Aeterna Noctis, An¨¢lisis: A unos pelda?os de la realeza

Es dif¨ªcil empezar a hablar de Aeterna Noctis sin acordarse del camino recorrido por uno de sus cong¨¦neres m¨¢s cercanos, ahora que parece que los videojuegos en Espa?a apuestan por el metroidvania de calado. Tanto Blasphemous como el proyecto de Aeternum Game Studios nacen de una apuesta muy personal que corre el riesgo de verse arrastrada por las olas ahora mismo. Vamos a ser sinceros: hay demasiados equipos independientes hurgando ahora mismo en los metroidvania pero, gracias a eso, la categor¨ªa alta del g¨¦nero vive un nuevo momento de gloria, si no el mayor. As¨ª las cosas, tanto Blasphemous como Aeterna Noctis se han planteado, desde Sevilla y Talavera de la Reina, convertirse en los nuevos enfant terrible del videojuego espa?ol a base de ambici¨®n, mirando a este g¨¦nero desde la influencia del t¨ªtulo que ya se ha convertido en cl¨¢sico: Hollow Knight. Un t¨ªtulo ya tan cl¨¢sico que dos veces este a?o un heredero se mide de manera directa con ¨¦l en casi todas sus facetas, algo que comprobamos hace muy poco con el sobresaliente Ender Lilies.

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Vamos a empezar mirando todo el lienzo. Si contempl¨¢semos Aeterna Noctis desde las alturas, lo que ver¨ªamos ser¨ªa algo as¨ª como un enorme collage en el cual, entrelazados cual piezas del Tetris, podr¨ªamos distinguir muchas de las ideas m¨¢s felices de los ¨²ltimos tiempos. Lo que sorprende es comprobar que no solo hay pr¨¦stamos de los ¨²ltimos monstruos del g¨¦nero -Ender Lilies, Ori and the Will of the Wisps, Bloodstained¨C, sino tambi¨¦n unas armas que este t¨ªtulo ha escondido muy bien hasta su salida: unas cuantas mec¨¢nicas muy bien llevadas a cabo de las que a¨²n no se ha abusado en los metroidvania. Y es que Aeterna Noctis es un juego que va de menos a m¨¢s, lo cual es bueno y malo a partes iguales. Un t¨ªtulo que mira a los ojos a los m¨¢s grandes, pero al que no me atrever¨ªa a poner decididamente a su nivel. Lo que s¨ª me queda claro es que quien termine este juego tardar¨¢ mucho tiempo en olvidarlo: su problema, m¨¢s bien, es que muchos se quedar¨¢n por el camino en? un juego que posiblemente habr¨ªa sido mejor a¨²n si hubiese reconsiderado su titanismo.

Un collage visual

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Entramos ya en cuestiones concretas. Salta a la vista que el primer t¨ªtulo de Aeternum Game Studios para consolas tiene tras de s¨ª un trabajo impresionante. El estilo art¨ªstico elegido como base puede tener sus aristas, pero durante el juego todo est¨¢ tan bien llevado a la pantalla que hay momentos de verdadera gloria visual. Cada zona est¨¢ perfectamente caracterizada dentro de una variedad visual de lo m¨¢s llamativa, en la que encontramos ¨¢reas como la de la Costa Infinita que brillan con luz propia. Esto es especialmente rese?able porque estamos ante un metroidvania de proporciones descomunales en cuanto al tama?o de su mapeado, lo cual tiene consecuencias en todas las facetas del juego. Algo que, en principio, es una muy buena noticia ya que mantiene un nivel medio muy alto, pero que en cierto sentido se ha vuelto un poco en contra de la impresi¨®n que el juego causa.

Aeterna Noctis y su protagonista calcado a Alucard convencen a los mandos a medida que van siendo ellos mismos. Como ya sucediese a muchos otros antes que a ¨¦l, nuestro rey de la oscuridad se queda sin poderes y tiene que recuperarlos por el camino. Por el viaje nos iremos enterando de su historia y de la de unos secundarios que, c¨®mo no, nos propondr¨¢n misiones secundarias. La historia igual peca de poco original, pero se hace interesante precisamente por todos ellos. Pero Aeterna Noctis no tiene un problema con su historia ni con sus gr¨¢ficos, sino m¨¢s bien con cuestiones mucho m¨¢s sensibles a la experiencia que quiere proponer.

El efecto que causa Aeterna Noctis depende demasiado del nivel de habilidad del jugador. Hay una cuesti¨®n central que nos ha ido cruzando la cabeza a medida que los escenarios se iban ampliando, y es que por muy bien dise?adas que puedan estar algunas zonas, que lo est¨¢n, el nivel de exigencia que se nos plantea desde el comienzo no llega a funcionar todo lo bien que deber¨ªa en un mapeado tan inmenso. El juego pone un clar¨ªsimo ¨¦nfasis en las plataformas de precisi¨®n al estilo de Celeste, pero tanto desaf¨ªo encadenado agobia en ocasiones y ciertos pase¨ªtos para recuperar nuestras almas no ayudan, precisamente. La cuesti¨®n es que, desde el comienzo de la aventura, cada salto est¨¢ pensado para obligarnos a ser siempre precisos con unas plataformas peque?as que son la norma en los primeros niveles. Pasados estos primeros compases, lo que m¨¢s nos ha sorprendido es lo bien que escala la campa?a hasta llegar a esas zonas que los autores se han guardado con tanto celo: el problema es que nos tememos que ser¨¢n muchos los que no lleguen a ver todo lo bueno que este t¨ªtulo propone en su segunda mitad.

Aprieta pero no ahoga

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Dicho lo anterior y a pesar de algunas situaciones frustrantes que va a afrontar todo el que se decida, la realidad es que estamos ante un juego pensado para perderse en ¨¦l durante horas, en el que cada cual tendr¨¢ una experiencia diferente seg¨²n explore por aqu¨ª o por all¨¢. La cuesti¨®n, a nuestro juicio, es que algunos picos de dificultad obligatorios se van un poco de madre y que pelear nunca es igual de satisfactorio que en otros t¨ªtulos de esta categor¨ªa. Pero tambi¨¦n es un t¨ªtulo al que siempre quieres volver buscando m¨¢s, y este es un valor que no siempre es f¨¢cil cuando la exigencia es tan alta.

Es evidente que este es un juego que exige dejar atr¨¢s cuanto antes un comienzo en el que no est¨¢ muy claro por donde van a ir las cosas. Todo cambia cuando tenemos el salto doble y una flecha con la que nos teletransportamos, dos habilidades con las que todo empieza a tener mucho m¨¢s sentido y hacen que el desaf¨ªo se entienda mucho mejor. Aeterna Noctis se revela entonces como un metroidvania mucho m¨¢s que solvente, al que solo algunas espinas por pulir lo separan de los m¨¢s grandes, sobre todo de ese Hollow Knight al que venera con devoci¨®n. Pero tal y como es ahora mismo, este es un t¨ªtulo que se las apa?a para poner el colof¨®n a uno de los mejores a?os de este g¨¦nero en toda su ya larga historia. No lo olvidemos: este a?o hemos visto a Samus Aran aspirar a premios GOTY con un heredero de este g¨¦nero, y la sucesi¨®n de joyas indie no ha parado.