Big Rumble Boxing: Creed Champions, an¨¢lisis. Cuando un Apollo vs Rocky no es suficiente

Hubo un tiempo en el que el boxeo ten¨ªa distintas entregas, sagas y propuestas que acercaban este deporte al ocio digital. Algunos crecimos con Punch Out!, luego empezamos a disfrutar de Knockout en una iteraci¨®n m¨¢s realista y acabamos disfrutando de juegos legendarios dentro de la saga Fight Night. Pero la fiebre por este deporte pas¨®, EA lo cambi¨® por la UFC y nos quedamos hu¨¦rfanos, ya que Nintendo tampoco ha vuelto a recuperar su saga arcade de la cual no sabemos nada desde Wii. Cubrimos algunos huecos con juegos como Rocky (incluso en PSP), y ahora queremos volver a sentir algo similar con Big Rumple Boxing: Creed Champions. Pero no es lo mismo.

Creed, hijo del m¨ªtico Apollo, ha tomado el testigo de Rocky en la gran pantalla y lo ha hecho con gran acierto (m¨¢s por la primera que por la segunda pel¨ªcula). Su figura, adem¨¢s, ha permitido recuperar la presencia del boxeo de Hollywood en los videojuegos, primero con un t¨ªtulo de Realidad Virtual y ahora con este nuevo Big Rumble Boxing. Una propuesta que no enga?a y es clara desde un primer momento: juego de corte arcade, lejos de la simulaci¨®n de anta?o y por lo tanto, lejos de defensas que tapan distintas partes del cuerpo o de evasivas moviendo el torso. Tampoco hay cansancio por lanzar golpes ni medidores de da?o que afectan a zonas concretas de la cara. Barra de vida, barra de super, bot¨®n de ataque normal, de ataque especial, una evasiva, una sola guardia (que puede convertirse en una contra) y a jugar.

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En el ojo del tigre

Y no pasa nada por tener alma arcade, porque puede seguir siendo una propuesta muy atractiva y m¨¢s si contamos con algunos de los grandes h¨¦roes y villanos de las pel¨ªculas. Creed, Rocky, Clubber, Viktor Drago y su hijo o Apollo, adem¨¢s de Conlan o Wheeler, no fallan a la cita, que se acompa?a de otros personajes inventados que aportan poco, m¨¢s all¨¢ de relleno, y ausencias que bien podr¨ªan haber estado, como Tommy Gun o Mason Dixon. Aqu¨ª lo que queremos es jugar con nuestros ¨ªdolos cinematogr¨¢ficos, y su recreaci¨®n a nivel visual y de movimientos tiene su punto. Pero la base del juego, al poco tiempo, se agota demasiado r¨¢pido.

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Aunque tenemos dos tipos de ataque, es cierto que podemos hacer combos de distintas maneras y seg¨²n cada personaje. Podemos lanzar un combo b¨¢sico, acabarlo con un gancho en las costillas y un ataque especial. Y luego variar la secuencia. No es escueto en ese sentido. Adem¨¢s, cada personaje tiene sus particularidades. Apollo es muy veloz y tiene movimientos especiales r¨¢pidos. Rocky puede cargar ataques mientras recibe golpes porque si algo aprendimos de sus pel¨ªculas, es que Rocky lo absorbe todo. El joven Creed es m¨¢s equilibrado y ¨¢gil. Clubber o Drago son aut¨¦nticas bestias que golpean m¨¢s lentos pero con una fuerza superior. Y estas diferencias se notan cuando jugamos, y se agradecen.

A todo esto hay ciertos ataques con particularidades -rompen guardias, aturden¡­- y podemos jugar con el escenario para lanzar un rival a las cuerdas, que rebote y seguir con un combo. Con Apollo hemos hecho secuencias de golpes muy largas, reiniciando los ataques y dejando sin posibilidad al rival, y cuando sale bien, es atractivo.

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De hecho, el mayor problema del juego no est¨¢ en la idea sino en su base, que no da para m¨¢s cuando llevas muchos combates. Tanto a nivel de movimiento sobre el ring como en opciones y estrategia el t¨ªtulo palidece: nos encargamos de acabar con la vida del rival, que caiga al suelo, haya conteo, se levante y vuelta a empezar. Entre tanto, tenemos ataques Super que son devastadores y que se rellenan golpeando, as¨ª como una barra de guardia que podemos romper si el rival solo se cubre. Por la IA enemiga, los combates acaban repitiendo patrones m¨¢s de la cuenta. Aprendes qu¨¦ ataques puedes contragolpear y cu¨¢les debes esquivar, cuando guardar el Super¡­ y adaptarte a tu personaje. El sistema es simple, funciona, no tiene mucho recorrido pero lo compramos. Hemos venido a entretenernos un rato. Pero el juego acaba su recorrido tambi¨¦n en las escasas modalidades.

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Contamos con un modo arcade en el que entre minijuegos de entrenamientos y di¨¢logos vemos la historia de cada uno de los personajes. Algunas siguiendo pasos que vimos en las pel¨ªculas, otras cambiando momentos clave (Apollo vs Drago) y todo con di¨¢logos e im¨¢genes est¨¢ticas. Hechos los principales, no tiene mucha miga hacer los otros salvo si queremos desbloquear todos los trajes y luchadores disponibles. A esto se a?ade un modo versus donde podemos tocar las normas y escoger ring, y un modo entrenamiento. Poco m¨¢s. Si tenemos alguien para jugar en local durar¨¢ m¨¢s tiempo en la consola. Si no, la falta de modo online acaba de delimitar el recorrido del juego.

A nivel audiovisual, tanto los modelados como algunas animaciones est¨¢n bien trabajados, con parecidos en formato cartoon a los personajes que emulan y algunos golpes y elementos -como lanzar al rival a las cuerdas o en los postes de las esquinas- que convencen, sobre todo porque ampl¨ªan opciones de combo, pero hay ciertos movimientos algo rob¨®ticos y algunos impactos y f¨ªsicas bastante mejorables, como cuando cae un personaje noqueado. Lo mejor, escuchar Eye of the Tiger mientras revivimos un ¨²ltimo Rocky vs Apollo. Eso s¨ª que no nos lo va a quitar nadie.

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El juego llega traducido al castellano. Lo hemos analizado gracias a una copia facilitada por Koch Media.