The Magnificent Trufflepigs
The Magnificent Trufflepigs, An¨¢lisis. En busca de un pasado perdido
Lo nuevo de Andrew Crawshaw nos cuenta una historia rom¨¢ntica donde buscamos objetos perdidos con un detector de metales para descubrir as¨ª la verdad.
The Magnificent Trufflepigs es un t¨ªtulo particular que busca atraparnos por lo que se cuenta, pero que no logra convencer por lo que haces en el camino. Cuando supimos que Andrew Crawshaw ten¨ªa en marcha un nuevo videojuego, esta vez un walking simulator en su nuevo estudio, Thunkd, no pudimos sino sentirnos atra¨ªdos por lo que tuviese que contarnos el padre de Everybody¡¯s Gone to the Rapture. Los antecedentes dejaban lejos cualquier atisbo de duda sobre el talento de este artista; sin embargo, el viaje con el que aqu¨ª nos encontramos no es ni tan memorable ni tan efectivo como su anterior trabajo. Con todo, el t¨ªtulo nos ha dejado un sabor cercano al notable. Vamos a contaros qu¨¦ nos ha transmitido este The Magnificent Trufflepigs.
Lo primero que hay que dejar claro es que estamos ante un walking simulator. Se entiende, no obstante, que la jugabilidad pesa mucho menos que otros elementos de la balanza. Crawshaw quiere contarnos una historia rom¨¢ntica donde la comunicaci¨®n, las preguntas, las respuestas y la forma de interpretar esas respuestas ser¨¢n clave en nuestra experiencia.
Nos pondremos en la piel de Adam, un inteligente hombre ingl¨¦s que viaja a su ciudad natal, Stanning, para buscar el tesoro perdido de una mujer llamada Beth. Como se suele decir, las apariencias enga?an y no es oro todo lo que reluce. Aparentemente, la vida de Beth es perfecta, pero poco a poco, a base de conversaciones, te vas dando cuenta de que la verdadera protagonista es ella; que la b¨²squeda de su tesoro es solo la llave que encadena un conflicto.
Aun siendo relajado, The Magnificent Trufflepigs tiene problemas con su historia, no as¨ª con el ritmo de esta. No llega a explotar en ning¨²n momento y, aun buscando ser pausado desde el principio, su prop¨®sito relajado choca con la tensi¨®n de lo que vas conociendo. Lo m¨¢s valioso del relato son sus reflexiones, que invitan a pensar y dejan siempre la puerta abierta a interpretaciones; pero no es nada sorprendente ni que recordaremos con el paso de los meses o a?os.
A nivel jugable, lo que tenemos que hacer es controlar un detector de metales en esta preciosista campi?a inglesa. Porque otra cosa no, pero el juego es muy bonito. Es bello y colorido. Adem¨¢s, las secuencias tienen planos muy cinematogr¨¢ficos que encajan a la perfecci¨®n con el tono de la obra. Al final, su met¨¢fora queda clara y no se esconde: la b¨²squeda de aquello que hemos perdido, asimilar la p¨¦rdida.
Un planteamiento jugable que no termina de convencer
Las dos caras de la moneda se encuentran precisamente en la jugabilidad. Ir buscando metales es repetitivo, incluso mon¨®tono, porque vamos mirando al suelo. No es estimulante y no podemos disfrutar del bello paisaje. Es siempre igual. Coges el detector y, una vez das con la ubicaci¨®n, cavas para coger y examinar el objeto; que se convierte ipso facto en el leitmotiv de la conversaci¨®n. Cuando encontremos algo, bien sea un anillo, una moneda o cualquier otro descubrimiento, haremos una foto y se la mandaremos a Beth, que narrar¨¢ otro peque?o cap¨ªtulo de la historia. Esa forma de ir narrando los hechos, pedazo a pedazo, est¨¢ muy bien calibrado.
Las conversaciones entre Adam y Beth est¨¢n muy bien interpretadas (por Arthur Darvill, de Doctor Who; y Luci Fish, de Safe House). Son suficientemente distintos entre s¨ª como para engancharte hasta el final del viaje, que hemos completado en poco m¨¢s de tres horas. Algo que sin duda favorece a sentirnos inmersos en la experiencia es su doblaje, con un declarado acento ingl¨¦s. Hemos podido disfrutar del viaje de forma m¨¢s amena a si solo hubi¨¦semos entendido esas llamadas v¨ªa texto. La funci¨®n comunicativa entre ambos interlocutores es notable.
Ritmo, interpretaci¨®n y paisaje, sus grandes virtudes
Estos hallazgos son el detonante de la trama, una conversaci¨®n con un lenguaje escrito propio de los chats de telefon¨ªa m¨®vil; muy expresivo, un reflejo de los miedos de Beth. Descubrir la verdad es, como casi todo, duro y terriblemente real. No se nos cuenta una historia dif¨ªcil de creer, en absoluto, y eso hace que cuando llegas al final tengas la sensaci¨®n de haber acontecido algo puro. En el proceso nos llevamos sorpresas, hay cambios en el clima y, por qu¨¦ no decirlo, el uso de ese dispositivo inteligente recuerda a Firewatch en la forma en que se comunican ambos personajes.
Las comparaciones son odiosas; en este caso, la distancia entre lo que son capaces de hacer ambos t¨ªtulos es muy grande. Una vez pasados los cinco d¨ªas, te das cuenta de que The Magnificent Trufflepigs ha errado en su tarea por hacer que el concepto de walking simulator algo agradable. Terminas cansado. Por eso es positivo para el resultado final que dure tan solo tres horas, porque si no se hubiese resentido severamente.
Conclusi¨®n
The Magnifficent Trufflepigs se queda a medio camino en su propuesta, cuya base jugable pasa por detectar metales que den pie a una conversaci¨®n excelentemente interpretada y notablemente escrita. Su ritmo, una gran ventaja, te estimula a seguir hasta el final, pero el proceso mec¨¢nico queda lejos de lo logrado por otros walking simulator. Adem¨¢s, su historia nos ha dejado con ganas de m¨¢s; de m¨¢s profundidad y poso. Lo recomendamos ¨²nicamente para amantes del g¨¦nero con ¨¦nfasis en la narrativa.
Lo mejor
- Una interpretaci¨®n excelente de los protagonistas.
- La forma de ir contando la trama, poco a poco.
- Su bella puesta en escena.
Lo peor
- La historia nos ha dejado con ganas de m¨¢s.
- Una propuesta jugable fallida.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.