Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita, An¨¢lisis Nintendo Switch

Desde su presentaci¨®n en un ya lejano Nintendo Direct nip¨®n, las redes comenzaron a compartir un tr¨¢iler que inexplicablemente no lleg¨® a mostrarse en nuestra edici¨®n espa?ola. Pasa habitualmente pero nunca un juego japon¨¦s con pocas visas de salir de su tierra causa tanta expectaci¨®n como el que hoy analizamos.

Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita ya est¨¢ entre nosotros para Nintendo Switch, deber¨ªa estar ya en PlayStation 4 y a finales de mes aterrizar¨¢ en la plataforma Steam. Es momento de analizar si su revuelo en redes fue en vano o realmente merece nuestra atenci¨®n.

La serie en nuestras manos

Shin Chan podr¨ªa decirse que es una de las series de dibujos animados con m¨¢s repercusi¨®n en Espa?a, con permiso de Dragon Ball, y es que su simp¨¢tico personaje de tan solo 5 a?os es capaz de lo mejor y lo peor. Aunque es conocida por toda nuestra pen¨ªnsula tuvo ¡ªy sigue teniendo¡ª una mayor audiencia entre el p¨²blico gallego y el catal¨¢n.

Crayon Shin-Chan, que es como realmente se titula la serie manga del autor japon¨¦s ya fallecido Yoshito Usui, narra las vivencias de un ni?o con pocos pelos en la lengua, ideas disparatadas y unos bailes un tanto peculiares. Casi siempre est¨¢ acompa?ado de sus padres, su perro Nevado y sus amigos del ej¨¦rcito Kasukabe, todos de su misma edad. Con estos datos, si a¨²n no conoc¨¦is la serie, ya os pod¨¦is hacer una idea de c¨®mo son sus aventuras.

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Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita no es un videojuego de plataformas o acci¨®n como ya vimos en el pasado sino una suerte de simulador de vacaciones que m¨¢s que disfrutarlo en una tarde har¨ªais bien en hacerlo durante varios d¨ªas. Su car¨¢cter tranquilo, completista y fraccionado en d¨ªas que hacen de cap¨ªtulos, tienen toda la culpa.

La historia comienza con la familia Nohara realizando un viaje vacacional a Asso, al menos para la mayor¨ªa de ellos ya que el padre, Hiroshi, sigue trabajando por aquella zona, motivo por el cual se trasladan todos a pasar unos d¨ªas a casa de una amiga de Misae, la madre. Sin embargo antes de tomar rumbo a su destino un extra?o doctor les invita a probar su nueva c¨¢mara, una que es capaz de convertir en dibujo animado todo aquello que fotograf¨ªen. Sin muchos peros a la propuesta, al aceptar esta encomienda comenzar¨¢ el videojuego en s¨ª mismo.

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Antes de entrar en materia hay que comentar que el t¨ªtulo se puede disfrutar en peque?as dosis pero por alguna raz¨®n no ha sido desempe?ado para tal funci¨®n. Primero porque el videojuego tiene muchos textos, lo suficientes como para que s¨ª tenemos muy poco rato de ocio, puedan cortar el ritmo. Lo segundo porque sus puntos de guardado est¨¢n separados por los d¨ªas de juego. Es decir, solo se puede guardar la partida una vez terminamos uno de sus cap¨ªtulos, aunque con la funci¨®n en reposo de Switch este problema se puede medio solventar.

Tras una explicaci¨®n de controles, presentaci¨®n del pueblo de Asso y actividades, tomamos el control de Shinnosuke, el protagonista absoluto. En el t¨ªtulo tratamos de replicar con nuestras acciones c¨®mo ser¨ªan sus vacaciones de verano, que al final no dejan de ser momentos que todos hemos tenido de j¨®venes por estas fechas; cazar insectos, recolectar plantas, explorar el pueblo, pescar, jugar con los amigos y otras tareas. Al finalizar el d¨ªa, todas estas actividades se apuntar¨¢n debidamente en el diario de Shin Chan, que hace a su vez de una suerte de resumen de c¨®mo le ha ido este periodo vacacional.

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Aunque el juego es divertido y clona con exactitud el humor de la serie original, este envoltorio buc¨®lico, con buen nombre por t¨ªtulo y un notable acabado t¨¦cnico, se desinfla a poco que queramos rascar en ¨¦l. Todos los peque?os minijuegos que necesitamos llevar a cabo para completar la historia son meros obst¨¢culos poco trabajados que seguramente vay¨¢is a denostar r¨¢pido. Por ejemplo, cazar bichos no es tan satisfactorio como ve¨ªamos en los tr¨¢ilers ya que muchos son min¨²sculos, se repiten en reiteradas ocasiones y el control no es nada agradable. Si sumamos esto a jugar en modo port¨¢til los problemas se acrecientan.

Tenemos tambi¨¦n una granja, la cual poco o nada podemos interactuar con ella m¨¢s que realizar lo que nos piden y regar la siembra. O el minijuego de lucha entre dinosaurios, una suerte de?fighting game muy aleatorio o de azar. Pescar, lo mismo. Lanzamos la ca?a, pulsamos un bot¨®n en el momento correcto y santas pascuas, con las mismas repeticiones que la tarea de cazar insectos.

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El pueblo, Asso, no es demasiado grande, y aunque sus estampas son preciosas, se ven lastradas por una c¨¢mara fija que en multitud de ocasiones estorba la jugabilidad en lugar de adornarla. El aspecto gr¨¢fico es precioso, no cabe duda, pero nos queda la sensaci¨®n de que est¨¢ mal aprovechado, sobre todo por lo citado al principio de esta frase. Hay poco m¨¢s de una decena de localizaciones y aunque es l¨®gico dado como es el pueblo, se nos antojan escasas.

Aunque las actividades son quiz¨¢s lo que m¨¢s se ha publicitado del t¨ªtulo tenemos tambi¨¦n una suerte de submisiones bastante diferentes que otorgan buenas carcajadas y situaciones de lo m¨¢s rocambolescas. Se agradecen mucho ya que nos alejan un poco de este ¡°grindeo¡± de tareas un poco descafeinadas y, al mismo tiempo, se entrelazan con la historia principal. No es que tanto estas misiones como la trama est¨¦n muy trabajadas o hayan inventado la rueda pero los amantes del manga disfrutar¨¢n la narrativa del t¨ªtulo.

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En Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita, como hemos comentado, la historia se divide en cap¨ªtulos, uno por d¨ªa. El transcurso de los d¨ªas est¨¢n sujetos a la exploraci¨®n, es decir, avanza conforme vayamos pasando pantallas, por lo que la desarrolladora ha habilitado una opci¨®n para que el tiempo transcurra m¨¢s o menos r¨¢pido. Nuestra recomendaci¨®n es que lo configur¨¦is para que tarde m¨¢s en terminar la jornada puesto que habr¨¢ en m¨¢s de una ocasi¨®n que el cap¨ªtulo se de por finalizado sin esperarlo o sin terminar las actividades pendientes.

Adem¨¢s de esta particularidad, Shin Chan cuenta con una barra de energ¨ªa que reduce su porcentaje al mismo tiempo que exploramos el pueblo o llevamos a cabo el contenido del t¨ªtulo. Si acabamos con ella, Shinnosuke se desmayar¨¢, transcurrir¨¢ el tiempo y nos tocar¨¢ volver con las pilas cargadas desde la casa en la que veranea. Desconocemos la raz¨®n por la que la desarrolladora Millenium Kitchen ha querido establecer dos handicaps en un juego catalogado como tranquilo, de exploraci¨®n y de nostalgia, pero creemos que anular ambas caracter¨ªsticas lo har¨ªa un juego m¨¢s redondo.

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Es cierto que lo hace m¨¢s propenso a completarlo de diversas formas, incluso tras ver los cr¨¦ditos, momento en el que se desbloquea la opci¨®n de Nueva Partida +, pero uno se queda con la sensaci¨®n de que son unas vacaciones estresantes y no relajantes. Los insectos y peces, por ejemplo, aparecen a diversas horas del d¨ªa, al igual que otros eventos del pueblo. El paso del d¨ªa y la barra de energ¨ªa de Shin Chan imposibilitan que podamos explorar todo a conciencia y terminar el d¨ªa como queramos.

A¨²n y con todo Shin Chan: Mi verano con el profesor - La semana infinita no es un mal t¨ªtulo. Puede parecer con nuestro texto que as¨ª lo es pero al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar; nadie esperaba un videojuego de Shinnosuke como Stardew Valley o similares. Lo que tiene lo hace bien en mayor o menor medida, divierte much¨ªsimo con su trama y es precioso. Simplemente hay que tener en cuenta que es un t¨ªtulo menor, orientado para todo tipo de p¨²blicos, entre comillas, y que simplemente apela a la nostalgia o, mejor dicho, a los fan¨¢ticos de su protagonista. Lo que hay est¨¢ bien pero casi todo lo que se vendi¨® de ¨¦l es pobre; los minijuegos.

Una gozada

La gente de Millenium Kitchen sab¨ªa qu¨¦ ten¨ªa entre sus manos a la hora de hacer un t¨ªtulo de Shin Chan y esto se refleja en el buen hacer de su apartado t¨¦cnico. Visitar Asso es una delicia visual a la altura de lo que ya vimos en Doraemon Story of Seasons, convirti¨¦ndolo en uno de los m¨¢s bonitos que hemos visto en la h¨ªbrida de Switch. Hay trampa, claro, ya que sus escenarios est¨¢n hechos a mano y no hay apenas rastro de modelos en tres dimensiones m¨¢s all¨¢ de su personajes, pero no es ¨®bice para que luzca de esc¨¢ndalo.

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Es un videojuego lleno de detalles a poco que nos paremos a mirar sus estampas, que respeta much¨ªsimo la obra de su autor e incluso aquellos personajes que no aparecen en la serie siguen el mismo dise?o. Algo que no ocurre por ejemplo en el citado Doraemon Story of Seasons. Esta caracter¨ªstica le da un plus de inmersi¨®n mucho mayor.

El aspecto negativo es algo que ya hab¨ªamos comentado p¨¢rrafos atr¨¢s y son sus c¨¢maras. Asso est¨¢ estructurado por pantallas est¨¢ticas por lo que cuando visitamos otra zona el t¨ªtulo carga el decorado ¡ªde forma instant¨¢nea, claro¡ª cambiando totalmente la perspectiva sin opci¨®n a mover la c¨¢mara. En algunos tramos la acci¨®n enfoca a Shin Chan pero en otros tantos se queda algo alejada, imposibilitando acciones como pescar o capturar bichos. El precio a pagar, suponemos, por tener tan bellos paisajes, aunque este defecto lo notar¨¢ m¨¢s molesto aqu¨¦l que juegue en modo port¨¢til.

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En la parte auditiva no tenemos quejas. La banda sonora cumple sin m¨¢s, con alg¨²n tema tronchante por su significado, pero nada m¨¢s. El audio est¨¢ disponible ¨²nicamente en japon¨¦s con los actores de voz de la serie animada, un plus para los m¨¢s puritanos del V.O., pero ya sea porque disfrutamos en su d¨ªa de las voces en catal¨¢n o porque no estamos acostumbrados, la tonalidad de algunas voces no nos ha entusiasmado.

El videojuego ha llegado con textos en espa?ol aunque hay un buen c¨²mulo de erratas que har¨ªa llorar a la RAE. Est¨¢ repleto de faltas ortogr¨¢ficas, textos sin sentido y errores garrafales. En otro contexto este punto traer¨ªa consigo una penalizaci¨®n mucho m¨¢s alta pero a decir verdad, el ya solo lanzamiento del t¨ªtulo en Europa por petici¨®n de los usuarios y el esfuerzo en adaptarlo tanto a nuestro idioma como a varios otros se merece un aplauso. En peores ¡°fiestas¡± hemos toreado.