Aragami 2, an¨¢lisis. Sigilo en la aldea de los ninjas

Una terrible maldici¨®n fluye por las venas de los aragami, una clase de guerreros de ¨¦lite que lucha desesperadamente para buscar una cura al mal que los aflige. Poco a poco, la enfermedad se adue?a de sus cuerpos y de su mentes, hasta el punto de que estos olvidan qui¨¦nes son en realidad. Esa es la base argumental de Aragami 2, una nueva entrega que sigue las directrices del original, aunque mejora la f¨®rmula con el fin de ofrecer un t¨ªtulo m¨¢s completo y redondo, que no se libra de algunos problemas.

El pueblo de los aragami, la aldea Kakurega, se desvanece. Los ninjas, cada vez m¨¢s escasos, est¨¢n a punto de perder la conciencia de su propio yo. En ese contexto, la cosa se pone a¨²n peor, puesto que los ej¨¦rcitos invasores mantienen cautivos a algunos de los suyos. El estudio espa?ol Lince Works se vale de esa premisa para construir un videojuego estructurado a trav¨¦s de distintos encargos, que invitan a disfrutar de partidas m¨¢s o menos r¨¢pidas. A medida que avanzan las misiones, estas van incrementando su complejidad paulatinamente, mientras la progresi¨®n del jugador desbloquea nuevas habilidades y poderes.

Una historia de ninjas que se mueven muy bien

En el plano argumental, es importante se?alar que no es necesario conocer la historia del original para entender los entresijos de la segunda, pues los hechos que se narran transcurren unos cien a?os antes de lo que acontece en Aragami. La trama nos introduce en el universo de estos guerreros, pero lo hace mediante una narrativa sencilla y bastante olvidable. La mayor¨ªa de conversaciones se establecen por medio de di¨¢logos que suenan en un idioma inventado y claramente inspirado en el japon¨¦s, pero el resultado es extra?o porque se mezclan palabras en ese idioma con t¨¦rminos que suenan casi como una imitaci¨®n burda de la lengua. Los protagonistas y sus motivaciones interesan m¨¢s bien poco, aunque sus peque?as vivencias sirven como excusa para introducirnos en las mec¨¢nicas de sigilo.

A los mandos, el movimiento est¨¢ mucho m¨¢s logrado que el primero. El personaje se mueve de forma ¨¢gil: se agacha, realiza el salto y el doble salto, es capaz de fundirse con las sombras si se arrima a una pared, susurra para atraer a los enemigos cercanos o se esconde en la hierba alta para ocultarse de los ojos enemigos, entre otras tantas acciones. Regresa el salto sombr¨ªo, una habilidad ic¨®nica que ya vimos en Aragami. La verticalidad de los escenarios ayuda a que la experiencia sea mucho m¨¢s satisfactoria, ya que obliga al jugador a planear la estrategia desde el principio. Para ello, proporcionan distintas herramientas y armas, como las bombas de humo, los shuriken o una especie de agujas que sirven para que los guardias olviden lo ¨²ltimo que han hecho. Las opciones se ampl¨ªan poco a poco y permiten experimentar con distintas combinaciones.

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Aun as¨ª, hemos notado que el juego se puede completar sin utilizar ninguno de estos utensilios. Basta con estudiar el movimiento de los enemigos, aprender las rutas que siguen e ir elimin¨¢ndolos poco a poco. En ese sentido, se abren dos opciones: dejarlos inconscientes o matarlos. Si hacemos lo primero es crucial esconder el cad¨¢ver para que nadie lo descubra, puesto que si lo hacen levantar¨¢ sospechas, lo despertar¨¢ y nos buscar¨¢ por el escenario. Si lo asesinamos, tampoco es buena idea dejar el cad¨¢ver a la vista, pero al menos no volver¨¢ a abrir los ojos.

Enemigos poco variados e inteligencia artificial muy mejorable

Varios de los grandes problemas de Aragami 2 se centran en los enemigos, que por cierto, no destacan especialmente por su variedad, m¨¢s bien todo lo contrario. Hallamos a guerreros regulares, que patrullan y se mueven por el escenario con una ruta prefijada. Luego, hay unos ninjas que lanzan bolas de fuego y que suelen encontrarse en terreno elevado para observar el escenario desde una perspectiva privilegiada (es buena idea acabar con ellos cuanto antes). Adem¨¢s, los soldados con sombrero suelen mantener una posici¨®n est¨¢tica, hasta el punto de que a veces nos ven y en vez de acercarse para asestarnos el golpe de gracia se quedan parados y murmuran que no pueden abandonar su puesto. Por desgracia, la inteligencia artificial no ayuda, ya que nuestros rivales reaccionan tarde y de modo poco natural en no pocas ocasiones. Un t¨ªtulo que se basa en el sigilo necesita unos enemigos m¨¢s avispados.

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La lucha cuerpo a cuerpo se ha mejorado bastante. Lince Works ha dise?ado un sistema que brinda la posibilidad de fijar a un enemigo, atacar, esquivar, hacer parry e incluso realizar golpes cargados. Todo depende del timing y de la barra de resistencia, que tambi¨¦n nos puede jugar una mala pasada. Se parece, salvando las distancias, al sistema de combate de Sekiro: Shadows Die Twice, pero es menos preciso y m¨¢s dif¨ªcil de manejar junto a las habilidades. Adem¨¢s, al tratarse de un t¨ªtulo de sigilo, no deja de ser el ¨²ltimo recurso, salvo en los enfrentamientos inevitables, a veces contra enemigos especiales. Si nos descubre un solo soldado derrotarle es factible, pero si nos atacan varios sobrevivir resulta pr¨¢cticamente imposible.

Como dec¨ªamos, el juego est¨¢ estructurado en misiones, que se aceptan en una especie de hub, el poblado ninja donde tambi¨¦n podemos adquirir equipamiento o modificar los dise?os de nuestras armas y armaduras (despu¨¦s de conseguir los esquemas correspondientes mientras jugamos). Los encargos tienen distintos objetivos, aunque r¨¢pidamente nos damos cuenta de que no son excesivamente variados. Es m¨¢s, nos da la sensaci¨®n de que la aventura se alarga artificialmente a trav¨¦s de misiones ins¨ªpidas que no aportan absolutamente nada a la trama y que entorpecen el ritmo de juego. A pesar de todas estas limitaciones y de que las mec¨¢nicas principales se desbrocen muy r¨¢pido, hay que reconocer que cada una de las partidas es entretenida y que el tiempo se pasa volando.

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Los escenarios: verticales y amplios, pero repetitivos

Los escenarios son verticales y muy abiertos, por lo que ofrecen bastantes opciones a la hora de abordar las misiones, rutas diferentes y planteamientos distintos. De todos modos, tambi¨¦n nos ha parecido una de cal y otra de arena, porque las estructuras o los elementos que han servido para su construcci¨®n se repiten mucho y a?aden una capa de confusi¨®n. ¡°?He pasado ya por aqu¨ª o esta zona no la he visitado todav¨ªa?¡±, nos hemos preguntado unas cuantas veces. Al final, vali¨¦ndonos de los poderes de las sombras, nos fijamos en los enemigos ca¨ªdos para certificar si ya hemos limpiado esa localizaci¨®n concreta o no.

En lo que se refiere a la progresi¨®n, los puntos que conseguimos durante las misiones se pueden canjear en el dojo, algo que se traduce en un ¨¢rbol de habilidades que podemos ir desbloqueando para activar distintos poderes especiales, que nos ser¨¢n muy ¨²tiles en el transcurso de la aventura y que nos permiten trazar el tipo de guerrero que queremos confeccionar, nuestro propio camino del ninja. Esto supone un abanico de opciones mucho m¨¢s amplio que el que hab¨ªa en Aragami.

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Aragami 2 se puede jugar en solitario perfectamente, pero tambi¨¦n incluye un modo cooperativo online. Sin embargo, no hemos sido capaces de encontrar partidas, por lo que nos ha sido imposible probarlo. La build actual todav¨ªa tienen algunos bugs (algunos nos han obligado a repetir misiones), aunque suponemos que esto se ir¨¢ corrigiendo mediante futuras actualizaciones.

An¨¢lisis de la versi¨®n PC.