Everybody's Gone to the Rapture, an¨¢lisis

Acostumbrados a cosas extrema, efectistas, el fin del mundo se plantea siempre como un espect¨¢culo siniestro de proporciones dantescas. Ciudades arrasadas, supervivientes que rebuscan entre los restos, quiz¨¢s mutantes y otras especies, o los aliens que nos han masacrado. Pero para The Chinese Room, autores de ese precioso cuento g¨®tico interactivo que fue Dear Esther, y del fallido Amnesia A Machine of Pigs, el fin del mundo es algo tan especial como una tranquila ciudad rural de la campi?a inglesa tan id¨ªlica como escalofriantemente vac¨ªa. Everybody¡¯s Gone to the Rapture es una apuesta muy arriesgada en cuanto a brindarnos un ejercicio de narrativa magistral, rodeado por una de las mejores BSOs del a?o, pero que a nivel jugable renuncia a todo tipo de mec¨¢nicas excepto la exploraci¨®n y escasos momentos de interacci¨®n.

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Sol, un amanecer precioso en la campi?a brit¨¢nica, con bruma para refrescar el ambiente. Escuchamos a los pajaros, el habitual ruido de un bosque a los pies de una carretera de monta?a que asciende a un mirador. No hay una ciudad en llamas, no viene ning¨²n monstruo. Es imposible creer que estamos en el fin del mundo, pero es cierto. Lo llamaron simplemente ¡®El Acontecimiento¡¯, seg¨²n una cient¨ªfica que emite por la radio todo el tiempo y parece ser la ¨²nica que queda viva en toda la zona junto a nosotros. El juego ya nos indica que ¡°las respuestas est¨¢n aqu¨ª. Las respuestas est¨¢n en la luz¡±, pero debemos buscarlas, aclarar qu¨¦ ha sucedido.

Everybody¡¯s Gone to the Rapture empieza a desvelar en esos momentos su ¨²nica baza jugable, y sus magn¨ªficas bazas narrativas, sumergi¨¦ndonos como testigos directos en la desaparici¨®n de una ciudad entera de repente. La Niebla (versi¨®n de Frank Darabont) o episodios como el ¡®Where¡¯s Everybody?¡¯ de la serie de culto Twilight Zone /Dimensi¨®n Desconocida son claros referentes para el estudio, que implementa elementos sobrenaturales pero bien dosificados para seguir una historia que puede entretenernos un m¨ªnimo de 4 horas si vamos siguiendo el ¨ªtem que parece querer guiarnos, o hasta 6-7 horas si nos dedicamos a escudri?ar cada rinc¨®n del mapa abierto para componer enteras las 6 historias de personajes principales que se suceden en este rinc¨®n de la Inglaterra de 1984.

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Seguir a la esfera de luz nos garantiza ir por las conversaciones m¨¢s importantes y activar hechos trascendentales para que no nos perdamos en su historia principal. Pero este mapeado abierto es para ser explorado, y s¨®lo as¨ª iremos encontrando tanto las radios ¨Cque parecen transmitir la se?al de la ¨²nica persona viva en la zona-, como otros eventos secundarios que van a?adiendo m¨¢s personajes, historias, aportando m¨¢s cosas a sus hilos ¨Cuna madre aterrorizada que no se atreve a subir a ver qu¨¦ le pasa a sus hijos, un doctor que sufre lo mismo que sus pacientes-, y por tanto enriqueciendo el tel¨®n de fondo de esta historia, construida a golpe de narraci¨®n no-lineal y desfragmentada.

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La ¨²nica interaccion aparte de usar X es girar el pad sobre el eje horizontal de lado alado para digamos ¡®activar¡¯ secuencias en las que se desarrollan di¨¢logos que hacen avanzar la trama y profundizan en los protagonistas. Al inicio todo es deslavazado, y nos toca ir recogiendo pedazos aqu¨ª y all¨¢, ya nos centremos en una historia o en varias a la vez. Es como si visualiz¨¢semos los di¨¢logos y el movimiento de los personajes como si estos fueran entes de luz. Thechineseroom nos convierte en testigos, en voyeurs de conversaciones muy bien escritas y mejor interpretadas, relaciones y enfrentamientos de gente que no conocemos, pero a la que espiamos por decirlo de alguna manera. Sus historias ocultas salen a la luz, en momentos a veces tan bien construidos que no hace falta ver la escena al completo, sino que son s¨®lo seguir y escuchar a esos personajes de luz ya visualizamos toda la escena en nuestra mente.

El ambiente es insuperable, ya que todo es id¨ªlico, pac¨ªfico y calmado, siniestramente calmado. Esto no es The Last of Us precisamente, de hecho huye de ese estilo apocal¨ªtpico para abrazar m¨¢s la ciencia ficci¨®n de los a?os 50. Constantemente vemos se?ales de que algo malo ha sucedido, como coches abandonados en mitad de la carretera, bicis aparcadas, juguetes tirados y maletas de viaje con libros y billetes dejados cuidadosamente al lado de una cabina de tel¨¦fonos, como si algo hubiese pasado al que estaba hablando. Que no os despiste el escenario, ya que el estudio sabe c¨®mo no meternos miedo, pero s¨ª crear una tensi¨®n palpable en ocasiones, manipulando todo el entorno para que una conversaci¨®n telef¨®nica explicativa entre dos personajes de repente se convierta en una peque?a revelaci¨®n sobre las causas de lo sucedido, tocando elementos como que de repente se nubla el dia, la m¨²sica se vuelve estridente, y cuando termina  y nos echamos hacia atr¨¢s, volvemos al entorno rural tan pac¨ªfico. O presentando un s¨®tano tan misterioso o una iglesia tan espectral que ya nos da cosa entrar.

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Shropshire se divide en varias ¨¢reas, cada una con la historia de un personaje por encima del resto, con su propio arco argumental que va construy¨¦ndose sin prisa, pero con picos de intensidad dram¨¢tica hasta llegar a una revelaci¨®n impactante. El problema puede venir aqu¨ª de su final, del final del juego en s¨ª, un ¡®ending¡¯ divisorio, ya que satisfar¨¢ a algunos, otros lo encontrar¨¢n deceptionante, algunos cat¨¢rquico y adecuado. The Chinese Room sabe que no todos somos iguales, que cada persona es distinta, y simplemente pone un final, no EL FINAL, sino eso, un final que ellos creen acertado y que nosotros decidimos si nos satisface al terminar estas 6 horas o no. Como decimos, a nivel jugable es un poco m¨¢s interactivo que Dear Esther, pero mucho menos que Amnesia 2. Aqu¨ª hay elementos para interactuar, cosas que abrir, aparatos que encender y apagar. Punto. Ni puzles, ni plataformas ni nada. De hecho no hay ni siquiera un bot¨®n para acelerar el paso, algo que francamente le habr¨ªa venido muy bien, ya que una cosa es construir tensi¨®n con toda la paz del mundo, y otra es simplemente obligarnos a andar despacio cuando a veces lo que queremos es correr siguiendo la luz.

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Graficamente es un placer avanzar por un escenario tan lleno como al mismo tiempo desolado pero en el que siempre sucede algo, aunque sea simplemente ver c¨®mo el amanecer se transforma en mediod¨ªa mientras andamos o nubes cubren moment¨¢neamente el sol. El CryEngine tiene un uso conseguido, basado en los detalles, y los entes de luz son el plato fuerte junto a la recreaci¨®n de la ciudad en cada detalle del interior de un pub o del jard¨ªn de una casa.  El audio parece simple, pero es tremendamente complejo en su concepci¨®n, y thechineseroom lo cuida como M Night Shyamalan cuidaba los de sus primeras pel¨ªculas. Cuando m¨¢s tranquilos parece que estamos, imbuidos en ese ambiente de ¨¢rboles meci¨¦ndose, pajaros y otros animales sonando de fondo, de pronto un peque?o coro mesi¨¢nico entra de fondo pero sin destacar, o un FX de sonido que parece de criatura o de ultratumba para que no nos durmamos.

Menci¨®n aparte para dos elementos como son la magnifica BSO de Jessica Curry, que consigue una obra atmosf¨¦rica a medio camino entre la l¨ªrica tristeza de Dear Esther y la tragedia/tensi¨®n de Amnesia 2, con temas que entran en el momento exacto y siempre con el tono y tempo adecuado, con el cariz y la textura acordes con el evento y la escena.  Y el hecho de que este juego, un indie estrenado en digital exclusivo de PS4, viene como otros de Sony doblado al castellano de manera impecable, con voces de primer orden que dan una vida muy cre¨ªble a di¨¢logos con una carga de profundidad gracias a sus actores. Y si queremos disfrutar de las tambi¨¦n estupendas voces inglesas, el selector de idioma viene en opciones cada vez que pausamos el juego.