Crysis Remastered, an¨¢lisis Switch

¡°Flight Simulator 2020 es el Crysis de nuestra ¨¦poca¡±. Con alguna variaci¨®n, esta frase se ha podido leer en multitud de lugares al respecto del flamante simulador exclusivo de Microsoft. Cuando tiran de ti, una gloria del pasado, para definir la grandeza del presente, es que dejaste una marca significativa en la historia. Es habitual toparse con algo as¨ª en los g¨¦neros. Al igual que en la literatura, kafkiano define vidas ahogadas hasta el absurdo por la burocracia, o Lynchiano, Bu?uelesco y Felliniano recogen, reinterpretan, exponen en el cine las obsesiones de personal¨ªsimos autores bajo otra mirada, en el videojuego encontramos ejemplos desde el ya cl¨¢sico metroidvania al m¨¢s contempor¨¢neo Soulslike. Son nombres, conceptos, enfoques, formas de hacer las cosas que han marcado tant¨ªsimo en su momento que han creado l¨ªneas de influencia posterior. Tambi¨¦n ocurre en lo tecnol¨®gico, como es el caso que nos ocupa hoy. Dejadnos rematar ah¨ª este l¨ªo de referencias con una m¨¢s.

The Dark Side of the Moon se lanz¨® a las ondas y lleg¨® a las tiendas de discos en 1973. El disco de Pink Floyd con producci¨®n de Alan Parson fue un ¨¦xito tal que, cuando el grupo estren¨® The Wall en el 79, todav¨ªa se encontraba en el top 100. El disco era muy bueno, pero hab¨ªa algo m¨¢s. Su perfecci¨®n sonora era tal que hab¨ªa gente que lo compraba para comprobar la calidad de su equipo de m¨²sica. Esa excelencia sonora le vali¨® una segunda vida con la llegada del CD (hab¨ªa una f¨¢brica en Alemania que solo fabricaba ese disco) y variaciones que lo llevaron hasta las mezclas para aprovechar los equipos de sonido 5.1 (recordemos que los Floyd implementaron en sus conciertos el sonido cuadraf¨®nico, efecto soundround que luego se estandariz¨® en el cine y en los mejores equipos dom¨¦sticos). ?Por qu¨¦ comentamos esto? A d¨ªa de hoy se dice que no hay ordenador personal que haga correr Flight Simulator 2020 como deber¨ªa en resoluci¨®n y fps. Ocurri¨® con Crysis en el 2007. Era una bestia parda que muchos instalaban para poner a prueba sus potentes equipos reci¨¦n comprados. Crysis se convirti¨® en el baremo por el que medir la Master Race. Y aqu¨ª llega la pregunta clave. The Dark Side of the Moon era una maravilla t¨¦cnica en su momento que perdura hoy por la calidad de su contenido. ?Podemos decir lo mismo de Crysis?

El huevo, la gallina y la tostadora

Crytek, compa?¨ªa alemana fundada a finales del siglo pasado por tres hermanos turcos, los Yerli, fue muy reconocida y respetada por el usuario gracias a sus juegos, pero a nivel de industria lo fue por su motor CryEngine. De hecho, podr¨ªamos decir que los juegos estaban supeditados a ejercer de demostraci¨®n tecnol¨®gica, que fue antes la gallina que el huevo. En el 2000 deslumbraron con una demo del motor que terminar¨ªa convirti¨¦ndose en un t¨ªtulo jugable completo en 2004: Far Cry. La segunda versi¨®n, CryEngine2, repet¨ªa el atractivo y vers¨¢til entorno de la isla selv¨¢tica pero con distinto argumento. Se tratar¨ªa de Crysis, lanzado tres a?os despu¨¦s. Los juegos ejerc¨ªan la mejor publicidad posible para la tecnolog¨ªa desarrollada por Crytek. Esta no se limitaba a exhibir m¨²sculo con demos t¨¦cnicas, lo hac¨ªa con total solvencia en juegos completos que pod¨ªa disfrutar todo el mundo (con un buen PC). Obviaremos desde aqu¨ª el resto de la historia de la compa?¨ªa, que ha tenido altibajos muy gordos pero que no es lo que compete en este texto.

Crysis, el portentoso juego que hac¨ªa sufrir a los ordenadores de la ¨¦poca, ten¨ªa sin embargo un guion t¨ªpico de pel¨ªcula de serie B. Como si Depredador hubiera estado pre?ada de muchos m¨¢s millones de presupuesto en su filmaci¨®n. Al igual que en la querida pel¨ªcula de Schwarzenegger, una misi¨®n de rescate por parte de un equipo de ¨¦lite en un remoto territorio selv¨¢tico, da el vuelco de la acci¨®n a la scifi con la entrada en juego de letales extraterrestres. Lo que supuso un giro loco e inesperado, avanzado el metraje, para el p¨²blico de cine de 1987, en Crysis se malograba porque ya se mostraba a los bichos en la primera media hora de juego. No tomaban protagonismo hasta el ¨²ltimo tercio, pero su punch hac¨ªa horas que se hab¨ªa diluido por la torpe narrativa empleada. Las l¨ªneas de dialogo tampoco eran para tirar cohetes (¡°?No tenemos garant¨ªa de que esto vaya a funcionar!¡±, le espeta una de las investigadoras a un alto mando militar que quiere utilizar armamento pesado contra los bichos. ¡°Si quiere garant¨ªa c¨®mprese una tostadora¡±, le responde altivo el tipo), pero hey! aqu¨ª hab¨ªamos venido para flipar con el envoltorio. Y s¨ª, el papel de regalo, de tan avanzado en su momento, reluce incluso hoy. Impresiona todav¨ªa ver c¨®mo la f¨ªsica se luce tumbando palmeras barridas por nuestra ametralladora (exacto, como en Depredador).

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El ¨¢rbol, el bosque y la jugabilidad

En el deslumbrante Crysis el ¨¢rbol s¨ª deja ver el majestuoso bosque que hay detr¨¢s, el problema es que el bosque no deja ver la jugabilidad. Por lo menos al principio, cuando andamos flipando moviendo a nuestro paso la vegetaci¨®n entre la tupida flora. Fastidia en Crysis la fin¨ªsima, casi incre¨ªble vista de ¨¢guila de los enemigos, tambi¨¦n su punter¨ªa, un poco como en Far Cry 2, solo que all¨ª era m¨¢s dif¨ªcil esconderse que aqu¨ª. El traje especial que vestimos nos permite tirar por tiempo limitado de invisibilidad (ejem, como el extraterrestre de la peli de Chuache) y de escudo absorbe impactos. Tambi¨¦n nos provee de velocidad y contundencia en nuestros golpes. Es posible ver en estos add-on una sofisticaci¨®n de las reglas puestas sobre el tapete en Far Cry Instint (franquicia que empezaba a volar en otras manos). El caso es que las capacidades del traje nos salvan en muchos momentos de la frustraci¨®n que supone un gunplay algo desfasado. El nanotraje es hoy un aliado mayor que en su momento, y junto a la inclusi¨®n del apuntado por giroscopio se consigue un mayor toque estrat¨¦gico en los enfrentamientos. Es cuando nos acercamos a nuestros enemigos cuando nos damos cuenta de que no son tan listos, y que la IA hace aguas de forma hilarante en m¨¢s de una ocasi¨®n.

Remastered o no remastered, esa no es la cuesti¨®n ante un juguete roto

Dej¨¦moslo claro: estamos confusos. No nos queda clara la etiqueta de Remastered. El juego se asemeja demasiado a su versi¨®n para consolas de la pasada generaci¨®n. Nos encontramos con elementos que se ven algo mejor y otros algo peor, con lo que la balanza queda m¨¢s o menos igualada. No hay pues una mejora clara. Hay que tener en cuenta que la ¨²nica versi¨®n disponible actualmente es la de Switch. Es posible que, cuando salga en las consolas m¨¢s potentes, la mayor resoluci¨®n y la inclusi¨®n de efectos que se le escapan a la h¨ªbrida puedan marcar la diferencia. Lo que tenemos ahora mismo se ve en el dock a 900p y a 720p en port¨¢til, y la tasa de frames corre a duras penas los 30 por segundo. Es en este momento en el que nos adentramos en la cara oculta de la luna. Un lugar muy negro que ti?e de amarillo la nota del an¨¢lisis.

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Fue una alegr¨ªa saber que el port (creemos que es m¨¢s acertado ese t¨¦rmino) de Crysis estar¨ªa a cargo de Saber Interactive. No parec¨ªa haber mejor opci¨®n que los magos que consiguieron meter The Witcher 3 dentro de una Switch. Tal vez por eso no se entiende que el juego sufra continuos bajones de fps y, lo m¨¢s lamentable, que te expulse al men¨² de la consola cuando se da un excesivo estr¨¦s gr¨¢fico. No han sido una ni dos, en nuestra partida el juego se rompi¨® hasta en seis ocasiones. Para no dar cr¨¦dito (frase hecha que, dadas las circunstancias, podr¨ªa aplicarse literalmente m¨¢s all¨¢ de su significado habitual). Evidentemente es algo que no podemos dejar pasar de cara al usuario. El juego no deber¨ªa haber llegado a sus manos en estas condiciones. Actualmente no hay un parche que arregle el desprop¨®sito, pero es de esperar que Saber est¨¦ trabajando en ¨¦l. Consiguieron maravillas con los que llegaron a The Witcher 3, as¨ª que confiamos que ocurra aqu¨ª tambi¨¦n. Crysis al fin y al cabo se ve estupendamente en Switch y se disfruta una barbaridad a pesar de su jugabilidad anclada trece a?os atr¨¢s. Nos duele que la experiencia se frustre por una m¨¢s que cuestionable optimizaci¨®n. Si un futuro parche pone las cosas en su sitio cambiad sin dudarlo el amarillo de la nota por el verde, la oscura cara oculta de nuestro astro por una sonriente y esplendida luna llena.