Crisis Core -Final Fantasy VII- Reunion, impresiones. Alimentando el mito de Sephirot

Los mitos no nacen, se hacen. Y con Sephirot pas¨® algo similar en Final Fantasy 7. Su presencia era escasa en las primeras horas de juego, pero las habladur¨ªas en los di¨¢logos y los flashbacks constru¨ªan una figura imponente, esa que recib¨ªa 0 de da?o y hac¨ªa 9999 a cada golpe con Cloud, nuestro personaje, nuestro protagonista, al lado. Su figura creci¨® y se convirti¨® en uno de los mayores villanos conocidos. Final Fantasy 7 Remake necesitaba acelerar su (omnipotente) presencia, y lo vimos constantemente en el t¨ªtulo. No pod¨ªa ser un ente lejano de Midgar como anta?o. Y Crisis Core Reunion viene a alimentar este mito, expandirlo y ampliarlo. Hemos jugado a algo m¨¢s que un remaster, algo menos que un remake.

Hay un momento en el que le dicen a Zack, protagonista en Crisis Core y con aparici¨®n estelar y cr¨ªtica en el Remake, que andando que toca ver al mito. ?Un h¨¦roe de verdad!, responde emocionado. Si conoceis la trama del juego de PSP sabr¨¦is que entre los tres hay tela que cortar, pero no es aqu¨ª donde vamos a explayarnos en ello, pero s¨ª en recalcar que Sephirot sigue muy presente. A primera l¨ªnea y desde el primer momento, como as¨ª se ha querido que sea en esta segunda representaci¨®n de la gran obra llamada Final Fantasy 7.

Pero volvemos a lo llano, al protagonista a trav¨¦s de los mandos del t¨ªtulo, a nuestra presencia en un juego de h¨¦roes y grandes soldados. Zack es de segunda clase pero quiere ser de primera, y por eso est¨¢ en una misi¨®n con la que acaba luchando contra dos bestias de gran tama?o. No tardaremos en darnos cuenta que el Remake es el punto de partida en muchas cosas. Tambi¨¦n en las mec¨¢nicas de juego.

Cuando empezamos a combatir con nuestros enemigos todo es conocido: atacamos con cuadrado, bloqueamos con R1 y esquivamos con X. La acci¨®n es inmediata y no va por turnos, y mantenemos el uso de ataques m¨¢gicos que gastan MP y el uso de habilidades que gastan AP. Adem¨¢s, est¨¢n los ¨ªtems consumibles, claro est¨¢. Aqu¨ª no tenemos una barra de l¨ªmite que va creciendo a medida que golpeamos a los enemigos, porque est¨¢ la ruleta. La suerte.

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Era sin lugar a dudas una de las decisiones m¨¢s controvertidas que ten¨ªa Crisis Core en PSP, una ruleta de la suerte que decid¨ªa en gran parte todo aquello que pod¨ªamos hacer en combate y por la cual est¨¢bamos a merced de su gloria. Aqu¨ª su presencia es importante, te empuja en momentos clave, te ayuda a ventilar enemigos r¨¢pidamente o simplemente alarga tus combates por su inacci¨®n. Pero mientras ella rueda, nosotros podemos atacar, esquivar, bloquear y lanzar magias.

La ruleta saca unos personajes -que se van ampliando a medida que Zack interact¨²a con ellos- y unos n¨²meros que se traducen en que si cantamos bingo, tenemos potenciadores: poder gastar ataques AP sin coste, o lanzar magias sin vaciar la barra. Ser invencibles durante unos segundos, potenciar algunas habilidades o conseguir ataques de l¨ªmite de los personajes de la ruleta, como Sephirot. Es una manera de potenciar nuestras acciones de forma aleatoria.

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Todo ello mientras luchamos con dinamismo, lanzamos ataques que debilitan al enemigo y que hay que estudiar cuales son e intentamos, tambi¨¦n, frenar sus ataques de l¨ªmite. Los dos grandes enemigos iniciales tienen una barra de l¨ªmite y hay que intentar bajarla al 0% (mejor con ataques que sean su debilidad). Si no lo conseguimos, lo que reduzcamos ser¨¢ lo debilitado que saldr¨¢ su ataque. Si le dejamos la barra al 25%, su da?o no llegar¨¢ ni a 100. Al 50%, algo m¨¢s de 150 puntos. Y as¨ª.

Ifrit, una invocaci¨®n enemiga

M¨¢s adelante, tras un par de combates intrascendentes y la necesidad de llevar a un VIP a alg¨²n lugar seguro, acabaremos luchando en un escenario infernal ante Ifrit, invocaci¨®n que conocemos de sobras. El combate ah¨ª es m¨¢s complejo, con golpes m¨¢s poderosos de nuestro enemigo, una barra de l¨ªmite que cuesta m¨¢s de rebajar (y con un ataque devastador v¨ªa cinem¨¢tica algo regular en compresi¨®n y calidad de imagen) y la necesidad de lanzarle ataques de hielo que, evidentemente, son su debilidad.

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En este enfrentamiento, que jugamos dos veces en sesiones diferentes, vimos la importancia de la ruleta. No es decisiva para ganar, porque realmente si esquivas, bloqueas, lanzas ataques y te curas cuando toca, vas rebajando la vida de tu enemigo, pero puede darte un empuj¨®n definitivo. En la segunda partida, a base de invulnerabilidades, poder lanzar hielo sin gastar barra y alg¨²n ataque de l¨ªmite, cay¨® de manera r¨¢pida y sin sufrir demasiado. La suerte de los campeones, dicen.

El combate acababa con la aparici¨®n estelar de Sephirot, qui¨¦n si no, para dar el golpe de gracia y recordarle al juego, al nuevo universo de Final Fantasy 7 y a los usuarios de ayer y de hoy que el mito es ¨¦l y toca rendirle pleites¨ªa. Una demo intensa, que apuesta fuerte por el combate din¨¢mico y por mantener ciertas bases del t¨ªtulo original. Que se ve muy bien pero no al nivel del Remake, que parece m¨¢s que un remaster pero menos que un juego rehecho, y en el que, creemos -Tetsuya Nomura, director creativo rezan las letras de la intro- habr¨¢ escenas y cambios de guion que conecten con lo que vimos e intu¨ªmos en Final Fantasy 7 Remake. Adelante con ello, que el material original ya sabemos como acaba y eso nadie lo podr¨¢n cambiar.

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