Las mejores series y pel¨ªculas sobre asesinos en serie y d¨®nde verlas online

Este 2021 supondr¨¢ el regreso de Dexter. Ocho a?os despu¨¦s de su octava temporada, en principio dise?ada como la ¨²ltima, la serie est¨¢ de vuelta para tratar de corregir su controvertido final y ofrecer un desenlace a la altura de su protagonista, uno de los asesinos m¨¢s carism¨¢ticos que ha dado la peque?a pantalla. Diez episodios para hacer borr¨®n y cuenta nueva. Donde dije digo, digo Diego. Como no las tenemos todas con nosotros y nos tememos lo peor, aqu¨ª va una posible ayuda para cuando Showtime y Michael C. Hall vuelvan a partiros el coraz¨®n. El helado de chocolate para estos casos: una lista con las mejores pel¨ªculas y series de asesinos en serie (valga la redundancia) de la historia. Porque los seres humanos somos as¨ª. Pisamos el freno cuando pasamos junto a un accidente de carretera, ponemos esquelas en los peri¨®dicos y le pedimos a nuestros amigos que nos ense?en sus mayores cicatrices y heridas de guerra. Nos fascina la muerte, el peligro y todo cuanto les rodea. En especial esas personas que se entregan a ambas cosas, bien sean psic¨®patas pose¨ªdos por el mal o polic¨ªas que persiguen a estos sin caer en su misma locura. Nos encantan los juegos del rat¨®n y el gato. Los modus operandi, las motivaciones, las pistas que conducen a un arresto. Los l¨ªmites del ser humano, si es que los hay. Las diferentes capas de la moral. Temas que exploran las siguientes recomendaciones, thrillers de lo m¨¢s variado que os arreglar¨¢n cualquier tarde, os sorprender¨¢n y por supuesto os ayudar¨¢n a superar el nuevo ep¨ªlogo de Dexter, salga como salga.

La Sant¨ªsima Trinidad de David Fincher

Padre, hijo y esp¨ªritu santo. O lo que es lo mismo: Seven (1995), Zodiac (2007) y Mindhunter (2017). Dos pel¨ªculas y una serie. Tres obras maestras sobre asesinos en serie con la firma de David Fincher, a quien como dir¨ªa Troy McClure, puede que conozc¨¢is por pel¨ªculas como El club de la lucha (1999) y Perdida (2014), o por cargarse la saga Alien con su catastr¨®fica tercera entrega. Redimido despu¨¦s de aquello, el cineasta es uno de los grandes nombres de la industria audiovisual contempor¨¢nea y siendo esta lista sobre su g¨¦nero fetiche, merece estar por partida triple. Da igual cu¨¢l de los tres escoj¨¢is, acertar¨¦is con cualquiera. Son tres thrillers oscuros, inteligentes y espeluznantes, de alt¨ªsimo nivel. Es imposible olvidar el final de Seven, ni a ese perfecto d¨²o de polic¨ªas formado por Brad Pitt y Morgan Freeman, ni al asesino de los siete pecados capitales y su modus operandi. Lo mismo ocurre con el desamparo y desasosiego que provoca Zodiac, una cinta obsesiva, densa y cuidada hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle, basada en hechos reales y con un reparto a sus espaldas de aut¨¦ntico lujo. A su vez, Mindhunter est¨¢ considerada por muchos como la mejor serie producida por Netflix y recoge lo mejor de Seven y Zodiac. En ella se cuenta c¨®mo el FBI empez¨® a analizar la conducta de los criminales ya atrapados para desarrollar nuevas t¨¦cnicas con las que perseguir a otros asesinos en serie y violadores. M¨¢s historias y personajes reales, m¨¢s protagonistas memorables y una sensaci¨®n tan perturbadora como fascinante que es muy dif¨ªcil sacudirse del cuerpo.

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El ¨²nico villano con Oscar a Mejor Pel¨ªcula

Imaginad c¨®mo de buena tiene que ser El silencio de los corderos (1991) para que la siempre remilgada Academia la premiara con cinco Oscar y la convirtiera en la ¨²nica pel¨ªcula de terror ganadora de una estatuilla a Mejor Pel¨ªcula. Acostumbrada a mirar a las cintas de g¨¦nero por encima del hombro, la cr¨ªtica no pudo sino rendirse ante las actuaciones y la qu¨ªmica de Jodie Foster y Anthony Hopkins. En la piel de Clarice Starling, una agente del FBI, y del asesino Hannibal Lecter, ambos se convert¨ªan (gracias al maravilloso guion adaptado de Ted Tally) en una versi¨®n para el recuerdo de Robert Keppel y Ted Bundy, personajes reales en los que tambi¨¦n se inspira Mindhunter, la serie de Fincher que cit¨¢bamos antes. Jodie Foster, quien ha recibido este 2021 la Palma de Oro de Cannes en honor a su carrera (y de la mano ni m¨¢s ni menos que de Pedro Almod¨®var), est¨¢ magistral como Clarice (y como siempre), pero es el personaje de Anthony Hopkins quien termina robando la funci¨®n, convirti¨¦ndose en uno de los grandes villanos de la historia del cine y pasando al imaginario popular del que forman parte nombres como Darth Vader, HAL, Norman Bates o Jack Torrance. El silencio de los corderos cuenta con una secuela (Hannibal, 2001) y una precuela (Hunter, 1986) a las que si os ha gustado bien merece la pena echar un vistazo, pues adem¨¢s est¨¢n dirigidas por el ojo excelso de Ridley Scott y Michael Mann respectivamente. Hay otros contenidos relacionados con ella, pero si tenemos que quedarnos con uno es con Hannibal (2013), la serie protagonizada por Mads Mikkelsen, a quien seguro ten¨¦is presente tras su papel en Death Stranding. Su interpretaci¨®n de Hannibal Lecter acaba siendo tan buena como la de Hopkins y la serie es un mucho m¨¢s ingeniosa y estilizada de lo que nadie sospech¨® en un principio. Una visi¨®n personal¨ªsima y repleta de excesos del personaje hom¨®nimo que se vuelve tan adictiva como para ¨¦ste la carne humana.

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La escuela coreana

El Oscar a Mejor Pel¨ªcula de Bong Joon-ho y Par¨¢sitos (2019) ayud¨® a romper la estrechez de miras tan caracter¨ªstica de occidente y centr¨® la atenci¨®n de muchos por primera vez en el cine de Corea del Sur, repleto de aut¨¦nticas joyas. Entre ellas hay tres que har¨¢n las delicias de los amantes de los thrillers y los asesinos en serie (una filia un tanto rara, todo sea dicho). La primera es justamente del propio Bong Joon-ho y es conocida como Memories of Murder o Cr¨®nica de un asesino en serie (2003). De ella pod¨¦is esperar el mismo cariz social de Par¨¢sitos, id¨¦ntica habilidad para manejar la intriga y la tensi¨®n, as¨ª como un nuevo alarde del don tan especial que tiene su director para sorprender de forma constante a nivel de ritmo, tono y trama. Otra obra magna. La segunda que os traemos es Encontr¨¦ al diablo (2010), de Kim Jee-woon, una de las mayores salvajadas orientales jam¨¢s rodadas. Es la t¨ªpica historia de venganza, pero narrada con im¨¢genes portentosas, sin concesiones, no aptas para ciertos est¨®magos. Y lejos de ser ¡°el gore por el gore¡±, es una espiral de sangre que baila entre lo po¨¦tico y lo brutal, un carrusel de psic¨®patas impecable a nivel formal, con un final demoledor y un frenetismo que nos impide quitar los ojos de la pantalla durante las dos horas y media que dura. Para acabar, The Chaser (2008), de Na Hong-jin, una obra de guion portentoso que logra, sin trucos ni artima?as baratas, sacar lustre al g¨¦nero. ?C¨®mo? Rompiendo estereotipos y siendo capaz de sorprendernos como la primera vez que vimos Seven o El silencio de los corderos. Si est¨¢is hartos de saber en qu¨¦ direcci¨®n va la pel¨ªcula, qui¨¦n es el malo o qu¨¦ va a pasar, o si quer¨¦is poner a prueba vuestras artes adivinatorias, ¨¦sta es vuestra elecci¨®n. La cruenta y por momentos expl¨ªcita historia de un proxeneta que busca a las prostitutas que le han desaparecido y descubre que no est¨¢n desapareciendo, sino que alguien las est¨¢ matando. Bebe de un mont¨®n de referentes comunes, pero se diferencia de manera inteligente y original. Es imposible que despu¨¦s de ver estas tres joyitas no os den ganas de descubrir a otros grandes nombres del cine surcoreano, aunque sea fuera del g¨¦nero, como Park Chan-wook (La doncella) o Hong Sang-soo (La puerta del retorno).

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Sabor espa?ol

A nosotros tambi¨¦n nos dieron vela en este entierro algunos actores y pel¨ªculas que destacaron en el g¨¦nero y volvieron a romper los t¨®picos y prejuicios tan desafortunados (y por desgracia recurrentes) sobre el cine espa?ol. Javier Bardem, por ejemplo, nos regal¨® a uno de los mejores asesinos en serie del s¨¦ptimo arte con su participaci¨®n en No es pa¨ªs para viejos (2007). En la pel¨ªcula de los hermanos Coen (Fargo, Muerte entre las flores, A prop¨®sito de Llewyn Davis), Bardem dio vida al terror¨ªfico Anton Chigurh, un monstruo, un despreciable asesino a sueldo que lleva el mal en los ojos y ha sido contratado para recuperar un malet¨ªn repleto de dinero. No encontrar¨¦is una lista de asesinos ficticios que no se acuerde de su interpretaci¨®n, la cual le vali¨® un Oscar a Mejor Actor de Reparto. Y de un actor a un director, Alejandro Amen¨¢bar (Los otros, Mar adentro, Abre los ojos), quien hizo saltar la banca a los veintid¨®s a?os con su primera pel¨ªcula: Tesis (1996). Un debut estelar que nos pon¨ªa tras la pista de un asesino que grababa snuff movies con sus v¨ªctimas. Un enfoque que reflexionaba sobre el morbo de nuestra sociedad y recog¨ªa los ecos de la verg¨¹enza medi¨¢tica vivida tras el crimen de Alc¨¢cer. La cinta manejaba la tensi¨®n de forma sorprendente y nos atrapaba en sus redes desde el comienzo. Se rod¨® en la Universidad Complutense de Madrid, est¨¢ llena de gui?os (como la aparici¨®n de Miguel Picazo) y supuso el estreno de unos jovenc¨ªsimos Fele Mart¨ªnez y Eduardo Noriega, hoy d¨ªa rostros consagrados de la industria. Pero Tesis no hubiera sido lo mismo sin Ana Torrent, la mirada infantil m¨¢s famosa del cine espa?ol, musa de Saura y Erice, aqu¨ª crecida y convertida en una fuerza de la naturaleza. En cualquier caso, Tesis no ha sido la ¨²nica con los asesinos en serie de fondo. Por citar alguna m¨¢s reciente, ah¨ª tenemos Que Dios nos perdone (2016), donde un siempre incisivo Rodrigo Sorogoyen (El Reino, Antidisturbios) nos contaba una historia de g¨¦nero en las profundidades de Madrid, con el 15M y la visita del Papa de fondo. Una ambientaci¨®n fascinante en la que Antonio de la Torre y Roberto ?lamo se combinan y mueven como pez en el agua. Su m¨²sica, el giro que da a las v¨ªctimas arquetipo de estas pel¨ªculas, la reflexi¨®n social que implica y su habitual ritmo asfixiante conforman una historia a la que es dif¨ªcil poner pega alguna y que no tiene nada que envidar a nig¨²n otro. Una parada perfecta para sacudirse complejos y disfrutar de buen cine

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Iconos pop y asesinos millennials

?Os acord¨¢is de cuando sali¨® El lobo de Wall Street (2013) y algunos (muchos) sal¨ªan de la sala queriendo ser los nuevos Jordan Belfort? Scorsese deb¨ªa de querer tirarse por la ventana. La gente se daba golpecitos en el pecho como McConaughey, valoraba un futuro en el mundo de la bolsa y adoptaba como sue?os propios el participar en fiestas como las de la pel¨ªcula, donde se alardeaba de dinero, poder, sexo y drogas. A la gente le daba igual que el bueno fuera el personaje de Kyle Chandler. ?Qui¨¦n iba a querer volverse en metro a su lado? Pero es as¨ª, a menudo pasa con estas s¨¢tiras sociales que son tan espectaculares y tan buenas pel¨ªculas. Acabamos asociando la calidad de las mismas con la figura del retratado, y en lugar de condenarle terminamos ensalz¨¢ndolo, envidi¨¢ndole. Lo mismo pas¨® a finales de los noventa con dos pel¨ªculas de asesinos en serie, tan geniales como peligrosas por su influencia en la mente de muchos. La primera es American Psycho (2000), curiosamente protagonizada por un hombre dedicado al mundo de las inversiones, como Jordan Belfort. Es posible que gracias a estar dirigida por una mujer, Mary Harron, su reflejo de la masculinidad t¨®xica sea incluso mejor que el de la novela. Sin embargo, su protagonista, Patrick Bateman, no es todo lo repudiado que debiera. Muchos a¨²n aspiran a tener sus trajes, hacer sus mil flexiones diarias y qu¨¦ decir de la escena de Phil Collins, que viene a ser el pu?ito en el pecho de McConaughey. Es un asesino convertido en icono pop y hasta hay quien sigue pensando que es ¡°el puto amo¡±. Lo mismo ocurre con el juego que propone la cinta sobre si las cosas que suceden en ella pasan de verdad o no. Es un debate que acapara toda la conversaci¨®n sobre la pel¨ªcula y nos impide reflexionar sobre esa sociedad elitista norteamericana de finales de los 80 y todos los problemas derivados de ella. Es un pelicul¨®n y un visitando obligatorio, en cualquier caso. Y siendo sinceros, lo que aqu¨ª comentamos no dice nada en contra de la pel¨ªcula, sino a favor. Es tan buena que ha fascinado y creado hoy en d¨ªa a muchos Patrick Bateman por aqu¨ª y por all¨¢, por triste que esto sea. Simplemente es fascinante verla desde ese lado. Cuando os pregunten por qu¨¦ el cine es cultura, aqu¨ª ten¨¦is uno de much¨ªsimos ejemplos que hay: por su reflejo de la sociedad y su influencia en la misma. Igual de curiosos son los efectos de Asesinos natos (1994), justamente para un p¨²blico opuesto. Si American Psycho es sobre alguien que medra ¡°en el sistema¡±, la cinta del impredecible Oliver Stone es sobre aquellos que van ¡°contra el sistema¡±. Anarqu¨ªa, rebeld¨ªa, caos. Ya no es s¨®lo que ofreciera un ideario facil¨®n sobre el sensacionalismo televisivo, la sociedad que va a la deriva, la falta cada vez m¨¢s acuciante de libertades individuales y la figura de los padres y mayores como ejemplo a evitar. Era tan obvio que no ha derivado en demasiados Micky o demasiadas Mallory, no es el caso de Patrick Bateman. Pero Asesinos natos lo que ha creado es muchos cineastas que piensas que ¡°tener estilo¡±, sea lo que sea eso, consiste en hacer sentir al espectador como si hubiera tomado un chute de ¨¢cido. Pones un buen n¨²mero de temazos a todo volumen (Leonard Cohen, Bob Dylan, etc) y avanzas entre escenas como si fuera un videoclip, revolvi¨¦ndolo los planos y el montaje, experimentando con filtros y por supuesto tirando de violencia expl¨ªcita hasta el abuso. Es una pel¨ªcula que trata de hacer sensual el peligro y atractiva la violencia. Asesinatos natos es de las que amas u odias. Tarantino, guionista original, pidi¨® ser retirado de los cr¨¦ditos tras ver los cambios y el resultado. Pero nos guste o no, su influencia, por suerte m¨¢s art¨ªstica que social, se hizo evidente en los a?os venideros. Dos cintas de asesinos en serie que marcaron a la generaci¨®n millenial.

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Se puede matar con humor

Pero no todo va a ser tensi¨®n e incertidumbre, ni polic¨ªas e investigadores al acecho de oscuros criminales. Tambi¨¦n hay espacio para el humor en esto de los asesinatos, para la broma, el sketch y la originalidad. Cintas divertidas que curiosamente coinciden en dar el protagonismo a los villanos, a demonios de lo m¨¢s particulares, casi hip¨¦rboles con patas. Y si hablamos de comedia tenemos que hacerlo de Charles Chaplin. Pero cuidado, no pens¨¦is que Monsieur Verdoux (1947) es otra de las alegres y sentimentales comedias que suelen asociarse al director. Se trata de una comedia negr¨ªsima sobre un don Juan que corteja a viejas y acaudaladas solteronas para despu¨¦s asesinarlas y quedarse con su dinero. Un dandy que protagoniza un gag tras otro, por lo general con un mismo esquema de agudos di¨¢logos y situaciones irreverentes. Por si el genio de Chaplin se os queda corto (herejes), el guion y la idea pertenec¨ªan a otro gigante del s¨¦ptimo arte como es Orson Wells. Carcajadas asguradas, como las que es imposible no soltar viendo La casa de Jack (2018) de Lars von Trier. A veces no sabr¨¢s ni por qu¨¦ te est¨¢s riendo. ?Es por el valiente y suicida escupitajo en la cara que lanza el director a la sociedad moderna y su nueva escala de valores? Las bromas sobre racismo, feminismo y la infancia est¨¢n a la orden del d¨ªa, entre otros muchos temas considerados tab¨². O quiz¨¢s las risas vengan por esa visi¨®n tan sesgada e inquietante que parece tener von Trier de su propia persona. ?Realmente considera al protagonista un alter ego suyo? ?En serio se considera un pobre tipo incomprendido? O a lo mejor la broma est¨¢ en la arrogancia con la que nos pasa su intelecto por la cara, cambiando de formatos y temas a toda velocidad. Si parpadeas en medio de un chiste de caca, culo, pedo, pis, lo mismo te pierdes una oda al sadismo, un m¨®nologo sobre la Segunda Guerra Mundial, una reflexi¨®n acerca de la sociedad y una escena que referencia a las pinturas de Delacroix y los mitos de Dante y Virgilio. Es una pel¨ªcula imposible de describir realizada por un genio irreconducible que parece haberse retirado y que lo ha hecho con un alegato final en boca de un asesino en serie. ?C¨®mo no iba a abrirse paso en esta lista? Tambi¨¦n debe estar aqu¨ª Escondidos en Brujas, la primera pel¨ªcula de Martin McDonagh (m¨¢s conocido por la galardonada Tres anuncios a las afueras). En ella Colin Farrell y Brendan Gleeson interpretan a dos sicarios que deben esconderse en la ciudad belga tras haber cometido un error en uno de sus ¨²ltimos trabajos. Con un Farrell en estado de gracia en su papel de histri¨®nico y agresivo hater de la ciudad de Brujas, McDonagh, como consumado dramaturgo que es, pasa con maestr¨ªa del caos y el absurdo al drama existencialista, de la risa a las situaciones de lagrimita. Son los gajes de hacer de los asesinatos en serie una profesi¨®n seria y formal.

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Hitchcock, maestro del suspense... y los asesinos

Es imposible hablar de thrillers, suspense, misterio, intriga y suced¨¢neos (que por cierto no son lo mismo, pero tampoco vamos a ponernos aqu¨ª a sentar c¨¢tedra) sin hacerlo de uno de los cineastas m¨¢s influyentes de la historia. La filmograf¨ªa de Alfred Hitchcock es garant¨ªa de ingenio, emociones fuertes y calidad cinematogr¨¢fica. Y por supuesto en ella hay espacio para los asesinos en serie. Ten¨¦is d¨®nde elegir. La opci¨®n m¨¢s evidente ser¨ªa Psicosis (1942), de la que a estas alturas queda poco por decir m¨¢s que insultar a los que a¨²n no le dieran una oportunidad. Para los que s¨ª, puestos a volver a verla, casi mejor ver Psycho (1998), un remake plano a plano dirigido por el gran Gus van Sant. ?Est¨¢ a la altura? Evidentemente no, pero siempre es buen momento para verla y sumarse al debate en torno a dicho engendro. Pero dejando a un lado a Norman Bates y su madre, tambi¨¦n encontramos, por ejemplo, El enemigo de las rubias (1927), una obra de Hitchcock a menudo olvidada en la que un misterioso asesino conocido como El Vengador arrebataba la vida a j¨®venes rubias al amparo de la niebla de Londres. Pertenece a la etapa muda del autor, es su segunda cinta y ¨¦l mismo reconoci¨® que fue su primera incursi¨®n en el suspense. Deja entrever sus obsesiones de por entonces (como el expresionismo alem¨¢n) y es un primer muestrario de sus recursos y destellos. Muy relacionada con ¨¦sta se encuentre Frenes¨ª (1972), y es curioso porque saltamos del segundo de sus trabajos a uno de los ¨²ltimos. Frenes¨ª contaba la historia de un violador y asesino en serie que tambi¨¦n siembra el caos en las calles de Londres. Es Hitchcock en su m¨¢ximo expresi¨®n, impecable, con un guion a prueba de bombas, una narrativa que rebosa ritmo, una capacidad de mantener la tensi¨®n inigualable y unos planos y una puesta en escena perfectos. Por ¨²ltimo encontramos La sombra de una duda (1943), la cual podr¨ªa haber entrado en el apartado de asesinos c¨®micos a¨²n teniendo un sentido del humor un tanto macabro. Hitchcock ha dejado caer en varias ocasiones que es su pel¨ªcula preferida de su filmograf¨ªa. Protagonizada por un dandy de doble personalidad que se refugia en casa de su familia huyendo de la polic¨ªa, sin saber que su sobrina es m¨¢s perspicaz de lo que parece y no va a tardar en sospechar de ¨¦l. Admitimos que no es la que mejor ha envejecido, pero sigue siendo una magn¨ªfica elecci¨®n para cualquier SK lover.

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Clasicazos y series

No pertenecen a un pa¨ªs concreto (Corea, Espa?a), ni a un director especialmente prol¨ªfico en la materia (Fincher, Hitchcock), ni a un g¨¦nero particular (comedias negras, slashers). A¨²n as¨ª, cualquiera de las pel¨ªculas de este grupo es imprescindible para los amantes de los asesinos en serie. Algunas fueron un hito para el cine en general, como El gabinete del Dr. Caligari (1920), cuna del expresionismo alem¨¢n, o M, el vampiro de D¨¹sseldorf (1931), art¨ªfice del sonido contempor¨¢neo en el que o¨ªmos las cosas antes de que entren en escena. Y ambas pel¨ªculas no son meritorias ¨²nicamente por sus logros, sino que resultan igual de aterradoras y entretenidas hoy en d¨ªa con sus respectivos asesinos y ped¨®filos. Con mismo tema encontramos tambi¨¦n un buen pu?ado de maravillas con la firma de varios directores de culto. Es el caso de Malas Tierras (1973), la pel¨ªcula debut de Terrence Malick (El ¨¢rbol de la vida, La delgada l¨ªnea roja), basada en dos de los primeros asesinos en serie de la historia de Estados Unidos. Una dram¨¢tica road movie con la caracter¨ªstica potencia visual de su autor. O el caso de Funny Games (1997), que catapult¨® a lo m¨¢s alto a Michael Haneke (La pianista, Amor). Una pel¨ªcula tan desagradable de ver como cuando se estren¨®. Radical e impactante, nos lanza una pregunta clara: ?por qu¨¦ consideramos a los asesinos en serie un entretenimiento? Junto a ellas podr¨ªamos citar dos de las obras maestras de Frank Capra (Ars¨¦nico por compasi¨®n, 1944) y Clint Eastwood (Mystic River, 2003). La primera es una comedia loqu¨ªsima para re¨ªrse a mand¨ªbula batiente de los asesinos en serie. La segunda quiz¨¢ est¨¦ algo m¨¢s cogidas con pinzas en esta lista, pero resulta tan buena que nadie le pondr¨¢ ning¨²n pero. Y acabamos con El fot¨®grafo del p¨¢nico (1960) de Michael Powell, ese experimento voyeurista sobre un psic¨®pata que quer¨ªa reflejar con su c¨¢mara el terror que uno siente al morir. Clasicazos, vaya. Pel¨ªculas atemporales que no envejecen y merecen un visionado independientemente de que tengan que ver con asesinos en serie. En el mundo de las series, de boom m¨¢s reciente, tambi¨¦n encontramos dos referentes a los que ahora mira cualquier original de nueva creaci¨®n. Desde la vista del asesino est¨¢ Dexter (2006), obviamente, y desde la vista de los polic¨ªas, la primera temporada de True Detective (2014), la producci¨®n mejor puntuada de todo este art¨ªculo en FilmAffinity e IMDb. Pero hay mucho y muy bueno que celebrar por los amantes del g¨¦nero. Exponentes del thriller n¨®rdico ¡ª El puente (2011)¡ª, juegos con los puntos de vista de todos los implicados ¡ªThe Killing (2011)¡ª, historias intimistas ¡ªHeridas Abiertas (2018)¡ª y hasta comedias rom¨¢nticas ¡ªKilling Eve (2018)¡ª. Es la ficci¨®n serial la llamada a tomar el relevo y la delantera como nueva factor¨ªa de cl¨¢sicos.

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Historias reales

Muchas de las pel¨ªculas que hemos citado est¨¢n basadas en casos reales, pero la mayor¨ªa se toman sus licencias y son plenamente conscientes de su condici¨®n de pel¨ªculas, as¨ª que acostumbran a dividir atenci¨®n y esfuerzos en mucho m¨¢s que la historia. El propio espectador acepta la ilusi¨®n, a¨²n distanci¨¢ndose del miedo y peligro real. Para los que busquen pel¨ªculas m¨¢s fieles y realistas, m¨¢s crudas sin llegar a entrar en el documental, tenemos un par de recomendaciones. La primera es Henry: Retrato de un asesino (1986), una modesta cinta sobre el caso de Henry Lee Lucas. Un retrato amargo del mentado psic¨®pata, desagradable de ver y espeluznante de conocer. Al mism¨ªsimo Scorsese le fascin¨® tanto que produjo a su director, John McNaughton, una pel¨ªcula (La chica del g¨¢ngster, de 1993, ya con Robert de Niro, Uma Thurman y Bill Murray). Igual de angustiosa resulta El estrangulador de Rillington Place (1971), sobre los cr¨ªmenes reales de John Christie, quien enterraba a las v¨ªctimas en su propia casa. Una pel¨ªcula fr¨ªa que no hace una sola concesi¨®n al espect¨¢culo y deja una pavorosa reflexi¨®n sobre si el sistema funciona y si lo hace igual dependiendo de tu poder¨ªo econ¨®mico. Su director, Richard Fleischer, tiene una pel¨ªcula previa de la misma tem¨¢tica, El estrangulador de Boston (1968), que si bien es m¨¢s hollywoodiense, tambi¨¦n es una buena pel¨ªcula y merece una visita por parte de los interesados. En la misma l¨ªnea tenemos Nadie est¨¢ a salvo de Sam (1999), dirigida por Spike Lee. Es evidente la maquinaria que mueve consigo Spike Lee (de hecho Adrien Brody encabeza el reparto), pero en este caso la pel¨ªcula fue rechazada por el gran p¨²blico dado el mont¨®n de decisiones arriesgadas que toma, siendo la m¨¢s importante la de desplazar el foco del malo, David Berkowitz. La pel¨ªcula no refleja la historia del asesino, sino la de c¨®mo convivi¨® con sus cr¨ªmenes una atemorizada ciudad de Nueva York. Un espejo de la sociedad igual de interesante y v¨ªvido, una cr¨®nica social infravalorada a pesar de los momentos en los que Spike Lee regresa a sus zonas comunes y se hace ficticio y dif¨ªcil de creer. Podr¨ªamos citar alg¨²n ejemplo m¨¢s como Dahmer, el carnicero de Milwaukee (2002) o el reciente "homenaje" a Ted Bundy de Extremadamente cruel, malvado y perverso (2019), pero est¨¢n unos cuantos escalones por debajo. S¨®lo es caf¨¦ para los m¨¢s cafeteros.

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Larga vida al gore y los slashers

En este tipo de listas muchas veces pecamos de injustos y nos olvidamos de los asesinos m¨¢s prol¨ªficos de la historia del cine. Qui¨¦n sabe. Quiz¨¢s por eso mismo est¨¦n tan cabreados Ghosface, Michael Myers, Freddy Krugger, Jason Voorhees y Jigsaw. A lo mejor los pobres s¨®lo siguen matando para llamar nuestra atenci¨®n y reivindicarse. Porque no solemos asociar pel¨ªculas como Scream: Vigila qui¨¦n llama (1996) o Viernes 13 (1980) a ninguna lista que hable de ¡°las mejores¡±. Sus interminables secuelas, hu¨¦rfanas de sus creadores originales y de calidad cuanto menos dudosa, nos han hecho olvidarnos de los comienzos que por ejemplo tuvieron La noche de Halloween (en 1978 con John Carpenter), Pesadilla en Elm Street (1984, Wes Craven) o Saw (2004, James Wan). O de lo que supuso La matanza de Texas (1974, Tobe Hoper) para el cine indie. Son sagas cuya historia y aspecto formal se postran al servicio del entretenimiento, gore y sentido del espect¨¢culo. Muchas veces las tachamos de simples y nos burlamos diciendo que debemos apagar el cerebro para poder verlas, ?pero qu¨¦ tendr¨ªa eso de malo? ?Hay alg¨²n problema en querer desconectar y pasar un buen rato con un pu?ado de sustos facilones, muertes recargad¨ªsimas y personajes est¨²pidos a los que gritar que no, que por favor no abran esa puerta? A veces es justo lo que necesitamos. Y algo de cautivador tienen que tener todos esos nombres para haber tenido tanto ¨¦xito y recorrido. Todos ellos forman parte del folclore popular de m¨²ltiples generaciones. No hay asesinos que hayan tenido que curr¨¢rselo m¨¢s, siempre encontrando nuevas formas de matar y nuevos traumas que justifiquen sus actos. Mucho antes de Godzilla vs King Kong e incluso antes de Alien vs Predator ya ten¨ªamos un Freddy contra Jason (2003) tan malo como necesario. Aunque solo sea por semejante esfuerzo, por esa carencia de sentido del rid¨ªculo a la que deber¨ªamos aspirar todos, y porque no podr¨ªamos celebrar Halloween sin sus m¨¢scaras y disfraces, los m¨¢ximos exponentes del g¨¦nero slasher merec¨ªan estar en esta lista.

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A de asesino, A de anime

No pod¨ªamos despedir esta lista sin dejar el nombre de alg¨²n anime, como Death Note (2006) o Monster (2004). Dos series de animaci¨®n cortitas (37 y 74 cap¨ªtulos cada una) que a estas alturas seguramente hay¨¢is visto todos, tampoco es que estemos descubriendo la p¨®lvora, pero a las que hab¨ªa que citar s¨ª o s¨ª. Porque existen pocos asesinos en serie con unos ideales tan pavorosamente f¨¢ciles de aceptar como los de Light Yagami, y pocos investigadores privados tan brillantes como L. Un asesino que s¨®lo le quita la vida a delincuentes, una libreta en la que si escriben tu nombre mueres a los 40 segundos, un pa¨ªs dividido a favor y en contra de ese nuevo ¡°dios de la justicia¡±, y un partido de tenis entre la polic¨ªa y Kira en donde el espectador siempre va a la zaga y es impresionado con un giro de guion tras otro. Por su parte, Monster es otro regalo para los fans del cine negro, el suspense y la acci¨®n. Un anime que apuesta por el realismo y por un toque m¨¢s adulto y maduro de lo que viene siendo habitual, pero que es precisamente lo que vuelve recomendable la serie hasta para los que no hayan tocado un anime en su vida. El doctor Kenzo Tenma salva la vida a un ni?o siguiendo sus principios y su c¨®digo deontol¨®gico, pero descubre que al hacerlo tambi¨¦n ha salvado sin saberlo a un monstruo que sesga una vida tras otra. ?Es culpa suya? ?Debe subsanar su error? Monster es una constante lucha entre el bien y el mal, entre lo que debe hacerse y lo que la sociedad quiere que hagas. Un nuevo ejemplo de que nunca hay un camino f¨¢cil. ?C¨®mo hacer para no tirar la toalla cuando las cosas siempre van en contra? Un thriller psicol¨®gico que no nos toma por tontos, que engancha y sorprende, y que es el colof¨®n perfecto a las casi 50 recomendaciones de pel¨ªculas y series de asesinos en serie para cuando Dexter vuelva a romperos el coraz¨®n.

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