Clid The Snail, An¨¢lisis. El caracol, arrastrando, a la cumbre va llegando

El desarrollo de videojuegos en Espa?a sigue creciendo a?o tras a?o con las m¨¢s variadas y originales propuestas, con t¨ªtulos de todos los g¨¦neros en compatibles y consolas. Y buena prueba de ello es esta nueva aventura de doble stick a cargo del joven estudio madrile?o Weird Beluga Studio, ganadores de la edici¨®n 2019 de PlayStation Talents con el juego que nos ocupa, Clid the Snail, y que finalmente llega a consolas PlayStation. Y es que la premisa de su ¨®pera prima no puede ser m¨¢s llamativa, irrumpiendo en el competido g¨¦nero de los shooters tipo dual stick con una aventura protagonizada por un malhumorado caracol antropom¨®rfico y su inseparable compa?¨ªa en forma de luci¨¦rnaga parlanchina. Desde luego, la combinaci¨®n no puede ser m¨¢s original; analizamos Clid the Snail tras su llegada a la PS Store de PlayStation 4 y PlayStation 5, con un pr¨®ximo lanzamiento en PC a trav¨¦s de Steam.

Clid, un caracol de armas tomar

La premisa de Clid the Snail es tan ¨²nica, puesto que nos sumerge en un oscuro y melanc¨®lico universo desde el punto de vista de animales humanoides capaces de hablar. Controlamos a Clid, un caracol con piernas y brazos con muy malas pulgas que es expulsado de su asentamiento gaster¨®podo por sus peligrosas y reiteradas incursiones en territorio enemigo, el de las babosas, unos seres malvados que, seg¨²n asegura Clid, se est¨¢n acercando cada vez m¨¢s a su hogar con fines poco amistosos. Sea como fuere, nos veremos abocados al destierro a a trav¨¦s de los parajes m¨¢s rec¨®nditos y amenazantes desde el punto de vista de un caracol con patas junto a su amiga Belu, acabando con todo bicho viviente que se cruce en nuestra odisea.

A partir de aqu¨ª se abre una trama en la que nos profundizaremos demasiado para no arruinar sorpresas pero que resultar¨¢ suficientemente interesante como para mantener nuestra atenci¨®n y no caer en la tentaci¨®n de saltarnos los no pocos di¨¢logos entre Clid y el generoso desfile de personajes, a cada cual m¨¢s pintoresco, con los que nos cruzaremos. Por cierto, con los textos en perfecto castellano con voces en un lenguaje inventado para la ocasi¨®n. Su desarrollo es completamente lineal con una serie de misiones que se nos dar¨¢n desde cierta localizaci¨®n a modo de base, donde podremos acceder a mejoras de armas, equipamiento y m¨¢s. En esencia, Clid the Snail es un shooter de doble stick con c¨¢mara elevada, aunque con un ritmo y un desarrollo muy personales, lejos de los nombres que nos puedan venir a la cabeza como Alienation, Nex Machina o Hotline Miami, todos ellos mucho m¨¢s fren¨¦ticos.

En Clid the Snail, sin embargo, nos enfrentamos a un ritmo y una jugabilidad mucho m¨¢s calmados, con un tono m¨¢s estrat¨¦gico en los combates y tiroteos a pesar de que son pr¨¢cticamente constantes, a excepci¨®n de ciertos tramos de puzles y desaf¨ªos de habilidad. A medida que avanzamos en la historia nos enfrentaremos a rivales m¨¢s duros, desde babosas a topos, pasando por toda clase de bichos y jefes finales, bastante m¨¢s duros que el resto, por cierto. Como buen caracol, el control de Clid es m¨¢s pausado (sin llegar a desesperar), aunque es capaz de esprintar y rodar por el suelo a modo de esquiva. La sensaci¨®n a los mandos es muy peculiar y responde a una decisi¨®n de base, aunque puede resultar chocante a cierto p¨²blico m¨¢s acostumbrado a f¨®rmulas mucho m¨¢s ¨¢giles.

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La exploraci¨®n es una parte esencial de su propuesta, puesto que nos permite obtener m¨¢s recursos como piedras preciosas para comerciar o mejoras de salud; romper basijas, cajas de madera y abrir cofres ser¨¢ una constante durante la aventura. Aunque el elemento m¨¢s destacado es su ligera vertiente RPG; y es que podremos ganar y mejorar habilidades, adquirir nuevas armas y mucho m¨¢s. Otra cosa no, pero Clid puede considerarse todo un Rambo en miniatura

Tanto es as¨ª, que desde un inicio equiparemos una suerte de rifle de energ¨ªa (con posibilidad de realizar disparos cargados para matar enemigos o destruir escudos de un tiro certero), aunque pronto tendremos acceso a lanzallamas, escopetas, rifles el¨¦ctricos y mucho m¨¢s armas principales; y qu¨¦ decir de las secundarias, desde granadas a minas de proximidad, adem¨¢s de torretas o las habilidades especiales de nuestra concha, como escudos protectores o lanzamisiles, por citar solo un par de una buena variedad de ellas. Desde luego, a lo largo de nuestro periplo necesitaremos todo este arsenal y mucho m¨¢s para acabar con los enemigos m¨¢s duros.

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El apuntado, eso s¨ª, no es todo lo preciso que nos gustar¨ªa, m¨¢s teniendo en cuenta el ritmo m¨¢s lento de su gameplay; otro aspecto que puede llegar a hacerse molesto es que Clid no puede disparar a diferentes alturas, con lo que se crear¨¢n algunas situaciones injustas en escaleras, desniveles o cuando ciertos enemigos nos lanzan proyectiles desde las alturas. En cambio, algunos enfrentamientos a campo abierto son m¨¢s que satisfactorios (a la par que desafiantes), con la posibilidad de seguir diferentes estrategias en tiempo real seg¨²n las circunstancias; cambios constantes de armas, uso de botiquines, habilidades especiales, armas arrojadizas, elementos del escenario...

Desde luego, Clid the Snail no es un juego ni f¨¢cil ni accesible; es bastante exigente, especialmente en ciertos picos de dificultad que se antojan un tanto injustos, m¨¢s cuando debemos repetir algunas secciones al morir entre checkpoints algo alejados entre s¨ª. Si no somos cuidadosos caeremos f¨¢cilmente. Como si de un Souls se tratara, moriremos; y mucho. Por otro lado, el dise?o de niveles nos da una de cal y otra de arena; si bien encontraremos atajos, espacios m¨¢s abiertos, otros m¨¢s cerrados e incluso algunos puzles de entorno y mecanismos, por lo general se limita a plantear escenarios no muy rebuscados marcados por las limitaciones del apuntado a una ¨²nica altura.

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Pasando al aspecto audiovisual, Clid the Snail se muestra sumamente original en su direcci¨®n art¨ªstica, de eso no hay duda; no se parece a ning¨²n otro de los llamados top-down shooter del mercado, poniendo en pantalla un universo que parece sacado de alguna de aquellas pel¨ªculas animadas de nuestra infancia. Eso s¨ª, por norma general, el aspecto de los escenarios es demasiado homog¨¦neo y se siente muy repetitivo tras unas horas de juego.

La oscuridad es pr¨¢cticamente constante, as¨ª como la niebla; si bien se pretende transmitir una personalidad l¨²gubre y sombr¨ªa, dicho tono visual no juega muy en su favor. A nivel de modelados y animaciones se muestra algo conservador, aunque en ciertos momentos celebramos la atenci¨®n al detalle de algunos lugares, donde el hombre ha dejado huellas de su paso, tales como objetos y localizaciones; menci¨®n especial para ciertos gui?os a PlayStation.

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A nivel sonoro cumple con algunas melod¨ªas bastante peculiares, as¨ª como riffs de guitarra el¨¦ctrica u otros ritmos m¨¢s trivales, aunque tampoco llega a destacar especialmente en este aspecto. Por desgracia, su rendimiento deja bastante que desear en demasiadas ocasiones, algo que se deja notar especialmente en PS4 (incluyendo PS4 Pro), con severas y frecuentes bajadas de framerate. No llega a ser del todo determinante en los tiroteos, pero en ciertos momentos s¨ª se hace molesto. En PS5 no se detectan problemas similares de forma tan evidente.