An¨¢lisis de Monster Hunter Wilds, un gran combate lastrado por la falta de desaf¨ªo

En el diverso espectro de propuestas en el mundo del videojuego existen sagas a prueba de bombas. Son marcas que les envuelve un halo especial. Sabes que el porcentaje de fallo es m¨ªnimo. La saga que tratamos hoy cuenta con esa etiqueta. Monster Hunter se ha ganado por derecho ocupar un hueco en esa mesa. La situaci¨®n de la franquicia es excelente, sobre todo viniendo de un World que ha alcanzado definitivamente al p¨²blico mainstream. Pero el ¨¦xito desmedido de la ¨²ltima entrega de sobremesa (con permiso del fant¨¢stico Rise, que surgi¨® como proyecto port¨¢til en Nintendo Switch) lleva a Capcom a estar frente una decisi¨®n dif¨ªcil: ?a qu¨¦ p¨²blico debe contentar en primer lugar?

Lo que nos encontramos en Monster Hunter Wilds es una respuesta a medias. El estudio insiste en empacar su introducci¨®n bajo el ritmo de la narrativa. Hay much¨ªsimos m¨¢s tr¨¢mites de los vistos en World. Va m¨¢s all¨¢. Lo que ocurre a partir del Rango Alto, sobre todo al llegar al esperado contenido endgame, es cr¨ªtico para una licencia que siempre ha animado a los jugadores con sorpresas y grandes desaf¨ªos. Sientes que vas de la mano de un ente invisible que no te deja soltarte hasta el final. Da rabia que estos problemas aparezcan justo en una entrega cuyos fundamentos son excelentes. Se juega mejor y el bucle jugable fluye como nunca.

De vueltas a una campa?a que resta

Las doce primeras horas de juego, es decir, hasta que corren los cr¨¦ditos por primera vez en pantalla, est¨¢n pensadas como una larga introducci¨®n que repasa las principales mec¨¢nicas de la franquicia Monster Hunter. Volvemos al tutorial encubierto de World, solo que ahora se a?aden una cantidad de tr¨¢mites terribles frente al usuario veterano. Los paseos con Alma por los escenarios y las charlas anodinas de Nata son el pan de cada d¨ªa de cada encargo principal.

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Deseas que se acabe cuanto antes. Es loable el esfuerzo de Capcom por aumentar la apuesta por el world building, el hacer cre¨ªble el entorno para que la saga sea algo m¨¢s que cazar monstruos dif¨ªciles y crear armaduras guap¨ªsimas. Sinceramente, tal y como est¨¢ plasmado aqu¨ª vuelven a fallar. Desconectas de una narrativa m¨¢s propia de un cuento para adolescentes. Si quieres jugar junto a tus amigos en todo este tramo volver¨¢s a tener flashbacks de World: limitaciones por todos lados mientras juegas pensando en acabar con esto cuanto antes.

Entendemos el enfoque cinematogr¨¢fico que aligere las sensaciones entre el p¨²blico menos habitual. Pese a todo lo dicho debemos confesar que las escenas de introducci¨®n a los monstruos son espectaculares. De las mejores que recordamos dentro de la saga en cuanto a producci¨®n. Pero Capcom deber¨ªa pensar tambi¨¦n en los cazadores veteranos. La campa?a como tal, con sus tr¨¢mites y paseos, deber¨ªa ser una ruta opcional a elegir seg¨²n el perfil de jugador. ?Tan dif¨ªcil es hacer un Monster Hunter hoy en d¨ªa solo con combatazo, graficazos y contenido desafiante?

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Tutorial, por cierto, que no repasa en profundidad todos los elementos y opciones. Tienes que tirar de la rebuscada interfaz y del conocimiento de alg¨²n amigo para poder entender al completo cosas tan simples como poder jugar en cooperativo m¨¢s all¨¢ de la bengala de auxilio. Son asperezas que siempre han acompa?ado a la saga y que aqu¨ª, pese a la inversi¨®n en accesibilidad, no se liman al completo.

Fundamentos s¨®lidos: la evoluci¨®n de World

Hay muchos brotes verdes en Monster Hunter Wilds. Si algo nos demostr¨® World era la disposici¨®n de Capcom por hacer que los entornos ganaran en interactividad. Aqu¨ª nos encontramos una evoluci¨®n de lo visto en 2018, tanto por estilo como por forma. La integraci¨®n de los campamentos dentro de los escenarios de caza es un paso hacia delante gigantesco. Tomas esta mejora como algo natural, que siempre estuvo aqu¨ª. Es una pieza que encaja a la perfecci¨®n dentro del puzle de la f¨®rmula. Parece mentira que antes tuvi¨¦ramos que montar una expedici¨®n para incluso poder visitarla.

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Esta rotura de las cadenas permite que el enfrentamiento del jugador contra el contenido del juego fluya de una manera espectacular. Abres el mapa y ves a los monstruos campar a sus anchas en sus h¨¢bitats, con sus costumbres y sus conflictos de la pir¨¢mide alimentaria. La naturaleza, ni m¨¢s, ni menos. Los contratos de caza ahora depositan su fortaleza en la b¨²squeda del esp¨¦cimen dentro del ¡®mundo abierto¡¯, por llamarlo de una forma diferenciada respecto a lo habitual. Si lo ves en el mapa puedes crear una misi¨®n, que te indica a todo lujo de detalles su fortaleza, posibles recompensas y duraci¨®n. Si te interesa y no puedes combatir en ese momento, guardas la misi¨®n como investigaci¨®n de campo previo gasto de puntos de gremio.

La flexibilidad es total y crea una sinergia perfecta con el nuevo sistema de clima din¨¢mico. Llegados a Rango Alto veremos como el ciclo horario y el paso de los efectos meteorol¨®gicos impacta en qu¨¦ monstruos pasean a sus anchas. Hay un fluir constante de rostros que aparecen y desaparecen con el paso de los minutos. Est¨¢ bien, pero al mismo tiempo frena a los jugadores que est¨¢n buscando farmear uno en concreto. Si quieres matar solo Arkveld, tienes que esperar al respawn para poder combatir con uno (o tirar de peticiones de ayuda online). Por eso el guardar investigaciones de campo es tan relevante en esta entrega. Quiz¨¢ no a todos los paladares les guste.

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El dise?o de los escenarios se mantiene en un nivel alto. De lanzamiento existen cinco entornos de caza sin contar la arena, el hoyo de los heridos. Evidentemente hay algunos mejores de otros. Llanos Barlovento, que protagoniz¨® los periodos de beta, es el mejor de largo, pero el Bosque Escarlata y la Cuenca Oleosa no se quedan atr¨¢s. Los que peor sabor dejan son precisamente los dos ¨²ltimos, uno por exceso de pasillos donde la c¨¢mara juega malas pasadas y otro por ser demasiado lineal. Este an¨¢lisis ha sido realizado en el modo equilibrio que ofrece PS5 Pro. La carga de texturas es lo que m¨¢s falla, pero los modelados y la iluminaci¨®n est¨¢n a un gran nivel. En este modo gr¨¢fico tambi¨¦n lo vemos s¨®lido en framerate, aunque solo compatible con pantallas de 120hz. Si juegas en un monitor normal solo podr¨¢s acceder al modo calidad o rendimiento.

Un asterisco sobre el bestiario, al que da gusto combatir

Somos directos: no estamos satisfechos con el bestiario total de lanzamiento. El n¨²mero de bestias disponibles el primer d¨ªa, sin hacer spoilers, es similar al de Monster Hunter World, pero lo que ocurre en Wilds es que se tira de m¨¢s de un refrito que cuenta en el global de rostros. Aunque no podemos se?alar exactamente a lo que nos referimos, s¨ª os podemos decir que cuentan algunos monstruos casi iguales que sus hom¨®logos b¨¢sicos. Es un poco decepcionante, porque de esta manera el n¨²mero baja.

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Las incorporaciones son buenas en l¨ªneas generales. Tenemos nuestros favoritos. El Rey Dau, ese enorme wyvern el¨¦ctrico, tiene un moveset bastante cl¨¢sico y est¨¢ alejado de los grandes desaf¨ªos de la saga, pero combatir contra ¨¦l es espectacular. Tambi¨¦n nos gusta Nu Udra, superdredador, uno de los monstruos fuertes del juego. Es una amalgama con forma de pulpo que utiliza el fuego de su interior como medida de defensa. El Arkveld, rostro protagonista de las promociones, tambi¨¦n es un rival digno. Por poner un ¡®pero¡¯ a los nuevos, quiz¨¢ se cubre demasiado ciertos arquetipos que se solapan entre s¨ª. Hasta ah¨ª podemos leer.

Da gusto combatir en este juego. La mejora alcanza incluso a los peque?os detalles. La cantidad de animaciones que se pueden ver en los monstruos, los peque?os cambios del set de movimientos al usar el amplio elenco de armas, la manera en la que el Seikret te acompa?a como montura e interviene en el combate us¨¢ndolo como veh¨ªculo... Quiz¨¢ algunos echen de menos ciertas mec¨¢nicas de otras entregas (como Rise), pero no nos cabe duda de que estamos ante uno de los mejores combates de la saga.

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Esta opini¨®n se refuerza con la incorporaci¨®n del modo preciso. Pulsando el gatillo izquierdo abrimos un objetivo dirigible con el stick de la c¨¢mara para conducir nuestros golpes en la direcci¨®n que deseamos. Nunca hab¨ªamos tenido este nivel de precisi¨®n a la hora de agarrar el arma. Lo que quiz¨¢ necesite ajustes es el sistema de heridas. Las partes de los monstruos que van recibiendo da?o abren ventanas de oportunidad para hacer un ataque devastador. Aparecen como una l¨ªnea roja (o azul) sobre los monstruos, y si atacas con el movimiento correcto les rompes la guardia. Si encadenas varias puedes hacer que tu rival no se pueda ni siquiera mover del suelo. Son moles de da?o que facilitan bastante las cosas especialmente cuando juegas solo. Y subrayamos ¡®bastante¡¯.

El gran problema de Wilds: un endgame pobre

La escasez de contenido en el endgame es el principal problema que encontramos de lanzamiento. En poco m¨¢s de 40 horas de juego puedes haber forjado el set completo del Arkvell, por poner un reto de caza al que se presupone es el monstruo insignia de esta entrega. Es una duraci¨®n muy escasa porque evidencia otro de los problemas que refuerzan esta parte del juego: es m¨¢s f¨¢cil de lo normal.

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Es f¨¢cil incluso con la incorporaci¨®n de los monstruos curtidos, una versi¨®n algo modificada de las versiones base m¨¢s duros y peleones de lo normal. Mirando el bestiario que tenemos ahora mismo solo encontramos dos monstruos que suponen un reto que recuerda ligeramente al muro de dificultad de anta?o. Uno de ellos es el Arkvell, al que se le toma la medida muy r¨¢pido, y el otro es un viejo rostro que alegrar¨¢ a los veteranos de Monster Hunter 4. M¨¢s all¨¢ de eso no hay ning¨²n rival a la altura del endgame que se le presupone a una entrega principal de la saga.

Y es una pena. La evoluci¨®n jugable respecto a World est¨¢ m¨¢s que demostrada. Se nota algo de prisa en la parte final. Llega algo escaso de contenido, para qu¨¦ negar la realidad. Las actualizaciones llegar¨¢n con nuevos monstruos y funcionalidades. Incluso esperamos la inevitable expansi¨®n de contenido como Iceborne y Sunbreak. Sin embargo, lo que hay ahora mismo de lanzamiento no es suficiente. Para seguir jugando te debes plantear retos personales m¨¢s all¨¢ de los desaf¨ªos importantes. Que si cazar todas las coronas y minicoronas doradas (ahora descubiertas usando los prism¨¢ticos), hacer m¨¢s sets de armadura que los finales, intentar combinar fragmentos para crear armas artianas obtenibles de los monstruos curtidos...

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Es una pena porque incluso a nivel multijugador es el Monster Hunter m¨¢s conectado. En esta edici¨®n estrena juego cruzado entre todos los sistemas. Al cooperativo en las misiones de caza se suma el entorno vinculado, la capacidad de compartir un escenario en tiempo real con tus amigos, donde cazar en libertad mientras golpea el clima din¨¢mico. La mejora alcanza incluso cuando juegas en solitario. Al utilizar la bengala de auxilio se suman hasta tres compa?eros controlados por la inteligencia artificial bastante competentes. En cuanto un jugador humano se suma al contrato, rellenan los huecos autom¨¢ticamente.

Este an¨¢lisis ha sido realizado por un c¨®digo proporcionado por Plaion