Hellbound, an¨¢lisis PC

Hellbound, un nuevo first person shooter que recupera la esencia del g¨¦nero tanto en lo visual como en lo jugable en pleno 2020, nac¨ªa a?os atr¨¢s como un prometedor proyecto Kickstarter a cargo de Saibot Games, un estudio independiente argentino cuyos empleados se declaran fans de los FPS, t¨ªtulos con los que crecieron 25 a?os atr¨¢s. Ahora, y con la promesa de llevar la experiencia cl¨¢sica de los Doom, Quake, Duke Nukem 3D y otros, llega a Steam un videojuego que pretende hacernos viajar a mediados de los a?os noventa a trav¨¦s de un ¨²nico lema: traer a la actualidad la jugabilidad m¨¢s cl¨¢sica del g¨¦nero con una puesta en escena actual. ?Cumple realmente Hellbound con la promesa de sus creadores? En el sentido m¨¢s estricto del concepto s¨ª, aunque dejando de lado muchos otros aspectos que finalmente lastran tan prometedora experiencia old school. Descubramos todos los secretos de Hellbound en nuestro an¨¢lisis para PC.

Disparos, gore y m¨²sica metal

A grandes rasgos, Hellbound recupera la esencia de aquello que hizo grandes a los exponentes m¨¢s recordados del g¨¦nero FPS, los aut¨¦nticos precursores que apostaban sin tapujos por la acci¨®n m¨¢s directa y que popularizaron una manera de entender el medio que se mantiene hoy en d¨ªa gracias a t¨ªtulos como los reboots de los Doom, Wolfenstein o Shadow Warrior, entre otros. Y si bien la reinterpretaci¨®n old school de Saibot Games mantiene las principales caracter¨ªsticas de lo que debe ofrecer un FPS noventero, muchas de sus otras caracter¨ªsticas no cumplen con lo que se espera de un regreso a los or¨ªgenes del g¨¦nero, pasando muy de puntillas en aspectos clave como el contenido o las opciones que ofrece. Pero empecemos por el principio: su ambientaci¨®n.

El t¨ªtulo nos mete en la piel de Hellgore, un rudo soldado estereotipado a m¨¢s no poder que busca venganza ante las hordas de monstruos que han invadido su mundo y aniquilado a sus seres queridos. Aunque tal y como ¨¦l mismo admite, con eso basta, ya es ¡°suficiente introducci¨®n, ?vamos!¡±. Y es que siguiendo al pie de la letra el nulo argumento de esta clase de juegos, Hellbound nos lanza a la acci¨®n sin m¨¢s pre¨¢mbulos, listos para arrasar con todo demonio y criatura del averno que se nos ponga por delante, todo sea dicho, a trav¨¦s de una muy escasa variedad; aunque en ello entraremos m¨¢s adelante. Por lo pronto, Hellbound presenta todas sus cartas desde el minuto uno, sirviendo al jugador todo lo que tiene por ofrecer a lo largo de sus pr¨®ximos y no muy numerosos niveles.

Sus mec¨¢nicas son todo lo simples que cabr¨ªa esperar de un t¨ªtulo basado en los FPS noventeros; en este sentido no enga?a a nadie. El movimiento es ¨¢gil e invita a repartir plomo desde los primeros pasos, a lo que debemos sumar los cl¨¢sicos puntos de salud, escudo, potenciadores y una serie de armas que iremos desbloqueando a medida que superemos niveles, hasta un total de 5 diferentes, a decir verdad, un n¨²mero algo escaso. Desde un garrote con p¨²as a un par de escopetas, pasando por una suerte de lanzagranadas y un lanzacohetes, todas ellas con un aspecto diab¨®lico. Eso s¨ª, cada arma permite una acci¨®n o disparo secundario, algo que a?ade algo m¨¢s de estrategia a los tiroteos.

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Como en cualquier FPS de la vieja escuela que se precie, la movilidad es esencial; si nos detenemos estamos vendidos al fuego enemigo, con lo que aprovechar las habilidades de nuestro protagonista y el dise?o de los entornos se convierten en aspectos fundamentales para salir airosos de cada encuentro, los cuales son constantes. Es en este punto cuando detectamos unos niveles poco inspirados, con dise?os muy sencillos y que en ocasiones juegan m¨¢s en nuestra contra que otra cosa. Otro aspecto que destaca y no para bien, precisamente, es el escaso n¨²mero de fases, hasta un total de siete. Y es que dependiendo de nuestras habilidades a los mandos y la dificultad elegida, podremos completar el juego en un abrir y cerrar de ojos, o lo que es lo mismo, en poco m¨¢s de dos horas. Tanto es as¨ª, que la sensaci¨®n al derrotar el primer y ¨²nico gran jefe del juego ser¨¢ de ¡°?ya est¨¢?¡±.

No dudamos de la intenci¨®n de Hellbound de ofrecer una experiencia de juego cien por cien cl¨¢sica en el g¨¦nero de los FPS; es m¨¢s, durante la primera mitad de la aventura su ritmo de juego y su desarrollo est¨¢n a la altura de lo que se espera de un juego creado a la vieja usanza, aunque r¨¢pidamente cae en la monoton¨ªa y la simpleza, tanto en mec¨¢nicas de juego como en dise?o de niveles, adem¨¢s de contar con muy poca variedad de enemigos que siempre se valdr¨¢n de las mismas rutinas de ataque, siendo en dise?o demasiado gen¨¦ricos. Los rompecabezas a nivel de palancas y ascensores son excesivamente simples y la verticalidad de los escenarios es casi testimonial. ?Un punto a favor? Las sensaciones a los mandos y la movilidad del personaje, ya que nos permitir¨¢ movernos con soltura entre enemigos, saltar y disparar a la vez.

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Gr¨¢ficos noventeros

Como no pod¨ªa ser de otra manera, y teniendo en cuenta el esp¨ªritu del propio juego, su puesta en escena es decididamente noventera, con gr¨¢ficos que pretenden hacernos viajar al pasado tanto por su sencillez como aspecto. M¨¢s all¨¢ de algunas texturas demasiado planas o la deliberada apariencia pixelada de pr¨¢cticamente todos sus elementos con modelados simples, el dise?o art¨ªstico no acompa?a demasiado, con entornos demasiado vac¨ªos y poco inspirados. Como decimos, la variedad de enemigos es muy limitada, contando con simples variaciones del t¨ªpico soldado orco, otras criaturas escupefuego y una imitaci¨®n de los t¨ªpicos Imps de Doom. Si bien en algunos momento s¨ª ofrece estampas llamativas, Hellbound transmite cierta sensaci¨®n de desidia.

A nivel sonoro quiz¨¢s s¨ª se aprecia algo m¨¢s de cuidado, pero sin grandes alardes. La m¨²sica metal nos acompa?ar¨¢ durante toda la aventura, un tema por nivel, apostando por ritmos endiablados y fren¨¦ticos que casan a la perfecci¨®n con la ambientaci¨®n del t¨ªtulo; aunque las composiciones de cada tema musical son muy parecidas entre s¨ª, resultando, de nuevo, demasiado repetitivas y mon¨®tonas. Los efectos de sonido cumplen, especialmente en ciertas armas como la escopeta, a base de contundentes disparos que dejan muy clara su potencia letal. Como curiosidad, los textos est¨¢n localizados ¨²nicamente al ingl¨¦s, algo extra?o si tenemos en cuenta que Saibot Studios es una compa?¨ªa argentina. El conjunto se completa con el t¨ªpico modo supervivencia por oleadas a trav¨¦s de diferentes arenas basadas en los escenarios de la camapa?a.

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