An¨¢lisis de Aragami

La perserverancia es el secreto para progresar en los juegos de infiltraci¨®n, y parece que tambi¨¦n para crearlos. Nacido de un proyecto de estudiantes materializado despu¨¦s en el t¨ªtulo indie amateur ¡°Path of Shadows¡± hace ya tres a?os, Aragami (originalmente conocido como Twin Souls durante su campa?a de mecenazgo en kickstarter) ha sido probablemente uno de los proyectos m¨¢s seguidos por los fans de este algo abandonado g¨¦nero. Un juego que con una ambici¨®n creciente se ha ido puliendo hasta llegar al lanzamiento actual. No oculta el equipo de LinceWorks cuales ha sido sus referencias: Tenchu, Mark of the Ninja o Dishonored. Y sin embargo su producto se siente fresco en comparaci¨®n con estos t¨ªtulos, en parte debido a su estilo gr¨¢fico y en parte a su jugabilidad, que toma ideas vistas en estos t¨ªtulos pero las destila a su gusto.

El poder de las sombras

Aqu¨ª la clave es no ya el sigilo sino espec¨ªficamente permanecer en la oscuridad. La luz no solo nos hace visibles desde lejos, sino que nos vac¨ªa de poder de las sombras. Y este elemento es la base de la mec¨¢nica jugable. Nuestro personaje, Aragami como el t¨ªtulo del juego, es capaz tanto de teletransportarse entre las sombras a cortas distancias, como de crear espacios de sombra en medio de la luz de la luna cuado necesitemos una y no haya cerca. Eso s¨ª, para ello necesitaremos tener poder de la sombra, el cual se recupera casi instant¨¢neamente en la oscuridad, se mantiene bajo la luz de la luna y se vac¨ªa casi de inmediato ante la luz.

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Gracias a estos poderes, si somos suficientemente h¨¢biles y r¨¢pidos, podremos teletrasportarnos de nuestro escondite a la misma cara de nuestro enemigo, matarlo y volver a escondernos. Pero como no todo iba a ser tan f¨¢cil, nuestros enemigos, los guerreros de la luz, no se andan con chiquitas. Estos enemigos son repetitivos y se limitan a lanzarnos su onda de luz mortal si nos ven, por lo que debemos entender que el contacto visual con ellos significa una muerte casi instant¨¢nea salvo que estemos lo suficientemente cerca como para matarlos antes de que nos fulminen con las ondas de luz que nos lanzan. La verdad es que se agradecer¨ªa un poco m¨¢s de variedad en este apartado pero cumple su funci¨®n correctamente.

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Adem¨¢s, aunque su visi¨®n en la oscuridad deja mucho que desear, encontrar un cad¨¢ver o intuir nuestra silueta les har¨¢ inmediatamente reaccionar, salir de sus rutas de guardia y empezar una b¨²squeda intensa, con una inteligencia artificial bastante bien resuelta. Debido a esto, y a la ausencia de un mapa o forma de conocer de antemano sus posiciones o rutas, ser¨¢ com¨²n que tengamos que rejugar una misma zona varias veces hasta dar con la clave de la mejor ruta para nuestros intereses.

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En realidad hay dos formas bastante distintas de enfrentarnos al juego: acabar con todos (o gran parte de los enemigos) para luego avanzar sin amenazas a la vista, o bien saltar de sombra en sombra intentando no ser detectados. Si bien normalmente y en funci¨®n de nuestros intereses mezclaremos una u otra en mayor o menor medida, el juego nos premiar¨¢ al final de cada nivel si nos hemos mantenido fieles por completo a una de las dos formas. Este sistema de saltos instant¨¢neos entre sombras se aprovecha en algunos momentos tambi¨¦n para proporcionar peque?as secciones de plataformeo, o zonas que se caen si no somos lo suficientemente r¨¢pidos, y que dan algo de variedad al dise?o de niveles.

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Buen dise?o de niveles

Pero m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, en general la estructura de los escenarios sigue el modelo de zonas amplias con obst¨¢culos donde escondernos y acabar con nuestros enemigos unidas por espacios donde se nos narra la historia y estas secciones plataformeras. En general se nota el cuidado puesto en dise?ar cada uno de esos espacios amplios para que haya multitud de rutas y opciones sin ponernos las cosas f¨¢ciles tampoco. La ruta a seguir nos la marcar¨¢ una mirilla que podremos invocar en cualquier momento, una funci¨®n que evitar¨¢ perdernos especialmente en los casos donde el camino a seguir no es el m¨¢s natural. Llama la atenci¨®n que all¨¢ de esta mirilla cuando la invocamos y del cursor que nos permite indicar d¨®nde teletransportarnos, la pantalla permanece completamente limpia de elementos de la interfaz de usuario. En su lugar contamos con la capa de nuestro personaje, cuyo color cambiar¨¢ de negro a rojo seg¨²n estemos en las sombras o la luz, y su motivo se borrar¨¢ o rellenar¨¢ seg¨²n nuestro poder de las sombras restante.

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Multijugador cooperativo

Como sorpresa en un g¨¦nero que acostumbra a la soledad, este Aragami nos permite jugar en cooperativo con otro jugador a trav¨¦s de internet, sea con amigos o con otros usuarios conectados, proporcionando una forma de hacer m¨¢s f¨¢ciles las zonas que se nos atasquen y de probar a jugar de forma distinta las zonas ya conocidas. Los gr¨¢ficos son una evoluci¨®n de los que mostraba aquel Path of Shadows, con un estilo cell shading bien logrado y un elevado contraste entre las zonas de sombra y luz que los pone al servicio de la jugabilidad y mejora el aspecto visual que de otra forma estar¨ªa demasiado dominado por la oscuridad.

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Si bien los niveles son ya suficientemente rejugables de por s¨ª debido a la imprevisibilidad de los enemigos y las m¨²ltiples posibilidades de afrontar cada zona, el juego cuenta con unos pergaminos que nos revelar¨¢n parte de la historia y permitir¨¢n obtener mejoras escondidas entre los escenarios, lo que multiplica la duraci¨®n. La historia cumple la misi¨®n de explicar qu¨¦ hacemos en este mundo y cu¨¢les son nuestros objetivos, pero no va mucho m¨¢s all¨¢ de ser un elemento al servicio de la jugabilidad. El juego llega ¨ªntegramente en castellano (o catal¨¢n para quienes lo prefieran), si bien la fuente utilizada no es capaz de mostrar caracteres como las aperturas de exclamaci¨®n e interrogaci¨®n. Las voces de los personajes, por su parte, son ruidos indefinidos que ayudan a expresar sus emociones.

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