Geralt, Ciri y el ¡®endgame¡¯ de The Witcher
Tras el estreno de la segunda temporada, tratamos diferencias de la serie, los libros y los juegos del brujo para explorar sus posibles desenlaces.
Con la segunda temporada de la serie logrando cifras de r¨¦cord en Netflix, la tercera ya casi escrita y su showrunner, Lauren S. Hissrich, asegurando que el plan consiste en adaptar todos los libros a lo largo de siete temporadas, parece que tendremos The Witcher para rato. Sin embargo, pese a su innegable ¨¦xito a la hora de captar la atenci¨®n del p¨²blico, la traves¨ªa del Geralt de Rivia interpretado por Henry Cavill tiene tanto bastante camino por delante como una creciente cantidad de licencias y desviaciones que dificultan saber con certeza c¨®mo acabar¨¢ la historia.
Las licencias de la licencia
Viendo el segundo episodio de la nueva temporada, seguramente los fans de encarnaciones previas (en papel o virtual) quedaron un poco en shock al descubrir c¨®mo Eskel, tras convertirse en una planta mutante por culpa de un encuentro desafortunado con un Leshen, era ejecutado por Geralt y dado de comer a una manada de lobos. En los libros, Eskel nunca hab¨ªa sido un personaje particularmente importante, pero s¨ª era de los pocos compa?eros brujos que quedaban en Kaer Morhen y sobreviv¨ªa el tiempo suficiente como para dar el salto a los videojuegos sin necesidad de que CD Projekt tuviese que hacer malabarismos narrativos.
La raz¨®n de este cambio es f¨¢cil de entender sin necesidad de preguntar a los responsables. Sacrificar antes de tiempo a un personaje familiar sirve para sorprender, para marcar distancias respecto al material original y crear la ilusi¨®n de que otros tambi¨¦n pueden no estar a salvo (el s¨ªndrome Juego de Tronos) aunque luego se decida seguir un transcurso normal con ellos. El problema en la pr¨¢ctica es que este Eskel se elimina en el mismo episodio en el que se introduce, por lo que ni tiene tiempo de convertirse en un personaje relevante para el espectador novato, sin referencias ajenas a la serie, ni su caracterizaci¨®n sirve para que el fan pueda considerarlo el mismo Eskel por m¨¢s que comparta nombre o las representativas cicatrices de su cara.
Algo similar podr¨ªamos decir de un Lambert con menor parecido y personalidad intercambiada con la de su compa?ero (originalmente Lambert era el m¨¢s rudo y Eskel el m¨¢s calmado), o de la docena de brujos nuevos que de repente llenan Kaer Morhen para convertirse en carne de ca?¨®n y empujar a Vesemir hacia extremos poco representativos de sus otras encarnaciones durante el cap¨ªtulo final. Licencias que probablemente s¨ª funcionen para gran parte del p¨²blico casual, pero evidencian que la fidelidad no ha sido tan prioritaria como la manufacturaci¨®n de drama destinado a conseguir resultados con rapidez. Crear y resolver sus propios conflictos sin necesidad de sembrar y esperar como en las fuentes de inspiraci¨®n.
Otro ejemplo simb¨®lico lo encontramos en la hechicera Yennefer. Aunque aqu¨ª los jugadores no tengan punto de referencia claro ¡ªpuesto que la trilog¨ªa de CD Projekt empieza mucho despu¨¦s del primer encuentro entre Ciri y ella¡ª, la serie urde un plan mediante su p¨¦rdida de poderes y la introducci¨®n de la in¨¦dita bruja de la caba?a (Voleth Meir) para crear un antagonismo temporal dentro del tr¨ªo protagonista: desprovista de las motivaciones establecidas durante la primera temporada y/o los libros, Yen se ve forzada a enga?ar a Geralt y raptar a Ciri para luego titubear en el ¨²ltimo momento y empezar un arco de redenci¨®n, la recuperaci¨®n de la confianza perdida, que seguramente se extienda durante parte de la tercera temporada.
Al adaptar una historia de un medio a otro, esta clase de concesiones son, por norma, inevitables. Una serie tiene diferente estructura y ritmo que una novela, que a su vez tiene diferente estructura y ritmo que un videojuego. La semana pasada, al recordar The Witcher 2, ya comentamos que al crear su primer t¨ªtulo, CD Projekt no solo opt¨® por ubicar la historia despu¨¦s de los libros pese a que el desenlace de estos complicaba la existencia de una secuela convencional, tambi¨¦n por dotar a Geralt de una amnesia que le permit¨ªa salir de aventuras ignorando todo lo anterior, adem¨¢s de hacer que los secundarios con memoria intacta (Triss, Vesemir, Eskel, Lambert) omitiesen cualquier dato relacionado con Yen y Ciri por conveniencia.
En retrospectiva, el primer The Witcher dif¨ªcilmente encaja como secuela coherente de La dama del lago (novela final de Geralt) e incluso tiene problemas para encajar como precuela del propio The Witcher 2, juego donde CD Projekt empez¨® a corregir historia y caracterizaciones para dar una continuidad m¨¢s fiel a los libros. A falta de Yen, en el primer The Witcher Triss ocup¨® su lugar no solo como inter¨¦s rom¨¢ntico principal, tambi¨¦n qued¨® parcialmente solapada en t¨¦rminos de personalidad. Fue la secuela la que recuper¨® su tono m¨¢s alegre y amable ¡ªaunque todav¨ªa algo diferenciado de los libros¡ª, as¨ª como la importancia de la Logia y la reintroducci¨®n de personajes m¨¢s involucrados en los tejemanejes pol¨ªticos como Philippa Eilhart, hechicera polim¨®rfica reci¨¦n presentada en la segunda temporada de la serie.
Con esto queremos decir que toda adaptaci¨®n es eso, una nueva forma de mirar algo conocido, sean personajes, historias o temas. Antes de tener en cuenta las versiones posteriores, tambi¨¦n es de recibo recordar que la propia obra de Sapkowski se someti¨® a cambios y evoluciones. Su mundo naci¨® en torno a Geralt de Rivia, cazador de monstruos en busca de contratos que formaban peque?as historias autoconclusivas ¡ªsi bien conectadas¡ª, y no fue hasta m¨¢s tarde cuando se convirti¨® en la clase de ¨¦pica que la serie ha intentado reproducir desde el primer momento, entrelazando esas aventuras sueltas con eventos m¨¢s trascendentales a la hora de definir a sus protagonistas y causando cierta confusi¨®n entre algunos espectadores por los saltos necesarios para acomodar historias que no transcurr¨ªan en paralelo, sino separadas por varios a?os o incluso d¨¦cadas en el tiempo.
De tal padre...
Del mismo modo, el primer juego de The Witcher se centr¨® en recapturar la atm¨®sfera del universo de Sapkowski, las peculiaridades de su rico folclore y su moralidad definida por los grises aunque la historia como tal fuese invenci¨®n pura y sus personajes no siempre se alineasen particularmente bien con los hom¨®nimos de papel. Luego, como ya hemos dicho, el segundo se escor¨® hacia los conflictos pol¨ªticos y geogr¨¢ficos dejando algo m¨¢s de lado las peque?as cazas de Geralt; y por ¨²ltimo, The Witcher 3 se pas¨® al mundo abierto para reconciliar de forma natural ambas facetas. Fue un juego ¨¦pico, pero a la vez ¨ªntimo, repleto de peque?as historias secundarias que parec¨ªan directamente salidas de alguno de los primeros libros en clave de antolog¨ªas.
Lidiar con tantas posibilidades podr¨ªa haber hecho que The Witcher 3 perdiese el foco. Deambulase entre dos mundos sin conquistar ninguno. Y sin embargo, fue la obra que termin¨® de consagrar a la franquicia como un fen¨®meno de masas. Las cr¨ªticas, las ventas y la cantidad de premios recibidos por CD Projekt fueron astron¨®micos, y aunque no podemos asegurar que la existencia de la serie se deba solamente a su ¨¦xito, cuesta creer que no haya sido un factor fundamental para que Netflix decidiese invertir varios millones de d¨®lares en adaptar novelas de fantas¨ªa polacas que diez a?os antes de su estreno ni siquiera dispon¨ªan de traducci¨®n al ingl¨¦s.
Huelga decir que a este ascenso mete¨®rico contribuyeron varios factores, no fue cuesti¨®n de suerte ni de tocar una tecla concreta. Pero cuando se trata del argumento, el mayor acierto de Wild Hunt fue precisamente seguir con ese regreso hacia el redil narrativo de Sapkowski iniciado por The Witcher 2 y anclar las innumerables amenazas, confabulaciones y batallas entre reinos sobre la reunificaci¨®n del tr¨ªo Geralt, Yennefer y Ciri: tras ausentarse por completo en el primer juego y ser mostrada solo en los flashbacks dibujados a mano del segundo, la hechicera reaparec¨ªa al inicio del tercero y pon¨ªa a Geralt en contacto con nada menos que Emhyr var Emreis, padre biol¨®gico de Ciri cuya supervivencia y estatus al frente del imperio de Nilfgaard ha servido como gran revelaci¨®n final para la segunda temporada de la serie.
Pese a las comprensibles reticencias a colaborar con ¨¦l, Geralt era incapaz de negarse a participar en la b¨²squeda de su hija porque una cosa es la familia biol¨®gica y otra los lazos creados por factores m¨¢s et¨¦reos como la magia o el destino, fuerzas tan reales e importantes como el amor en el universo de The Witcher. Abocados a una relaci¨®n intermitente, pero intensa y eterna tras la ca¨®tica mediaci¨®n de un Djinn (el t¨ªpico genio que concede tres deseos), Geralt y Yennefer comparten tanto infertilidad como el deseo de tener descendencia y acogen a Ciri como hija adoptiva cuando esta queda ¡ªpresumiblemente¡ª hu¨¦rfana durante eventos anteriores a los juegos y ya adaptados con relativa fidelidad (se pierden encuentros y matices) en la serie.
Por supuesto, el tema termina siendo m¨¢s complicado que eso, y no solo porque el destino de Ciri tambi¨¦n est¨¦ ligado al de Geralt mediante la ley de la sorpresa, sino porque la princesa de Cintra se revela como un ser de poder excepcional y sin quererlo pone patas arriba la vida del brujo y de medio continente. Es algo que cambi¨® la din¨¢mica argumental de los libros, y que sin lugar a dudas seguir¨¢ acaparando el foco durante las siguientes temporadas de la serie (se puede decir que, pese a la perspectiva y el t¨ªtulo, Ciri es la protagonista real de la historia), pero no afecta al v¨ªnculo afectivo: con sangre com¨²n o sin ella, con poderes m¨¢gicos o sin ellos, para Geralt es su hija, as¨ª que est¨¢ dispuesto a todo para encontrarla. Sea matar decenas de monstruos o hacer de recadero para personajes indeseables.
Claro que dar con Ciri no pone el punto y final a las aventuras de Geralt en los juegos, y no solo porque despu¨¦s de The Witcher 3 CD Projekt lanzase un par de expansiones excelentes (Hearts of Stone y Blood and Wine), sino porque el reencuentro es la antesala del enfrentamiento con la cacer¨ªa salvaje. La misma amenaza que da subt¨ªtulo a esa entrega, pero se remonta muchos a?os en la historia de Sapkowski y tambi¨¦n se acaba de introducir en la segunda temporada de la serie.
El endgame de The Witcher
Lo que nos lleva, por fin, al endgame de The Witcher. El desenlace hacia el que se dirigir¨¢ la serie si todo va bien y alg¨²n d¨ªa ¡ªlejano, para qu¨¦ enga?arnos¡ª podemos ver esa s¨¦ptima temporada llamada a concluir la historia. Y aunque las cosas pueden cambiar bastante por el camino (qui¨¦n sabe los Eskel que nos esperan), una apuesta que s¨ª parece segura es la de la cacer¨ªa salvaje como ese presagio inicialmente ignorado por la mayor¨ªa que poco a poco se transforma en un peligro m¨¢s trascendental que los politiqueos y las traiciones de reyes y magos de forma no tan diferente a los Caminantes Blancos en Juego de Tronos (al menos hasta que a sus showrunners les entraron las prisas y zanjaron todo con poca ceremonia).
Esta amenaza, no obstante, no es algo reservado para el final final, tras a?os de aventuras aderezadas por peque?os anticipos o visiones. Como los lectores de los libros bien sabr¨¢n, los pasos de estos jinetes espectrales se cruzan con los del tr¨ªo protagonista mucho antes del desenlace. La serie, de hecho, se ha adelantado incluso m¨¢s y ha hecho de Voleth Meir, esa bruja de la caba?a inventada para la ocasi¨®n, uno de sus integrantes: tras poseer a Ciri y cargarse a tres cuartas partes de los habitantes de Kaer Morhen, descubrir que volver¨¢ con menos limitaciones y acompa?ada por al menos seis iguales sirve como golpe de efecto aunque la naturaleza exacta de la cacer¨ªa todav¨ªa sea demasiado vaga, sin objetivos definidos.
Las siguientes temporadas a buen seguro se encargar¨¢n de aportar nueva informaci¨®n, sobre todo a medida que los poderes de Ciri se desarrollen, empiece a viajar entre mundos, a descubrir m¨¢s sobre su v¨ªnculo con los elfos, a congeniar con unicornios y a otras cosas que dejaremos a un lado por el bien de la brevedad. Sin embargo, hay un componente concreto de esta historia que cuesta obviar cuando miramos hacia delante, y es el hecho de que en los libros, Geralt y Yennefer mueren antes de resolver el conflicto con la cacer¨ªa salvaje. Y ni siquiera lo hacen por intervenci¨®n de estos jinetes, en medio de un sacrificio clim¨¢tico para salvar al mundo, sino a manos de campesinos enfurecidos durante una revuelta sin relaci¨®n.
Cuando miramos a The Witcher como la creaci¨®n de Sapkowski y a los juegos de CD Projekt RED como la inspirada ¡ªpero no can¨®nica¡ª continuaci¨®n escrita por fans de su obra, la serie se va a encontrar ante una disyuntiva interesante sobre qu¨¦ y c¨®mo adaptarlo. Siendo justos, los libros no son tan conclusivos como resumimos arriba, juegan con los tiempos y las perspectivas de un modo que deja margen para la interpretaci¨®n: tal y como se narran los eventos, los amantes pueden ser curados y transportados a otro lugar, morir y seguir su idilio en el m¨¢s all¨¢ o que las cr¨®nicas posteriores de Ciri sean una mera ilusi¨®n para confortarse.
Es justo a esa ambig¨¹edad a la que se agarr¨® CD Projekt para traer de vuelta al brujo y a la hechicera, envejecer a Ciri varios a?os y plantear una conclusi¨®n m¨¢s tradicional al final de The Witcher 3, donde la cacer¨ªa salvaje es combatida y derrotada de forma inequ¨ªvoca (aunque el destino final de Ciri queda en manos del jugador en base a una serie de decisiones tomadas a lo largo del juego). Y es tambi¨¦n la ambig¨¹edad que forzar¨¢ a Hissrich, la showrunner de la serie, a mojarse en alguna direcci¨®n concreta a menos que sea capaz de recrear en un medio audiovisual un desenlace igual de abierto. Aunque incluso de darse el caso para Geralt y Yennefer, suena altamente improbable que niegue a Ciri la satisfacci¨®n de un cierre heroico despu¨¦s de demostrar su disposici¨®n a tomarse licencias y cambiar cosas.
Ese es el tablero, y estas son las piezas. ?Nos sorprender¨¢ la serie manteniendo el crudo y anticlim¨¢tico final original? ?Recurrir¨¢ a una elipsis temporal que nos permita acompa?ar a la Ciri adulta? ?Sobrevivir¨¢ la princesa de Cintra para convertirse en emperatriz como su padre biol¨®gico o bruja como su padre adoptivo? ?Perder¨¢ Geralt temporalmente la memoria para tener escarceos con Triss antes de reconectar con una molesta Yennefer? ?Acabar¨¢ sus d¨ªas retirado, con un vi?edo en Toussaint? ?O veremos un final completamente diferente al de libros y juegos?
Cuando se trata de adaptaciones, The Witcher es un caso ¨²nico. As¨ª como Juego de Tronos se adelant¨® a sus libros y le toc¨® improvisar, las aventuras del brujo tienen muchas posibilidades ya establecidas entre las que elegir antes incluso de considerar la invenci¨®n de un desenlace propio. Es lo que hace que este recorrido televisivo tenga intriga a pesar de llevarnos por muchos terrenos conocidos, y que cada desv¨ªo nos haga preguntarnos hasta qu¨¦ punto estar¨¢ dispuesto a alejarse del sendero principal. Solo el tiempo dir¨¢ si el Geralt de Netflix no pierde el rumbo y consigue convertirse en una leyenda comparable a los Geralt de Sapkowski y CD Projekt.?
- Acci¨®n
- RPG
The Witcher 3: Wild Hunt, desarrollado por CD Projekt RED y distribuido por Namco Bandai Games para PC, PlayStation 4 y Xbox One, es la tercera entrega de la saga de acci¨®n RPG The Witcher, una aventura que tiene lugar en un mundo de fantas¨ªa, protagonizada por el cazador de bestias Geralt de Rivia. En The Witcher eres Geralt de Rivia, un cazador de monstruos profesional que debe encontrar a la muchacha de una profec¨ªa en un enorme mundo rebosante de ciudades, islas con piratas vikingos, peligrosos puertos de monta?a y cuevas olvidadas.