menos, infrecuente en estos tiempos. T¨ªtulos con mucho nivel fracasan por no ser capaces de explotar sus virtudes a tiempo, mientras que otros consiguen desarrollar todo su potencial cuando ya no le importa a nadie en realidad. El caso de Blasphemous -a toro pasado- ha sido algo diferente, ya que se trata de un juego que ha vendido much¨ªsimo a pesar del abundante n¨²mero de imperfecciones con las que sali¨® al mercado. Unas lagunas detectables por cualquiera que haya jugado alg¨²n metroidvania de la ¨¦poca post Hollow Knight, insistimos en esto porque es importante tenerlo claro.
Es casi seguro que quien lo completase a su salida recordar¨¢ a Blasphemous como un juego con un punto misterioso que lo hac¨ªa grande, dotado al mismo tiempo de un combate algo simplista que no animaba a usar las habilidades del personaje. Tambi¨¦n recordar¨¢ las cosas a mejorar: determinados saltos, pinchos y otros detalles nada secundarios estropeaban parte de la experiencia. Por poner un par de ejemplos: el ¨²ltimo jefe pod¨ªa matarte con unos rayos que impactaban tres veces seguidas sin posibilidad real de evitar el segundo y tercer impacto, y la curaci¨®n era del todo punto insuficiente al final de la aventura porque los viales (perd¨®n, matraces biliares) no progresaban a lo largo del juego con la barra de energ¨ªa. La cuesti¨®n es que, a pesar de esas cosas, la aventura del penitente era interesante y el juego terminaba enganchando, sobre todo por lo bien que creaba su propia atm¨®sfera y por c¨®mo la manten¨ªa a lo largo de la campa?a.
M¨¢s arreglo que expansi¨®n
The Stir of Dawn hace bien al no centrarse, como contenido descargable, en aumentar el tama?o de la aventura: de salida, el juego estaba bien medido en cuanto a lo expansivo de su mapeado. En cambio, en The Game Kitchen han tomado buena nota de todo el feedback recibido, acertando esta vez de pleno en lo que de verdad puede enganchar al jugador a los mandos. Atr¨¢s han quedado la mayor¨ªa de muertes injustas, los pinchos que te obligaban a patearte una buena secci¨®n del mapeado injustamente y la sensaci¨®n de que el combate no animaba al jugador a intentar combinar esquivas, bloqueos y rezos. Tambi¨¦n se ha incluido (al estilo de Blasphemous: mediante un NPC que se esfuerza en hablar misteriosamente) la posibilidad de mejorar la curaci¨®n, adapt¨¢ndola al progreso de la aventura seg¨²n nuestras preferencias. El resultado es evidente y tiene dos cabezas: la primera es que ahora todo tiene m¨¢s sentido a nivel jugable. La segunda es mucho m¨¢s importante: gracias a esta capa de pintura, resulta mucho m¨¢s interesante dejarse llevar por todo lo dem¨¢s que ofrece el juego: el lore, las misiones secundarias y los puntos ocultos del mapeado.
Metroidvania-Souls en el barroco sevillano
Gusta comprobar que ahora que la jugabilidad acompa?a m¨¢s, el jugador puede pararse a contemplar el ideario art¨ªstico demencial que propone Blasphemous, que se recrea ofreciendo a los irredentos jugadores una singular fusi¨®n de tendencias: una mirada a lo m¨¢s abigarrado de la imaginer¨ªa barroca de Andaluc¨ªa que tambi¨¦n domina los mundos desolados de Hidetaka Miyazaki. Esta peculiaridad de Blasphemous ya era el alma de la fiesta por m¨¦ritos propios, pero resulta deliciosa tras The Stir of Dawn, sobre todo cuando comparamos el antes y el despu¨¦s de muchos rincones de Cvstodia. Aunque las espinas por pulir no eran tan evidentes a nivel visual, el trabajo sobre algunas zonas y, sobre todo, la presentaci¨®n de algunos NPC le ha dado un puntito m¨¢s a todo el apartado gr¨¢fico que tambi¨¦n suma a todo el conjunto. Por suerte, para lograrlo no se ha tocado lo que ya funcionaba a la perfecci¨®n, as¨ª que el desarrollo del juego no ha sufrido alteraciones.
Blasphemous cuenta con la misma estructura tras la expansi¨®n: desde el comienzo sabemos lo que hay que hacer y la aventura se divide en dos partes delimitadas por una puerta enorme, pero el resultado no es exactamente el mismo, sobre todo por lo bien que nos desaf¨ªa a completarlo varias veces. El juego es ahora mucho m¨¢s accesible en primera instancia, en tanto que resulta mucho m¨¢s justo con quien empu?a el mando. Nadie piense, ni de lejos, que se ha dejado atr¨¢s la penitencia de la que siempre hizo gala este t¨ªtulo: es solo que se ha apostado por la rejugabilidad, en la que tambi¨¦n se ha aprendido -para bien- de la saga Souls.
Abraza la culpa
Coment¨¢bamos al comienzo que ahora todo parece tener m¨¢s sentido. La combinaci¨®n de las esquivas y parries con los efectos de las cuentas de rosario es much¨ªsimo m¨¢s atractiva ahora y, en general, todo aquello que est¨¢ en el inventario se siente mucho m¨¢s integrado con el combate. Conscientes de esa realidad, el nuevo modo New Game Plus emerge como el a?adido m¨¢s estelar, y de hecho para ¨¦l se ha guardado el contenido exclusivo de The Stir of Dawn. Ahora que es much¨ªsimo m¨¢s placentero pelear en Blasphemous, parece como si el penitente quisiese confesar sus pecados a quienes completaron ya la aventura ofreci¨¦ndoles un mayor desaf¨ªo ycinco combates opcionales, que obligan a dominar a fondo las habilidades -y esta vez tambi¨¦n las builds- del Penitente. Pelear con Las Amanecidas del Milagrono aumenta mucho que digamos la duraci¨®n del juego, ya que ninguna de ellas plantea un desaf¨ªo realmente descomunal, pero su objetivo es m¨¢s bien el de insuflar algo de vida extra a una segunda vuelta al juego que nos parece ahora poco menos que obligatoria. Plantean un buen reto y son divertidas de derrotar, pero el contenido m¨¢s fascinante de los sucesivos rejugados es otro en realidad: son las diferentes penitencias que podemos seleccionar al comienzo de la aventura y que revolucionan tanto la forma de jugar como el nivel de desaf¨ªo. Una apertura del ba¨²l de la rejugabilidad que, adem¨¢s, que puede variar desde la t¨ªpica barbaridad de horas al intento de un speedrun seg¨²n queramos detenernos por el camino o nos sepamos el mapeado.
Blasphemous es mucho m¨¢s divertido al segundo y hasta al tercer intento, pero lo cierto que una vez que conocemos el mapeado ninguno de los rejugados es igual de absorbente. De hecho, se pierde gran parte de la sensaci¨®n de misterio durante la exploraci¨®n que tan bien nos acompa?a a lo largo de la primera partida, lo cual es inevitable a la par que lamentable. Pero lo cierto es que estas nuevas condiciones dotan al juego de un picante que le sienta muy bien
Entre los mejores de un g¨¦nero
Blasphemous siempre ha sido un metroidvania con una atm¨®sfera ¨²nica. Los di¨¢logos de los NPC -doblados ahora al castellano-, las diferentes questline y el tono general del juego -unido a ese apartado art¨ªstico tan nuestro- ya estaban excepcionalmente bien planteados hace unos meses. Adem¨¢s, el dise?o de algunas ¨¢reas (Jondo, Altos de la Archicatedral¡) y lo bien que se entrelazan entre s¨ª ya daban forma a una de las mejores aplicaciones de las ense?anzas de Dark Souls a las dos dimensiones. El problema eran aquellos saltos, pinchos y rayos imposibles de esquivar, que a buen seguro sacaron del juego a los m¨¢s impacientes. Muchos -much¨ªsimos- miles de copias vendidas despu¨¦s, este relanzamiento en forma de DLC sit¨²a a Blasphemous entre los mejores metroidvania del momento, y ya no lo hace solamente por su est¨¦tica abigarrada o por su tono de pesadilla neobarroca, sino tambi¨¦n porque divierte al mismo nivel a los mandos y resulta lo suficientemente interesante como para completarlo varias veces. No dir¨ªamos que todas las pegas hayan desaparecido: nos hemos encontrado alg¨²n bug a lo largo de tres vueltas consecutivas al juego, y a¨²n pondr¨ªamos alguna pega al desplazamiento del penitente cuando empieza a caminar, pero est¨¢ clar¨ªsimo que lo que ahora se nos ofrece es el juego que deber¨ªa haber salido al mercado en 2019. Una l¨¢stima que ese tiempo en el horno que le ped¨ªamos entonces se haya demostrado tan necesario, pero la misma sabidur¨ªa popular espa?ola que impregna todo el t¨ªtulo tiene la respuesta en forma de refr¨¢n: ¡°nunca es tarde¡ si la dicha es buena¡±.
- Acci¨®n
- Plataformas
Blasphemous: The Stir of Dawn es un DLC gratuito para el plataformas de acci¨®n a cargo de The Game Kitchen y Team 17 para PC, PlayStation 4, Xbox One y Switch que a?ade numerosas novedades y ajustes, adem¨¢s del doblaje al castellano.