The Settlers, impresiones. Estrategia con aroma a cl¨¢sico

Vuelve The Settlers, juego de estrategia en tiempo real que nos cautiv¨® hace a?os en PC y Amiga y que, tras un largo silencio ¨Cla ¨²ltima entrega numerada es de hace m¨¢s de 15 a?os- renace de la mano de Ubisoft con una reimaginaci¨®n que vamos a poder disfrutar este 2022. En Meristation hemos podido probar la versi¨®n que estar¨¢ disponible en la beta cerrada que se va a publicar pr¨®ximamente para descubrir qu¨¦ ofrece un nombre con sabor a cl¨¢sico, que fue de los pioneros en la gesti¨®n de recursos y que mantiene algunos elementos clave.

Ya en 2018 tuvimos el anuncio del retorno en la Gamescom de ese a?o, cuando la vida era vida y pod¨ªamos disfrutar de eventos presenciales, pero desde entonces, con algunos contratiempos incluidos en el desarrollo, qued¨® todo en stand by hasta ahora, que renace con un estilo visual bastante acertado, con mec¨¢nicas que nos recuerdan a los cl¨¢sicos y con novedades que est¨¢n pensadas para lo que debe ofrecer un RTS hoy en d¨ªa. Durante nuestra prueba hemos podido jugar a escaramuzas de uno contra uno y de dos contra dos con dos de las facciones que tendr¨¢ el juego.

De momento sabemos todo lo que va a traer el juego. Una campa?a con tres facciones jugables, por lo que tendremos distintos puntos de vista, cinem¨¢ticas para hilar las acciones que vamos a realizar, tejer alianzas con otros, y mucho m¨¢s. Adem¨¢s de esto, contaremos con el modo escaramuza para luchar contra otros jugadores o contra la IA en 1c1, 2c2 y 4c4; y un tercer modo llamado embates en el que vamos a poder jugar a escaramuzas, pero con condiciones predefinidas que van a ofrecernos distintos retos a superar. En todo caso, nosotros no hemos podido adentrarnos en todos estos contenidos, as¨ª que vamos con las impresiones de lo que s¨ª hemos podido ver.

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Lo primero es ver las tres facciones que tenemos disponibles. Los Elari, que son agricultores y artesanos que disfrutan y aprecian el trabajo bien hecho; los Maru, que viven en paz y armon¨ªa con la tierra y el mar durante a?os; y los Jorn, una cultura guerrera con un c¨®digo de honor que disfrutan compitiendo en fuerza y t¨¢ctica. Sea cual sea la facci¨®n que escogeremos, cada una ofrece distintas estrategias jugable, tendremos que producir recursos distintos y plantear nuestro crecimiento con los condicionantes de cada facci¨®n, mientras buscan recursos, crean caminos de transporte y nuevas y mejores estructuras para mejorar la sociedad. De ellos sabemos que los Elari tienen ventaja en construir granjas, residencias y cosas similares, m¨¢s barato que otro pero a cambio sus construcciones reciben m¨¢s da?o. Por otro lado, los bastiones son m¨¢s econ¨®micos en los Maru y el coste en algunos materiales es m¨¢s barato. Cada uno tiene sus fortalezas que debe saber sacar partido.

Una de las grandes novedades para esta entrega es la presencia de los ingenieros, unidades que no participan en combate pero pueden ser atacados, por lo que tendremos que defenderlos y tenerlos a buen recaudo para lo que pueda ser. Los ingenieros, por ejemplo, son los que tendremos que ordenar que acaben una obra en la que los trabajadores pueden ir llevando los recursos, pero no son capaces de acabarla sin ellos. Tambi¨¦n son necesarios para otras obras, como puede ser los caminos que conectan las distintas construcciones: no, no sabr¨¢n mover recursos de un lado para otro si no tenemos un camino habilitado.

El sistema de recolecci¨®n de recursos, construcci¨®n, caminos entre ellos y sinergias entre los distintos edificios es bastante ¨¢gil y sencillo: estamos ante un juego que piensa en una enorme puerta de entrada para todo tipo de usuarios, y no solo para los m¨¢s ac¨¦rrimos del g¨¦nero. Tiene un desarrollo pausado, as¨ª que toca tom¨¢rselo con calma, ir usando las unidades como se requiera y expandiendo nuestro terreno ¨Calgo para lo que tambi¨¦n necesitamos a los ingenieros, dicho sea de paso-.

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De hecho, una parte totalmente vital e imprescindible de nuestra gesti¨®n es el dep¨®sito (warehouse), un espacio central en el que tenemos los recursos depositados y coleccionados y a partir de los cu¨¢les podremos crear y construir nuestro futuro. Saber qu¨¦ tipo de material nos falta es clave para poder avanzar, y cuando no tenemos de ello, toca ir a buscarlo. Una vez damos con un lugar con ese recurso (sea un bosque para la madera o una zona repleta de piedras), tendremos que mandar a los ingenieros a trabajar en ello, luego conectarlo todo con carreteras y poder abastecer as¨ª el dep¨®sito para, luego, construir nuevos elementos necesarios para nuestro poblado.

A nivel de combate, tenemos un sistema bastante cl¨¢sico con distintas unidades (capaces de atacar a distancia o a corto), con sanadores y estructuras que permiten defender nuestra posici¨®n. Todo ello se controla de forma sencilla gracias pocos clics y atajos en el teclado, aunque es importante saber cu¨¢ndo sanar, cuando retirarse (a veces los emplazamientos enemigos tendr¨¢n ataques poderosos, como una lluvia de explosivos que nos va a dejar sin opciones) y plantear por qu¨¦ flanco podemos acercarnos. Destacar en este punto que cada facci¨®n tiene sus ventajas: los Maru tienen a sus guardianes equipados con una lanza y un escudo mientras que los Elari cuentan con arqueros que provocan un da?o extra.

Partidas donde explorar y descubrir importa y mucho

Y as¨ª es como se desarrollan las partidas en escaramuza que hemos podido jugar. Empezamos con un emplazamiento y nuestro dep¨®sito, as¨ª como unidades variadas y nos lanzamos a explorar mientras construimos todo tipo de estructuras. Buscamos lugares secretos para extraer nuevos materiales; avanzamos por una monta?a hasta dar con un campamento enemigo que nos machaca y que, por lo tanto, nos precisar¨¢ de intentar mejorar nuestro equipo militar para enfrentarse a ellos. Todo en escenarios con un buen tama?o, equilibrado entre las zonas de exploraci¨®n, de gesti¨®n de recurso y de enemigos a los que enfrentarnos y con distintas estrategias que podemos seguir.

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Seg¨²n las localizaciones que encontremos, podremos conseguir recompensas, como por ejemplo una estatua a la que, si mandamos las herramientas correctas, nos dar¨¢ como recompensa distintas armas como arcos, espadas o hachas. Y as¨ª avanzamos, buscando nuevos materiales, nuevas fuentes de recursos y combatiendo con las bases enemigas, que al menos en las escaramuzas las hemos visto m¨¢s a la defensiva que proactivas a la hora de asaltarnos.

La siguiente parada ser¨¢ en la beta cerrada que llega pr¨®ximamente y que permitir¨¢, v¨ªa registro, probar el modo escaramuzas con otros usuarios mientras esperamos m¨¢s detalles de la campa?a. Lo que queda claro es que es un retorno con un respeto importante a los juegos originales.